Capítulo 29.

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[LEER ESTO ESCUCHANDO LA CANCIÓN EN MULTIMEDIA/ se llama youth, la canta Daughter.]

NARRA _______

Lágrimas caían de mis ojos, recorriendo todas mis mejillas y callendo sobre la almohada. ¿como pude ser tan estúpida? Quiero ver a Harry, lo quiero aquí conmigo.

Recuerdo que no le había gritado así desde que me contó sobre su enfermedad.

Dios, de verdad soy tonta. Quiero que vuelva, ¿por qué lo heché? En serio lo quiero a mi lado. Maldición, y todo por culpa de esa jodida lista.

Me puse de pié con dificultad y caminé hacia el cuaderno. Arranqué la hoja con todas mis fuerzas y la arrugué, para luego arrojarla a cualquier parte de la habitación. Un sollozo se escapó de mis labios, haciéndome recordar todo de nuevo.

"¿entonces por qué? ¿Por qué solamente piensas en morirte? Sabes que lo que más quiero en el mundo es estar vivo y tú... ¡tú solo quieres morirte!"

Sus gritos volvieron a mi cabeza. Joder, Harry, ¿que hice? Debo salir a buscarte, mierda, te quiero aquí conmigo.

¿Pero por qué soy yo la que debe buscarte? ¿Donde estás? ¿Puedes volver? Vuelve Harry, porfavor.

Me pasé los puños por los ojos y suspiré. Debía ir a buscarlo, necesitaba ir y arreglar todo. Necesitaba volver a ver su cara, su sonrisa, joder, no quiero dejarlo ir otra vez. Quería volver a sentir sus labios contra los míos, sus manos acariciando las mías, su risa, sus hoyuelos... poder volver a tocar su cabello.

No quiero volver a perder lo que acavo de recuperar.

Está decidido, saldré a buscarlo. Me volteé decidida a salir, pero la cara de una mujer me sorprendió. Inhalé aire asustada y coloqué mi mano derecha en mi pecho.

-dios, me asusté.

-perdóneme señorita Browne, pero he escuchado unos gritos provenir de esta habitación y quise saber cual era la causa.

-oh...- saqué mi mano de mi pecho y me peiné el cabello con mis dedos. -estaba hablando por teléfono.

-¿todo bien? Se ve preocupada.

-S-sí, problemas entre amigas... No es nada.- reí despacio. -no hay de que preocuparse.

-ah.- la mujer rió ligeramente y asintió. -por un momento creí que estaba hablando con un fantasma. Que raro, ¿no?

-uhm... sí, es algo tonto.

-Sí, sí, que estúpida... pero, ¿y ese portazo?- Joder, que vieja más insoportable.

-fuí yo entrando al baño... se me fué la mano y la cerré muy fuerte sin querer.

-oh, está bien. Entonces nada pasó aquí... Perdone las molestias.

-no te preocupes.- sonreí.

En el momento en el cual la anciana salió de la sala, exhalé un montón de aire. Mujer metiche, ¿que le importaba lo que estuviera haciendo?

Cuando me aseguré de que no hubiese nadie en el pasillo, salí de mi habitación. Iba a ir en busca de mi mejor amigo.

Mis piés descalzos impactaron contra el frío suelo del hospital. Hace mucho no salía de esa sofocante habitación, y se sentía increíble.

Al salir completamente, posicioné mi cuerpo para ponerme a correr. Era hora, estaba lista. ¿hace cuanto no corría? No tengo idea, pero esto era emocionante. Un pié avanzó, el otro empujó, el vuelo comenzó. La rapidez se hacía presente, mis piés se movían rápido, mi respiración comenzaba a agitarse, mi cabello se corría hacia atrás por el aire y la rapidez. El choque de mis piés contra el marmol del piso resonaba y todo lo que podía hacer era sonreír. Me sentía viva, correr siempre me ha gustado. Y correr descalza es simplemente increíble.

Hasta que la muerte nos separe (Harry y tu) -EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora