Capítulo 3. Bienvenidas, bendiciones y secretos.

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El auto deportivo se detiene frente a la fachada de un edificio que más que un centro de investigación científica, parece más bien una casa señorial cuyas paredes blancas están adornadas con enredaderas de hojas verdes salpicadas de flores diminutas de color rosado. 

Earth me sonríe y me dice que hemos llegado a las oficinas centrales de la Reserva de Bagna y no puedo evitar que mi corazón se estremezca con emoción. Sin poder esperar más, tomo mi bolso y bajo del auto al mismo tiempo que Earth. 

Y cuando mis pulmones se llenan del aire fresco y con aroma a bosque de Bangna algo en mi corazón me dice que pertenezco a este lugar. Es una sensación extraña pero siento que estoy en casa, es como si este lugar y yo tuviésemos una conexión. Mientras mis ojos se pierden en los picos de las montañas nevadas a lo lejos, me siento en casa. Incluso el aire helado con olor a sal que viene del mar al que puedo escuchar a lo lejos, me parece parte de un sueño mil veces soñado. 

He estado aquí antes, he estado aquí siempre, piensa una parte de mí mismo sin tener clara una razón para ello pero todo me parece familiar. Es como si alguien ligado a mí hubiera visto este lugar antes y me hubiera platicado a detalle de Bangna o como si hubiera visto fotografías  de cada sitio y ahora, todo lo que me rodea  fuera conocido para mí. No lo entiendo del todo pero esa sensación no me abandona. 

—Bienvenido a Bangna— dice Earth acercándose a mí y llenándome de sorpresa, coloca una fina cadena de platino alrededor de mi cuello la cual tiene un dije en forma de saturno que brilla bajo los tímidos rayos del sol de la tarde—. A partir de ahora debes pensar en este sitio como tu hogar. 

—Gracias— susurro con reverencia y no sé si tiemblo por el aire helado que toca mi piel o por el modo en el que las manos de Earth tocan el pequeño dije platinado. 

—Mi familia siempre ha estado interesada en las estrellas — dice él sin apartar sus manos de mi pecho—. Mi propio apodo hace alusión a un planeta así que pensé que esto sería un buen regalo de bienvenida para ti. 

—¿Saturno? 

—Tú eres saturno, yo soy el anillo exterior que cuidará de ti— dice Earth con solemnidad y la electricidad entre los dos vuelve a estallar con la violencia de una tormenta de verano. 

—¿Por qué tienes que cuidar de mí?— le pregunto de forma suave porque no ha dejado de repetirme la misma promesa a lo largo de nuestra conversación. 

—Bangna es un lugar lleno de misterios y fuerzas extrañas. Debo protegerte de ellas aunque creas que es una tontería— dice él mirándome a los ojos una vez más—. Eres importante para la reserva, doctor y eres importante para mí… para mí y para mi familia, quiero decir. Así que no te alejes demasiado de mí. Siempre responderé a tu llamado, es mi deber responder a cualquiera de tus deseos. Mix, tú… 

—¿Earth?— me escucho susurrar y mi cuerpo tiembla porque sus palabras suenan llenas de anhelo. Es como si él quisiera contarme un secreto pero no pudiera hacerlo. 

—Tienes frío— dice él y el embeleso en que sus palabras me habían sumergido parece romperse en el mismo instante en el que él se despoja de su chaqueta oscura y la pasa sobre mis hombros—. Vamos, le pediré a Kenji que prepare café para ti. 

Asiento con torpeza y él toma mi brazo con suavidad para guiarme a la entrada del edificio. Mis pasos resuenan primero en el camino de piedra y después en el linóleo color marfil de las oficinas de la Reserva. La suavidad de la chaqueta de Earth me envuelve al igual que el perfume que se impregnó en la prenda. Es un aroma fresco y masculino que me hace sentir inquieto y demasiado consciente de la cercanía de mi compañero. Sus ojos miran al frente, Earth camina con aire decidido al interior. 

SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora