"Lo que pertenece a una bruja, nadie lo debe tomar. Lo que por derecho le corresponde, nadie se lo debe quitar. Y sí eso llega a pasar, un castigo obtendrás. Si no quieres hacerla enfadar, todo lo has de dejar"
Y con esa premisa oscura, Uraraka Ocha...
Espero que no sea aburrido este capítulo, ya que explicó un poco algunos temas para que cuando llegue el final puedan entender.
Nota: Este capítulo va conectado con el prólogo.
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Desde niño había escuchado por los ancianos que existen múltiples realidades en el cosmos que es regido por multiversos. La imaginación de la fuente creadora no conoce límites, es por ello que hay tantas posibilidades de la existencia. Sin embargo, los fallos de esas realidades son constantes y extrañas. Nadie se ha atrevido a desenmarañar esos casos... porque nadie los alcanza a comprender. En ese momento, Katsuki se sintió dentro de unos de esos bucles de error. Pensó que lo que estaba viviendo no era real o era un sueño. Aunque los grilletes en las muñecas y tobillos quemaran su piel y los cuernos en su cabeza ardieran como si hiede sido golpeado con una enorme piedra.
Las realidades eran tan objetivas para el Todo, porque sus leyes se aplicaban en cada rincón de los multiversos. Los ancianos decían que existían millones de mundos parecidos al suyo, pero no tenían certeza de que vivieran personas parecidas a ellos, pero cabía la posibilidad de que ellos estuvieran viviendo en otras realidades.
Complejidad para Katsuki que era meticuloso y contundente.
Todo o nada.
Pero esa teoría cobró sentido cuando a su mente humana y salvaje, llegaron las respuestas que no pidió, los resultados que jamás contempló.
Katsuki como muchos otros seres vivos sólo era un avatar para la tercera dimensión; que existía en ese instante. Un avatar humano, un contenedor, un arma, un molde para un alma que ha existido por un tiempo inimaginable pero que en ese momento se fusionó con una energía poderosa, una energía que era parte de ese Todo, de esa Fuente creadora. Su pequeño espíritu limitado, no podía entender toda la información que llegaba a él.
La estimulación en su cuerpo, piel erizada, escalofríos, sudores, fríos, aumento y disminución de la temperatura. Placer, miedo, orgasmos múltiples que lo enviaban a un estado de conciencia elevado donde su respiración se agitaba. La sangre subía hasta su cabeza llevándolo al éxtasis y conteniendo toda energía en sus manos.
Su voz escapó, gimiendo y gritando palabras inteligibles. Quizá códigos, quizá hechizos. Nadie lo escuchó esa noche porque nadie se atrevió a acercarse a su celda. Le temen, siempre le han temido aun si no era la encarnación de Cernnunos. Nació con ese don o maldición. El poder y la autoridad. Causando miedo y respeto al mismo tiempo.
Jamás se preguntó por que causaba esas sensaciones en otros, pues ningún ser humano se cuestiona su existencia hasta que cree que está desapareciendo o cometiendo demasiados errores.
Y hasta entonces sabe que, todo lo que existe en ese mundo es gracias a él. Que es una parte mínima de la creación de la Fuente. Entonces, ¿por qué que con tanto poder no puede escapar, buscar a Izuku y castigarlos a todos?
