Possessed - Bucky Barnes x OC. Traducción

Parte 13

James estaba sentado a mil pies de altura, en su despacho de dimensiones impresionantes. Él y Steve estaban en la segunda hora de escucha de una llamada legal con algunos socios de Berlín. Todo el tiempo, sin embargo, estaban jodiendo, sin preocuparse en absoluto por la naturaleza grave de la llamada. Poniendo los ojos en blanco, silenciando la línea para que pudieran hablar de mierda. Mucha de la gente con la que tenían que tratar a diario era demasiado engreída.

La mayoría de las veces, debido a su corta edad, la gente pensaba que podía hablarles con desprecio. Los ancianos con los que trabajaban se comportaban como si fueran demasiado ingenuos para estar a su altura, pero la cuestión era que lo utilizaban en su beneficio. Ser subestimado podía ser un gran beneficio cuando se sabía utilizarlo adecuadamente. La mayoría de la gente del sector conocía la reputación de James, pero los pocos que no lo sabían pagaban el precio.

Cuando la llamada terminó, James y Steve eran tres millones de dólares más ricos, sin tener que mover un dedo. El idiota del teléfono se equivocó intencionadamente en algunos de los precios específicos de un acuerdo, pensando que no se darían cuenta. Aterrizando en un acuerdo gordo, en lugar de llevarlo a los tribunales y perder el tiempo de todos.

Después de cortar los balbuceos de disculpas de los socios con un duro insulto, James cerró de golpe la línea con el dedo índice, poniendo fin a la llamada.

"Maldita mierda. A veces odio mi trabajo".

Steve se rió. "Bueno, amigo, estoy seguro de que no lo odiarás cuando llegue ese acuerdo".

"Una gota en el océano". James se encogió de hombros. "Sinceramente, les habría pagado tres millones para que se callaran la boca". No tenía paciencia en todo su cuerpo. La mayoría de la gente lo volvía loco, gracias a sus severas tendencias sociopáticas.

"Sí, estoy seguro de que lo harías, Buck". Steve le sacudió la cabeza. Estaba muy acostumbrado a su brutal problema de actitud después de sus treinta años de amistad. Sin embargo, era su trabajo mantenerlo a raya. "Pero no te pongas nervioso demasiado pronto, tenemos un día completo por delante. Además, viene tu inversión favorita". Se burló.

"Dios, no me lo recuerdes, joder".

Tenían una reunión programada con Loki y su equipo en un par de horas. James sabía que iba a pedir una mayor inversión. Su última reunión fue algo buena, ya que la mayoría de los contadores hablaban de un lado a otro, dejando que James se sentara y aprobara las decisiones. Sin embargo, esta vez iba a ser interesante. No había visto al tipo desde que llevó a Maggie a comer... y perdió la cabeza por ello.

James salió al balcón unos cuantos pisos más abajo, inhalando agresivamente un cigarrillo, tratando de calmar su hostil estado de ánimo antes de que estuviera a punto de empeorar muchísimo. Se apoyó en la barandilla, con su traje Gucci de tinta de medianoche y sus zapatos de cuero bruñido Berluti.

Su larga melena castaña ondeaba al viento, en lo alto de la ciudad. Miró su reloj Bvlgari plateado y se dio cuenta de que estaba a punto de llegar tarde a su reunión más dolorosa de la semana. Se sacudió la colilla que había fumado hasta el filtro, dejándola caer un kilómetro y medio hasta la acera de abajo.

Al entrar en la sala de conferencias, el personal de James estaba sentado, esperando su presencia para empezar. Loki se sentó en el extremo más alejado, fijando los ojos al instante, con su habitual expresión de molestia que llevaba a James a un estado homicida. Una vez que tomó su respectivo asiento a la cabeza de la larga mesa negra, la conversación comenzó.

Tal y como James había pensado: Industrias Laufeyson solicitaba más dinero, con la esperanza de que aumentaran su inversión actual. Loki se sentó en silencio, dejando que su mejor representante de ventas hiciera su presentación. James no escuchó ni una palabra. Ya tenía su respuesta preparada y, para ser sincero, estaba considerando retirar su inversión inicial tal y como estaba. La empresa no tenía tanto éxito como habían pensado al principio. Desde su primer acuerdo, sus acciones habían disminuido, lo que no era una buena señal.