Ritz volvió a frotarse sobre Orión, él aún se veía medio dormido, pero sus manos apretaron con fuerza haciéndole heridas con las garras, buena cosa que fuese un cambia-formas.
Orión pellizcó sus pezones y levantó su cadera al mismo ritmo, no mucho tiempo después terminaron entre jadeos.
Dos meses juntos y aún no aguantaban demasiado en la cama, Ritz no se acostumbraba a eso.
Orión lo miró, sus ojos seguían azules, no volvían al dorado a no ser por emociones fuertes y acarició su pecho, Ritz se maldijo por dormir con camiseta la noche anterior, el dedo bajó un poco más y terminó en su ombligo.
— ¿Qué está pasando? Puedo jurar que algunos músculos ya no están ahí — murmuró, Ritz corrió al baño y se encerró ahí. ¿Sus músculos? Imposible — Ritz era una broma, no me importa realmente.
A él si le importaba, tenía una buena figura, estaba orgulloso de eso, resulta que hora ¿tenía panza? Se sacó la camiseta y se miró al espejo.
Los cambia-formas no engordaban.
Mierda, realmente tenía una panza, pero algo más, miró con atención la mancha en su cadera, no era una mancha, era la huella de un lobo.
Pestañeó.
— Ritz ¿estás enojado? — Ritz miró su estómago otra vez, realmente no sabía cómo estaba, perplejo quizás.
— Uh…no, estoy bien, voy a darme un baño.
— ¿Por qué no puedo escucharte? — Ritz bufó, por supuesto que intentaría meterse en su mente.
— ¿Estás tratando de espiarme?
— No te ha molestado todo este tiempo.
— No siempre tienes que hacerlo
— No fue mi intención molestarte — Ritz se colocó la camiseta y salió, Orión se veía arrepentido, como cachorro que había roto un plato, Ritz le dio un beso en la nariz.
— No estoy molesto, pero tengo hambre — Orión gruñó y desapareció en la cocina.
Ritz entró al baño de nuevo y volvió a quitar la camiseta, la huella seguía ahí, se mordió los labios e intentó hacer lo mismo que hizo Orión con sus sobrinos.
Un sentimiento alegre le dio la bienvenida junto a un gimoteo, Ritz abrió los ojos, no lo imaginó, su estómago se revolvió.
¡Oh joder!
¿Embarazado? ¿Era en serio? Ritz era un alfa, se acercó al espejo y dejó salir sus caninos, los ojos eran dorados como siempre y los colmillos largos. Si, era un alfa, eso no había cambiado, a no ser por… miró hacia abajo, tragó y se metió a la ducha. ¿Cómo carajo había terminado en este estado?
— Ritz — Orión tocó la puerta, Ritz saltó un poco ¿debía decirle?
— Ya salgo — gruñó colocándose una bata.
— ¿Por qué estás tan pálido? — Orión colocó el desayuno en la mesa de noche y lo tocó.
— No es nada.
— Está bien, necesito irme, el concejo me llamó — Ritz se sentó sintiendo un nudo en el estómago, o quizás era lo que acababa de descubrir, no estaba seguro.
— ¿Para qué?
— No tengo idea — lo tomó de la muñeca y apretó su agarre.
— ¿No puedes quedarte?
— No, esta vez no.
— Tienes que volver a salvo — se mordió la lengua, Orión le arrugó la frente.
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Predestinados II: Lazos Rotos (alfaxalfa)
Kurt AdamRitz le temía a Orión, el Alfa tomó como meta matarlo o volverlo loco. Ritz no era ningún santurrón, hizo muchas cosas desagradables trabajando para Jules y su sentencia de muerte está próxima, por las garras de Orión o las de los Alfas que le pers...