Solitario

Capítulo 12. Flores de colores y confesiones.

La sonrisa de Earth debió haber sido creada en un mundo distinto a este. Alguien, un dios bondadoso fue sin duda su creador y antes de venir al mundo debió decirle: tu sonrisa sanará la tierra, tu sonrisa tendrá el poder de apaciguar las tormentas y sanar corazones rotos; tu sonrisa esconderá en sí todos los secretos del universo, le dará vida a los colores del mundo y ay de aquel que se atreva a mirarla más de dos segundos seguidos. Porque esa persona se enamorará de ti. Porque esa persona no podrá apartar sus ojos de ti aunque sabe que debería. 

Suspiro como colegial por milésima vez en la mañana. Mis ojos no hacen más que seguir a Earth mientras él prepara mi desayuno. Está utilizando ropas de color gris oscuro, el color que las personas de Bangna usan en señal de luto. La ceremonia de despedida de la pequeña Lalita será dentro de unas horas más y los dos estaremos ahí porque es deber de Earth oficiar la ceremonia. Y aunque me siento triste porque no pude hacer nada por Lalita, ahora mis ojos se alimentan de la imagen de Earth quien sonríe mientras cocina y  el aroma de un omelet con vegetales y queso llega hasta mi nariz. 

Earth tararea una canción alegre mientras lo prepara todo y mis ojos se regalan de él. Hay un mandil blanco sobre sus ropas elegantes y siento el impulso de sacar el teléfono celular del bolsillo de mi saco para tomarle una fotografía sin que se dé cuenta pero me contengo. Hacer eso me distraerá de la vista privilegiada que se extiende en frente de mí y no quiero ni puedo perderme ningún segundo de este espectáculo. Incluso Edin parece estar hipnotizado por los movimientos de las manos de Earth. Ambos lo miramos con embeleso, yo no sabía que podía cocinar. Me dijo que le daba un poco de vergüenza cocinar solamente un omelet  después de los banquetes que he preparado para él pero no me importa. Es que aún así  me maravilla que quiera hacer cosas para mí. Es que aún no puedo acostumbrarme a esta nueva vida. 

Suspiro y los ojos de Earth me buscan. Apaga la estufa y coloca el omelet en un plato para después preparar también un par de tazones de arroz. Luego, se acerca con una charola de comida y la pone ante mí sonriéndome con timidez. 

—Hice mi mejor esfuerzo, chef— dice él haciéndome reír—. Mis habilidades en la cocina dejan mucho que desear. Debí pedirle a Lawan que enviara a uno de los cocineros de la familia. 

—Luce bien — le digo con confianza—. De verdad quería comer algo hecho por ti, sé que será delicioso.

—Tienes demasiada confianza en mí— dice él mientras revuelve mi cabello y me anima a comer— ¿Necesitas algo más? 

—Come conmigo— le digo y extiendo hacia él un par de cucharas. 

—No tengo demasiada hambre… 

—Earth— le digo con seriedad y él ríe porque sabe muy bien qué es lo que quiero decirle al pronunciar su nombre de este modo. 

—Tus deseos son órdenes, tienes razón. 

Los dos rompemos a reír y aunque él lleva pequeños bocados de comida a su boca, yo me alegro de notar que mi apetito ha vuelto a mí. El omelet que Earth ha preparado es de verdad delicioso. Como con alegría porque es la primera comida de verdad que tengo en días y además, Earth lo preparó para mí y mi madre siempre me dijo que cocinar para alguien es un acto de amor. 

Siento calor en las mejillas al pensar en mi afirmación anterior. Sí, sí, sé que me estoy adelantando demasiado a los acontecimientos pero la esperanza de que Earth pueda amarme algún día es más grande ahora que nunca. Ahora puedo atreverme a soñar con un mundo donde eso sea posible. Esta mañana, de hecho, no hay nada que sea imposible mientras la mirada de Earth descanse sobre mi piel. 

—¿Iré a trabajar después de la ceremonia de Lalita?— le pregunto a Earth porque en realidad no he tenido noticias de Aof ni de nadie acerca de cuándo se terminará mi licencia por enfermedad.