Cuarenta y cinco

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Sam aparcó su coche en la parte trasera de la casona, ya que aunque era domingo, este se había levantado muy temprano esa mañana para ir al hospital y ver al novio de su primo.

Allá se habían quedado Mew, Saint, Off y Gun, junto con Lyn pero él se había marchado pues tenía un fuerte dolor de cabeza.

Tras bajarse del automóvil, este escuchó el chapotear del agua de la piscina y curioso se acercó a ver, entonces se encontró que era Yu, quién estaba allí, disfrutado de lo más tranquilo.

A pesar de intentar ignorarlo, el modelo o pudo evitar quedarse mirando tras los matorrales del jardín, cuando vio que el más joven salía el agua y se tumbaba al sol.

En el tiempo que el taiwanés llevaba en Villahermosa, Sam apenas había cruzando más de diez palabras seguidas desde la noche del cumpleaños de su hermano.

Lo cierto era que este le seguía despertando sentimientos contradictorios pues por una parte estaba la belleza de este, la cual no le pasaba desapercibida y por otra estaba el no poder entender, porqué, dónde y cuándo, era que Yu se veía con sus clientes pues si no estaba en la agencia, estaba allí.

Luego de unos minutos viéndole, el mayor iba a entrar en la casona pero entonces vio acercarse al fotógrafo, el cual se tumbó en otra tumbona.

Nada raro hasta ahí pero Sam vio algo que lo dejó muy confuso pues Zee extendió su mano, chasqueó los dedos, entonces rápidamente el taiwanés se puso de rodillas y a continuación comenzó a darle un masaje en la espalda.

—¿Qué coño?, ¿Qué demonios se traen esos dos?

Finalmente chasqueó la lengua, tras decidir que no era de su incumbencia, así que entró en la casa y se fue a su habitación.

Luego de quitarse los zapatos, este se tumbó en la cama e intentó descansar pero su mente recordó lo visto minutos atrás en la piscina.

—Joder Sam, deja de una maldita vez de pensar en ese chico, no merece la pena—se regañó a sí mismo.

Finalmente, este se quedó dormido hasta que una hora después, se despertó xoen el sonido de una llamada, la cual contestó pues era su hermano, diciendo que comerían algo en la cafetería del hospital y luego darían un paseo por la cuidad.

Este vio que aún no eran las dos de la tarde pero igualmente se levantó y en un impulso, miró por la ventana hacía la piscina pero ya no vio a nadie, así que se fue al baño, se lavó la cama y luego salió de su habitación, camino al salón.

En el pasillo, este vio a Yu, el cual ya estaba vestido con ropa normal y el cual colgaba una llamada.

-Emm, ¿Dónde está Zee?, ¿Cómo es que estás aquí solo?—preguntó con molestia.

El más joven le miró sorprendido.

-Hola, cre-creí que estarías en el hospital ...emm, Zee se ha ido hace un momento, tenía una reunión, ¿Acaso querías decirle algo?

Este negó.

—No, simple curiosidad.

El mayor iba a continuar con su camino pero entonces notó que el taiwanés le sujetó del brazo.

—Sé que no soportas tenerme aquí y también sé que estamos solos...si no quieres que coma en la mesa contigo, le diré a una de la doncellas que me traiga la comida a mi habitación.

Sam chasqueó la lengua con fastidio.

—No quiero eso, no tienes porqué comer solo en la habitación, la mesa es grande, aunque creo que eres tú el que no quiere comer conmigo.

7. «AMIGOS» - Mewgulf, Zaintsee, Offgun, SamYu y Singtokrist TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora