Capítulo 09 Rumbo a la Capital imperial

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Lentamente mi conciencia volvió del mundo de los sueños, sentí que algo era diferente pero no lograba comprender que, intente abrazar mi "almohada" pero nuevamente sentí algo diferente

-Buenos días

Eiris me saludó con una dulce voz y abrí mis ojos comenzando a despertar, al abrirlos un gigantesco cojín muy suave estaba entre mis manos, era un pecho gigante, levante mi mirada para ver a Eiris en su forma de giganta, lentamente acerco sus dedo a mi cabello y suavemente comenzó a acariciarlo

-Durmió bien

-Si

-Me alegro

Aún estaba un poco sorprendido pero logre exprimir esa respuesta con una frágil voz y con una brillante sonrisa respondió, levanto su espalda y comenzó a estirarse mientras la veía fascinado

Una vez de pie comenzó a vestirse con su uniforme de sirvienta, en ese momento me di cuenta de que la sábana de la cama era blanca y la que yo usaba era negra, con un poco de curiosidad extendí la tela, era suave y un poco brillante y no parecía ser una tela para sábanas, fue entonces cuando Eiris la tomo por mi

-Gracias por cuidarla

Extendió la tela revelándola como sus medias y con delicadeza se las colocó, mi cobija eran sus medias

-Pude ver como las miro ayer por lo que espero que esta compensación fuera suficiente

-El desayuno ya casi está listo

No tuve las fuerzas para negarlo por lo que acepte el hecho que había ocurrido con gracia en mi corazón, un momento después el resto de sirvientas en su forma de giganta entraron y con delicadeza me bajaron, donde algunas se redujeron de tamaño para vestirme mientras las demás arreglaban el cuarto.

-Listo, partamos

Eiris tomo la charola con el trono y procedí a sentarme cómodamente y comenzamos el día, entramos en lo que parecía un enorme comedor y me indicaron mi lugar en la mesa de honor, más abajo las mesas estaban llenas de las guardias quienes mientras comían platicaban animadamente

No era claro debido a tantas voces pero logre escuchar palabras como trueno y roca, me pregunto de qué tipo de conversación se trataría, dejándolo como un asunto privado deje esa conversación a un lado y me dispuse a comer.

La hora para partir estaba programada para después del mediodía, de modo que teníamos un poco de tiempo libre antes de partir, y con ello en mente una vez terminamos el desayuno le pedí a las sirvientas que me llevaran al patio detrás de la casa.

En ese lugar había un pequeño lago con muchos árboles en las cercanías lo que lo hacía lucir como un lugar muy pacífico

No pensé en desaprovechar la oportunidad y le pedí a Eiris que me permitiera tomar asiento en sus muslos

-Lamento molestarlo pero ya es hora

Un rato después de haber llegado Freya fue a vernos para informarnos que ya era momento de partir, lo mire un poco triste pero Eiris rápidamente intervino

-Podemos repetirlo cuando desee

-También nosotras

Después de dar su respuesta las demás sirvientas rápidamente dieron respuestas de una manera similar con cierto entusiasmo como si desearan que ya llegara su turno, y de esa forma dejamos el jardín

Eiris me llevó en la tabla y comenzamos a caminar rumbo a la entrada, estaba a una gran altura de modo que podía ver claramente el patio, en él estaban las guardias en formaciones de 20 integrantes cada una y detrás de ellas estaba una carreta, era como si dijeran que ese sería su medio de transporte y en menor medida estaban los jinetes al lado de sus monturas.

Mi novia se convirtió en la emperatriz del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora