Estábamos caminando junto a una de las muchas carreteras que iban a la capital, a nuestras espaldas cargábamos grandes mochilas aunque solo era una fachada para que luciéramos como viajeros, creí que resaltaríamos un poco pero mis preocupaciones fueron infundadas
Tanto atrás como delante y a los lados algunos grupos parecidos a nosotros caminaban rumbo a la capital y periódicamente caravanas pasaban a nuestro lado en donde pude ver viajeros dentro de las carretas
Una hora después llegamos a la capital, no había muros defensivos de forma que uno podía entrar por donde quisiera sin necesidad de pagar peaje de ningún tipo, con excepción de las carretas y carruajes que pagaban por usar las carreteras
Pensé en entrar directamente pero fui detenido por Elena señalando uno de los puntos de peaje no muy alejados
-Los puntos de peaje son considerados la cara de la capital por lo que en ellos hay bastante información útil y personal para ayudarnos, puede que alguno pueda informarnos
El consejo de Elena fue bastante bueno y sin objeciones avanzamos en dicha dirección, pero curiosamente éramos los únicos
-¿Por que solo nosotros avanzamos en dicha dirección?
-Por un lado están aquellos que ya han visitado la capital y saben a dónde se dirigen y por otro los que nunca la han visitado y no saben los servicios que ofrecen, es un error de principiantes el no informarte de a dónde te diriges
En cierto sentido sentí que esas palabras estaban dirigidas a mí, apenas llevábamos una hora y ya había fracasado en algo tan sencillo
-Por favor no se preocupe, ellos no le dan mucha promoción a sus servicios por lo que ese conocimiento es de boca en boca
Elena noto mi expresión de abatimiento y de manera un poco desesperada trató de reconfortarme, su explicación me ayudó y pensando en los cabos sueltos que pude haber dejado llegamos al punto de peaje
Parecía algún tipo de punto de control o caseta de seguridad con unas dimensiones algo extensas, a través de los muchos carriles pasaban las carretas pagando el peaje y avanzando sin problemas y aquellas que parecían tener alguna irregularidad, eran desviadas a un edificio adjunto donde comenzaban a ser inspeccionadas por guardias
Aquel edificio adjunto era nuestro destino, al parecer Elena estaba bastante informada ya que sin un segundo de vacilación entro y todos la seguimos, el pasillo largo estaba vacío con solo algunas bancas de madera pero lo más impresionante era un mapa casi tan grande como la pared
A su lado había una ventana sin vidrio donde un hombre dormía profundamente, Elena soltó un suspiro y con un poco de fuerza toco la campañilla a un lado de la ventana, el ruido saco de su trance al hombre quien cayó de su silla y poniéndose de pie termino mirando en todas las direcciones
-Buenos días, nos gustaría realizar algunas preguntas
-¡¿Enserio?! hace mucho que alguien no venía a preguntar, que desean saber
Al notar nuestras intenciones el hombre esbozo una simple sonrisa, tal como había dicho Elena este servicio parecía algo muy en desuso que incluso permitió que el encargado tomara una siesta, al verlo en ese estado pensé que sería una persona apática pero contrario a mis expectativas se comportó con diligencia
-Bienvenidos al sector humano, soy Sojie, encargado de esta sección de información, que desean saber
-¿Sector humano?
-Por tu rostro lleno de dudas puedo adivinar que es la primera vez que viene a la capital
-Se podría decir que si
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Mi novia se convirtió en la emperatriz del mundo
FantasyVio morir a su novia frente a sus ojos junto antes de morir, pero el destino no dejo que se separaran y anqué su reencuentro no fue de lo más normal, eso no le molesto en lo más minino a ninguno de los 2