Possessed - Bucky Barnes x OC. Traducción

Parte 45

James dio un último sorbo a su vaso de whisky mientras se levantaba de su asiento. El líquido ámbar y el hielo tintineando al dejarlo. Se acercó a estrechar las manos de sus socios, que les dieron las gracias a él y a Steve por su tiempo.

Había pasado las dos últimas horas discutiendo un vasto conglomerado de oportunidades de negocio con algunos de sus más recientes inversores internacionales. Había estado pinchando y empujando hasta un nivel casi agotador. Por mucho que mantuviera su frente estoica, su mente iba a cien millas por minuto. Analizando la elección de las palabras y calculando las intenciones. Haciendo lo que mejor sabía hacer.

Salió a la acera cubierta de nieve, iluminada por las farolas y la luna ligeramente nublada. Hizo un último gesto con la cabeza a sus socios mientras subían a un taxi y se marchaban. Una bocanada de niebla salió disparada del tubo de escape del coche amarillo.

"¿Qué piensas, Bucky?" preguntó Steve, volviéndose para mirar a James.

Éste tarareó. "Parece ser prometedor. Parece que están dirigiendo un barco apretado".

"De acuerdo. Mañana revisaré el papeleo".

"Gracias, amigo". James giró sobre sus talones, aplastando la nieve bajo sus Santonis de cuero, y se dirigió a grandes zancadas hacia su Aston Martin. "Que pases una buena noche". Le llamó antes de entrar.

Encendió el coche, con el motor rugiendo. Puso la calefacción a tope para calentarse del aire nocturno bajo cero. Cuando se alejó de la acera, sacó su teléfono y llamó a Maggie.

El mensaje saltó al buzón de voz después de dos timbres.

Frunció el ceño mirando la pantalla y volvió a intentarlo.

De nuevo, saltó el buzón de voz.

El pánico comenzó a filtrarse en su pecho, la respiración se aceleró, mientras apretaba el volante con más fuerza en su mano izquierda. Los nudillos crujían por la fuerza de su agarre.

Intentando una última vez, lo cogieron y una ola de alivio lo inundó.

"¿Muñeca? ¿Estás bien?"

"Lo siento, Barnes. No puede atender al teléfono ahora mismo".

La línea se cortó. Al darse cuenta de quién estaba exactamente al otro lado de la llamada.

~ Cuatro horas antes ~

Maggie estaba de buen humor.

Había pasado todo el día trabajando diligentemente en su galería. Introduciendo la información de los nuevos clientes en el sistema, poniéndose en contacto con algunos artistas e incluso sacando tiempo para ayudar a los clientes en el vestíbulo.

Había sido un día muy largo para ella, así que estaba ansiosa por irse, por decir algo. Era el día de la tan esperada compra de vestidos de novia de Natasha. Había estado trabajando con un estilista de Kleinfeld, enviando correos electrónicos sobre diferentes cortes y diseñadores.

Natasha había invitado a Maggie y a Wanda para que la ayudaran a decidir entre los pocos que había seleccionado.

En el momento en que Maggie archivó el último papeleo, se abrigó con su mullido abrigo de piel. Envolviéndolo sobre su pequeño vestido negro. Salió corriendo de su despacho, se despidió brevemente de su personal y se apresuró a salir a la nieve, justo cuando Harrison abría la puerta del asiento trasero.

El todoterreno negro atravesó la ciudad a toda velocidad y la dejó en el edificio de piedra grisácea. Abrió de un tirón las pesadas puertas de cristal y entró en el vestíbulo. Marchando sobre la rica alfombra persa hasta la recepción con una sonrisa. "Hola, estoy buscando a Natasha Romanoff".