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Llevaba dos días en cama, solo me podía levantar para comer y bañarme, en eso me ayudaba Alex ya que era la única mujer y se había ofrecido a hacerlo, esperaba a que Cas viniese para que que me pudiese sanar o al menos me pudiese disminuir el dolo...

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Llevaba dos días en cama, solo me podía levantar para comer y bañarme, en eso me ayudaba Alex ya que era la única mujer y se había ofrecido a hacerlo, esperaba a que Cas viniese para que que me pudiese sanar o al menos me pudiese disminuir el dolor, Sam o Dean se turnaban para estar conmigo a lo largo del día o de la noche, era incómodo ya que siempre tenía a alguien vigilándome pero es por mi bien así que no me quedo mas que aceptarlo.

-Te traje el desayuno conejita- Dean llego con un bowl de frutas con yogurt y cereal. -Dice Samy que te lo acabes TODO o si no vendrá el a supervisar cada que comas- hablo resaltando la palabra todo, él más grande coloco una mesita de madera frente a mi y ahí dejo del bowl.

-Sam me sirve mucha comida y yo me lleno rápido- le dije a Dean dandole mi mejor cara de perrito a lo él solo se rio.

-Come o le dire a Sam- Dean me miro por última vez y se concentro en una historieta de vaqueros que sepa dios donde la había sacado.

Ya llevaba una semana mis heridas se estaban sanando y el brazo ya no me dolía más, el único problema eran mis costillas las cuales cada que respiraba hacían que sintiese un pequeño punzón, ahora no era necesario que estuviera en cama todo el día, podía caminar por el búnker yo sola y me bañaba con algo de dificultades pero lo hacía por mi propia cuenta.

Mi apariencia también había cambiado un poco, después de casi dos meses de tener apariencia de una chica de 17 ahora tengo la apariencia de una chica de 19, no es como si haya cambiado mucho, mi estatura aumentó por unos centímetros, las facciones de mi rostro se afinaron un poco más, mi cintura se volvió más pequeña y mis caderas más grandes tomando así el cuerpo de reloj de arena, por lo contrario al cuerpo de Alex el cual se había vuelto rectangular, su negro cabello se había puesto más brilloso y sus facciones se habían vuelto un poco más bruscas, estaba más que claro que dentro de poco tiempo llegaríamos a la edad que realmente teníamos.

En cuanto a nuestros recuerdos, estos los hemos ido recuperando poco a poco para ser precisa los recuperábamos al dormir y soñar.

Me senté en mi cama cansada de caminar, el haber estado en cama casi un mes me había afectado bastante, ahora al caminar me cansaba y fatigaba, mi cuerpo había perdido toda su condición, acomodé mis almohadas a mi alrededor de la cama e intenté acostarme con cierta dificultad.

-Hoy me toca dormir contigo- entro Sam a mi habitación con su típico pans de cuadros azules y una camisa manga larga azul también.

-Genial, ya es suficiente con que me acoses todo el día como para que lo hagas en la noche también- solté mi comentario de manera graciosa pero al parecer sam no lo había tomado así ya que me miro con cierta molestia.

-Solo duérmete y no hables- el alto acomodo mi almohada y me dio un leve empujón para que me acostara.

-¿Por que me cuidas tanto Sam? casi no te recuerdo y no sé qué fuiste de mi- le pregunté con curiosidad a Samuel, el se irguió en su asiento y me miro con esos hermosos ojos azul verdosos.

Supernatural (Sam Winchester y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora