Varios chicos se conocen en unas circunstancias un tanto peculiares y todos terminan viviendo en la misma casa.
Cinco historias en una.
M-preg
Mew-seme. Gulf-uke
Zee " Saint. "
Off " Gun. "
Sin...
Luego de haberse subido en la ambulancia, con un estabilizado Yu y los sanitarios que habían venido, Sam permaneció a la espera, empapado y totalmente destrozado.
Unos minutos después de haber llegado y dado los datos, los chicos también llegaron con ropa seca y se habían quedado junto a él.
Estaban todos desolados y habían preferido no decirle nada a Gulf, el cual aún dormía cuando todo había ocurrido y por eso estaban aliviados pues podía ser una impresión bastante fuerte y perjudicial para su delicado embarazo.
La cabeza de Sam daba vueltas y vueltas a todo y cada vez se sintió más mal y más culpable, además de que en el camino al hospital, este había escuchado decir que el estado del taiwanés era realmente crítico y que lo habían cogido por los pelos.
Off había llamado durante esa larga espera, para saber de su hermano después de la extraña y preocupante llamada de la noche anterior y entonces también se enteró de lo sucedido.
Este se quedó muy apenado por su hermano, el cual ni siquiera había tenido fuerzas para hablar con él, por lo que había sido Saint el encargado de informarle.
El piloto y su novio, aún tenía que realizar el vuelo de regreso a Tailandia pero habían dicho, que irían al hospital en cuanto aterrizasen.
Las horas sin noticias en la sala de espera del hospital, se estaban haciendo interminables, hasta que finalmente, uno de los médicos apareció para hablarles y no buenas noticias.
...-Díganos doctor, ¿Cómo está Yu?-preguntó Sam muy preocupado.
-Bien..emm, el paciente ha estado un tiempo bastante largo bajo el agua y sus pulmones estaban llenos de líquido y ha sufrido varias paradas cardiorespiratorias y aunque hemos conseguido estabilizarse, siento decirles que en este momento está en estado de coma y su estado es bastante delicado...prepárense para lo peor.
-Oh Dios mío no, no puede ser, mi pobre pequeño-habló nuevamente el modelo destrozado-...todo es mi culpa, son un estúpido, un completo estúpido.
Todos se acercaron a este para consolarle.
-Venga, tranquilo, se recuperará, ya lo verás-le susurró Saint frotandole la espalda.
-Yu es fuerte y ha pasado cosas peores-dijo entonces el fotógrafo-...logrará superar esto también.
-Claro, debemos confiar, primo- añadió Mew.
Sam los miró a todos y tras suspirar con resignación, asintió rompiendo a llorar, roto de dolor y culpabilidad.
El monitor de surf se acercó a doctor.
-¿El coma es definitivo o...
Este se encogió de hombros.
-El cerebro ha estado privado de oxígeno durante un periodo indeterminado de tiempo por lo que exactamente no podría asegurar cuanto tiempo durará, todo depende de su resistencia y su evolución...las primeras cuarentena y ocho horas son cruciales.
-Entonces ¿quiere decir que puede no despertar nunca?-preguntó Sam alarmado de nuevo.
-El coma puede durar horas, días, semanas, meses y en casos menos probables incluso años, lo siento.
--¿Podremos verlo?-preguntó entonces Krist.
El médico negó con la cabeza.
-Por el momento las visitas no están permitidas, así que vayan a sus casas y descansen, les avisaremos si algo sucede-explicó muy apenado.
-Ok, gracias-hablaron todos-...muchas gracias, doctor
-Tengan fe, es lo único que puedo decirles por el momento-finalizó el doctor antes de irse-...tranquilos está en buenas manos y haremos todo lo posible.
Los chicos asintieron y dudosos se miraron unos a otros.
-¿Que hacemos, entonces?-preguntó Saint.
-Iros vosotros, yo me quedaré aquí, no pienso abandonarlo de nuevo-sentenció Sam-...no podría estar en casa, esperando, prefiero estar aquí.
Mew asintió conforme.
-Ok, yo iré con Gulf, por favor, llámame si hay cualquier cosa.
El modelo asintió conforme.
-Yo también me quedo- habló Zee mirándole-...conozco a ese chico desde hace tiempo y me preocupa, tampoco puedo abandonarlo e irme sin más, espero que no te moleste.
Sam negó.
-No, claro que no.
Todos se miraron preocupados pues dejarles allí después de lo que había ocurrido entre ellos, el día anterior era como si dejasen una bomba de relojería a punto de detonarse pero aún así, no podían evitarlo.
-Ok, nos iremos entonces y volveremos mas tarde.
Tras irse estos, Sam y Zee se miraron y a continuación cada uno se puso en la esquina de la sala pues aunque les unía una misma preocupación, no podían evitar pensar que esa también había sido la razón de su discordia.
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La hora de la comida llegó y ninguno de los dos quiso ir a la cafetería y tras hablarse con simples monosílabos, se conformaron con llenar sus estómagos, con el mediocre café de la máquina y algún que otro sándwich.
No fue hasta por la tarde, cuando tanto Zee como Sam dieron su brazo a torcer y entonces hablaron con sinceridad y decidieron dejar atrás todo, empezando de nuevo por el bien de la familia pues no tenían por qué pagar los platos rotos.
Saint y Lyn volvieron al hospital en la noche, para traerles algunas cosas y saber de alguna novedad pero nada nuevo había sucedido con Yu, todo seguía igual, desde el último parte médico.
Los cuatro pasaron la noche allí y entonces, a Sam le quedó completamente claro que al fotógrafo le movía su preocupación por Yu pero se una forma de amistad pues este claramente se veía completamente entregado al castaño.
Cuando Off y Gun llegaron en la primera hora de la mañana, los encontraron dormidos en los bancos de la sala de espera, entonces fueron por más cafés y bollos y se sentaron a esperar.
Todos tenían la esperanza de que ese nuevo día trajera la buena noticia de que el joven taiwanés se despertaría pero eso no sucedió y tampoco lo hizo al día siguiente, ni al otro.
Zee fue el primero de los dos en rendirse y volver a casa, luego de entrar a verlo, por el contrario, Sam se mantuvo en la sala de espera hasta que luego de una semana y aconsejado por los médicos y por su preocupada familia, accedió.
Sim embargo, cada día que pasó, este acudió al hospital tras salir de la agencia pues tenia que cumplir con sus contratos, aunque siempre temía su mente con Yu.
Más días y semanas pasaron y luego de un mes sin ver reacción en el joven taiwanés, los médicos decidieron que ya era hora de trasladarlo a una habitación individual dónde estaría atendido, ya que las camas de urgencias eran necesarias y ya nada más podían hacer por él, salvo mantenerlo vigilado.
Estos también les dijeron a la familia que cuanto más tiempo pasase, las secuelas si despertaba serían mayores, aún así, su fe nunca se crevantaba y rezaban por el cada día.
A pesar de ello, tanto el modelo como su familia y amigos, siguieron con sus vidas aunque pendientes pues lamentablemente, todo apuntaba a que el coma de Yu sería de los duraderos.