Yeonjun apartó la mano que tenía Soobin sobre su rostro.
-Es demasiado tarde para eso. Han pasado muchas cosas desagradables entre nosotros. Nos hemos hecho mucho daño -expresó con tristeza.
El castaño hizo el amago de esquivarle pero él le aferró del brazo.
-No quiero que te marches, JunJun. Te necesito aquí conmigo -le suplicó de pronto.
Yeonjun lo miró sorprendido. Era lo más cercano a una declaración de amor que había escuchado de sus labios. Por desgracia lo sucedido en su casa le había hecho comprender que no podían estar juntos.
-Lo siento, pero la decisión ya está tomada -musitó al borde de las lágrimas.
Sentía como sus propias palabras rasgaban sus entrañas.
-¿Es porque estás liado con ese imbécil de Bogum? -preguntó con rabia.
El menor se dio la vuelta y lo miró furioso.
-No, es porque tú te encargaste de borrar de un plumazo todas mis esperanzas -le reprochó llorando-. Yo tenía la ilusión de empezar un proyecto en común. Por una vez me veía sentando cabeza, estudiando de nuevo, viviendo contigo en un pequeño apartamento. Pero tú me dejaste claro que no es posible.
-¿Y quieres saber por qué? -gritó enfadado-. Porque siempre que he intentado mantener una relación normal ha sido un rotundo fracaso. Yo no soy de esa clase de tipos que esperan a sus parejas con una sonrisa estúpida y un ramo de flores. No sirvo para convivir en en una relación. Me he acostumbrado a la soledad. A no contar con nadie más que conmigo. Pero está bien, si es lo que quieres lo intentaré. Si con alguien puede funcionar es contigo.
-Oh pues muchas gracias por su esfuerzo, señor banquero, pero ya no es necesario. Ahora cuento con mis propios planes.
Soobin mandó al cuerno su intento de reconciliación y pasó a lo que mejor sabía hacer.
-No lo voy a consentir ¿me oyes? No pienso permitir que te marches de la ciudad -le aseguró siguiéndolo hacia el jardín.
-No veo la manera en que lo puedas impedir -alegó sin detenerse.
-Te subiré los intereses, te haré la vida un infierno si hace falta -le amenazó preso de la desesperación.
Yeonjun se dio la vuelta y le plantó cara.
-Ahí está el verdadero Choi Soobin sin su disfraz de cordero.
-¡Sí! -gruñó-. Así soy yo. Un cabrón egoísta capaz de hacer lo que sea por conseguir lo que quiere. Y te quiero a ti, Yeon. Así que más vale que te olvides de esa tontería de vender la casa y mudarte.
-El problema, señor Choi, es que yo me he dado cuenta de que no quiero estar con un cabrón egoísta. No soy como tú.
-Y una mierda -le espetó-. ¿Quieres que hablemos claro de una vez?
-¿A qué te refieres?
Soobin esbozó una sonrisa burlona y con un rápido movimiento lo atrajo hacia él.
-Contéstame con sinceridad a esto. ¿Qué es lo que te molestó en realidad? ¿Qué te azotara o me follara a otra persona? -le preguntó con un susurro provocador.
Yeonjun levantó la mano y sin pensárselo dos veces le soltó una bofetada.
-Ya veo cual es la respuesta -contestó el pelinegro, llevándose la mano a la mejilla golpeada.
-¡Eres un imbécil!
El mayor rompió en una carcajada y lo volvió a coger por la cintura.
-Reconócelo, Yeonjun. A ti no te molestó que te encadenara a la ducha, te mojara con agua helada y te azotara. Ni siquiera te molestó que te usara de bandeja. Apuesto a que eso incluso te puso cachondo -supuso con una expresión arrogante-. A ti lo que te tiene molesto es lo que pasó con Beomgyu porque sientes que te fui infiel. ¿Me equivoco?
El castaño no pudo desmentirlo y Soobin esbozó una sonrisa triunfal.
-No tienes motivos para ponerte celoso. Lo que hubo entre Beomgyu y yo solo fue sexo. No significó nada especial.
-Gracias por aclarármelo, ya me siento mucho mejor -replicó con ironía.
Pero cuando hizo el amago de apartarlo, el pelinegro lo empujó contra un árbol y lo acorraló entre sus brazos.
-Perdona por provocarte un ataque de cuernos. Ahora ya entiendes lo que sentí yo tantas veces cuando te enrollabas con otros chicos -murmuró cerca de su oído.
El menor notó como se le ponía la piel de gallina y se le aceleraba el corazón.
-Yo no me tiré a nadie delante de ti -protestó.
-Pero te dejabas toquetear y besuquear a sabiendas de que yo te observaba a escondidas. Jugabas con mis sentimientos y te reías de mí. ¿No es eso igual de mezquino? -le reprochó con suavidad-. Créeme Yeon, yo mejor que nadie sé lo que hiere la afilada daga de los celos. Y no me apuñalaste con ella solo una vez. Fueron muchas veces. Ya ves, bebé, somos unos maestros en despedazarnos mutuamente. Pero ahora te pido que enterremos el hacha de guerra y hagamos una tregua -le suplicó rozando con sus labios la curva de su cuello.
Yeonjun dejó escapar un suspiro mientras notaba como su mano se colaba por el interior de su camisa.
-No funcionará, Soobin -murmuró acalorado por el deseo-. Los dos somos demasiado obstinados y temperamentales. Nos pasaremos el día discutiendo -le dejó caer al notar como su boca hambrienta buscaba su cuello.
-Sin duda es lo que ocurrirá -le aseguró antes de mordisquearle el hombro.
El castaño, excitado, enterró sus dedos en su cabellera oscura.
-No dejaré de provocarte para salirme con la mía. Entonces tú te desquiciarás.
-Y tendré que atarte a la cama para castigarte -añadió el mayor mientras deslizaba sus manos hasta su trasero, dándole un apretón.
-Maldita sea, no se por qué, pero eso suena genial -reconoció al borde del colapso.
Soobin emitió una risita, y finalmente unió sus labios en un beso cargado de amor y pasión.
-Oh Yeon, eres mi alma gemela -le susurró contra sus labios.
-Y tú la mía -contestó sellando su amor bajo el mismo árbol en el que habían grabado sus iniciales.
The end.
FUAAAAAA TERMINÓ, AYNOPUWDO. Lamentablemente no hay ningún especial o final alternativo :(
A ver díganme, ¿Cuál fue el momento que mas les emputeció? En plan así querer golpear a alguien. A mi sinceramente cuando Soobin se acostó con Beomgyu estando Yeonjun presente.
¿Les gustó la historia? Espero que si, a mi me encantó.
Muchísimas gracias por apoyar esta adaptación hasta el final y tenerme paciencia por mis actualizaciones algo lentas. <3
¡Nos leemos en otra de mis adaptaciones si desean! Cuídense
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𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈𝐓 © soojun
Fanfiction𝐋.𝐃 | Kim Yeonjun tiene un mes para embalar sus cosas y dejar la casa donde ha vivido desde niño. Su última opción para impedir el embargo es presentarse en el despacho del banquero y suplicar por primera vez en su vida. Pero lo que no sabe es que...