Precuela Parte 1

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Un brote verde que salió en tierra árida

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Un brote verde que salió en tierra árida. Semilla que cayó del cielo y se sembró rebelde. Extendió sus raíces entre la humedad. Así nació él. De pronto creció con la misma rapidez con la que se desarrollan las plantas después de regarlas, después de que el Sol les diera nutrientes.

Corría por el jardín de la casa, persiguiendo mariposas, aves, gusanos. Dejando un aroma fresco de pino y romero a su paso. Su madre lo miraba sentada en los pequeños peldaños bajo la entrada de su casa. Le gustaba verlo con vida, fresco, vivaracho. Su risa suave y dulce. otras veces lo encontraba en el patio trasero rodeado de conejos y algunos roedores. Los zorros se asomaban por la cerca. Los gatos retozaban junto a él. En las calles, los perros se acercaban curiosos y olfateaban sus cabellos verdes enmarañados.

Al ver sus esmeraldas, sabía que era especial y no sólo por ser su único y primer hijo. Esa criatura era especial en muchos sentidos. La naturaleza lo buscaba, era parte de ella. Muchas veces soñó que el bosque lo llamaba, aunque también pensaba que era el padre del niño. Debía ser así.

Conoció al elfo una mañana que fue a recoger hierbas a la entrada del bosque. Él fue la respuesta a sus plegarias a la luna. Un hombre que la amase, un hijo al que criar para sentirse completa, sentirse mujer. Lo que Inko olvidó es que todo hechizo y petición tiene un precio. El secreto esta en saber hacer la petición. Que se haga verdad lo que su alma reclama.

Inko se enamoró de un ser elemental del bosque. Un ser nacido de la naturaleza y las estrellas. Mágico.

Después de la concepción no lo volvió a ver. Gracias a Emi, la bruja que cuidaba el bosque, le explicó la misma tarde descubrió su embarazo que la criatura que gestaba en su vientre sería caos o luz, dependiendo de cómo ella lo educará.

"Déjalo ser cuando crezca, deja que se guie por su corazón y su instinto... Algún día ese niño se ira de tu lado. Porque no te pertenece" Inko lloró por la culpa.

Midnight aconsejó no sentirse así. Todo está escrito y quizá la Luna quería fundirse con el bosque para crear una hermosa vida que ni en un millón de años la historia pudo anticipar. Cuando nació, la primera advertencia llegó. Nació en verano, justo víspera de la ceremonia de Litha, el solsticio de verano. Donde todo lo que se desee, sueñe y pida en la noche de Litha se hará realidad. En este día, se recogen las hierbas mágicas para encantamientos y pociones porque se cree que el poder innato de las hierbas es más fuerte este día. La tradición dice que verano simboliza el final del reinado del año del dios Roble, y es sustituido por su sucesor, el dios Acebo. La noche de Litha es el día más mágico de todo el año.

Izuku nació seis días antes. Fue el regalo de Inko, la misión de Hisashi.

"Este niño, esta bendecido por las hojas verdes, las pulsaciones de los astros y la divinidad de la fuente" le dijo Emi.

Sus pecas brillaron sobre su piel nacarada, la matita verdosa que asemejaba más una pelusa en su cabeza era aterciopelada. Bajo sus parpados dos esferas verdes que no eran otra cosa que joyas, miraron a su madre.

Puse un hechizo en ti  (FIC AU MEDIEVAL KATSUDEKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora