Un par de días habían pasado desde que rechacé la oferta de la familia Rigard, regresando a mi vida normal o al menos eso pensé
-¿Usted es Miura? (XXXX)
Una calle antes de llegar a mi lugar de trabajo pude ver a un hombre recargado contra la pared con un rostro relajado
Tenía un cabello arreglado y una barba rasurada, su traje se encontraba bien cuidado y aunque no era al rango de un noble emitía el aura de tener cierto estatus
-Eso depende, que desea de mí (Miura)
-Lo lamento si la asusté, permítame presentarme, mi nombre es Morris y soy el encargado de tratar con los asuntos del vizconde Frich Rigard en la capital (Morris)
-Debo asumir que fue usted quien envió dicha invitación (Miura)
-En parte (Morris)
-En ese caso déjeme agradecerle por su consideración pero no estoy interesada en su oferta, ahora si me disculpa (Miura)
Tratando de cortar la conversación proseguí mi camino mientras el no dejaba de verme avanzar ni por un segundo
-El vizconde está muy interesada en usted, por ahora me retiro (Morris)
Ignorando lo que el hombre llamado Morris decía avancé hasta la entrada de las oficinas tratando de olvidar ese encuentro extraño, por desgracia mis compañeras no permitieron que eso pasara
-Dinos Miura es tu novio (Trabajadora 1)
-Cómo crees eso, a ella solo le interesan los libros (Trabajadora 2)
-Eso fue un poco grosero aunque puede que tengas algo de razón (Trabajadora 3)
-¿Entonces para ser su pretendiente la primera condición es tener una gran suma de libros? (Trabajadora 4)
-Olviden eso, por ahora dinos, Miura, ¿es tu pretendiente? (Trabajadora 5)
Mis compañeras del trabajo no dejaron de molestarme por información sobre aquel joven que en palabras de ellas, estuvo esperando por más de una hora con suma paciencia
He de admitir que si estuviera en su lugar también lo pude haber considerado un poco atractivo pero al conocerlo en persona sentí una especie de sensación un poco incómoda
****
El día terminó y salí del trabajo rumbo a mi hogar, ya había olvidado la mala experiencia de hace no mucho, por desgracia dicho sentimiento regresó de nuevo
-¿Le importa si la acompaño señorita Miura? (Morris)
Morris estaba de pie usando una gabardina perfecta para el ligero frio que comenzaba a sentirse, traté de negarme a su oferta pero antes de que lograra decir algo él se movió a mi lado colocándome con gran habilidad un abrigo a mi medida
Aunque solo lo tenía sobre mis hombros fue suficiente para sentir que era de una gran calidad, unos segundos después reaccioné agitando mis brazos en un intento de hacer que Morris se alejara
-No podía dejar que una dama como usted sintiera frio y al recordar que no traía nada cobijador tome la decisión de comprar eso para usted, considérelo un regalo (Morris)
Al notar mi enojo Morris se fue con una despedida sumamente amistosa lo que solo aumentó mi ira
Tome el abrigo y lo mire por unos segundos, he de admitir que lucía bastante bello y dada mi obsesión por comprar libros casi nunca compraba ropa para mí, de modo que el hecho de desprenderme de una prenda tan linda me causó dolor en una esquina de mi mente
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Mi novia se convirtió en la emperatriz del mundo
FantasyVio morir a su novia frente a sus ojos junto antes de morir, pero el destino no dejo que se separaran y anqué su reencuentro no fue de lo más normal, eso no le molesto en lo más minino a ninguno de los 2