"Querido Diario" |Jos Canela|

Capítulo 36; "El amor y sus efectos secundarios"

Diario;
Hoy se cumplen tres semanas de la ausencia de Jos, creo que he aprendido a manejar mejor mis emociones, comencé a visitar a la psicóloga de la escuela, empecé a contarle como me sentía, mis antecedentes en el amor y la dependencia emocional que estaba (o estoy)  depositando en Jos, claro que oculte el nombre de quien ha robado mis noches de sueño, pues no quiero meterlo en problemas. También le conté de la ausencia de mi padre, la pelea con Morgan y  como me había estado sintiendo en los últimos días. Sin duda fue lo mejor que pude hacer, los consejos y enseñanzas de la psicóloga me han hecho mejorar en el manejo de mis emociones, he estado trabajando en sentirme mejor conmigo misma, jamás pensé que tomaríamos temas como el autoestima y el auto reconocimiento, pues siempre me había definido como alguien que goza de amor propio y que conoce el valor que tiene, sin embargo, he comprobado que trabajar en mi, es lo mejor que he podido hacer. He recuperado mi ciclo de sueño, han disminuido las noches en vela, al menos ya no me duermo tan tarde, me he alejado del teléfono, he dejado de escribirle a Jos, y apenas si toco mis redes sociales. He tratado de hacer nuevas cosas y con ella algunas personas han tomado un papel simbólico en mi vida, como Mayra, al verme tan mal emocionalmente, me dio ánimos para consultar a la psicóloga, con Mayra he tenido algunas distracciones que me mantienen feliz, como salir a caminar, acompañarla cuando sale a pasear a su mascota, incluso he pensado en adoptar a un perro. Ella no sabe nada de Jos, todo lo atribuye a la ausencia de mi padre, prefiero que lo piense así, aunque la psicóloga me indicó que no debo mentir en lo que me pasa. En cuanto a Morgan, horas después de volver a mi casa ese día de la excursión, me visitó y se disculpó por todo lo que había pasado, juró que no volvería a tratarme así. Días después le comenté que tomaría terapia para sentirme mejor, aunque ella no entendía porqué lo hacía, prefirió evitar preguntar y mejor apoyarme. Yo sé que algún día podré contarle lo que pasa, pero no por ahora. Mi avance es notorio, Jos, comienza a desvanecerse de mi vida, lentamente, poco a poco, ya no duele como antes su ausencia, que no lea mis mensajes no me preocupa, ya no escribo para él y las canciones que me recordaban a él, las he borrado.
Sé que algún día lo volveré a ver, pero estaré lista para afrontarlo, para hacerle saber que ya no soy la misma. Que tal vez, ya no lo estoy esperando.

-Bien muchachos, pueden retirarse. Nos vemos el día lunes.- El profesor Guzman, da indicaciones que me hacen detener la escritura de mi diario. Una actividad que me recomendó la psicóloga para sacar un poco lo que me abruma. Aproveche el tiempo de revisión de dudas de los exámenes para escribir.

-Nos vemos el lunes, si... Nosotros no tendríamos por qué venir sábado.- Morgan, se queja. El profesor había tenido algunas dificultades médicas que lo hicieron ausentarse de las clases, su idea fue tomar sesiones los días sábados.

-Igual no tenía mucho que hacer hoy.- Bromeo. Ella ríe un poco. Salimos del aula y nos encontramos con Freddy y otros amigos.

-¿Iremos a la fiesta de Alonso?-Habla Morgan mientras comenzamos a salir de la institución.

-¿Alonso tendrá una fiesta?- Pregunto.

-Su cumpleaños.-Contesta Morgan. Apenas si puedo creer que Alonso realizará su fiesta de cumpleaños, es decir, su mejor amigo no aparece por ninguna parte. No parece importarle.

-¿Los invitaron?- De nuevo, pregunto.

-Si, Alonso hizo la invitación en el salón el día lunes ¿no lo recuerdas?- Habla Morgan. Muevo la cabeza en señal de "No" es verdad, no lo recuerdo.

-No iré. Tengo otra fiesta. Hoy es el cumpleaños de la nieta de mi jefe de la dulcería.- Les digo a mis amigos mientras como un chocolate que guardaba en mi mochila.

-No me digas que vas a preferir una fiesta infantil que la fiesta de Alonso.- El comentario de Morgan se gana las miradas de mis amigos.

-Me invitaron hace casi un mes antes, cada fin de semana me han insistido en que no falte, además, una fiesta en casa de Alonso, no es lo que necesito en estos momentos.- Sonrío, observo a Mayra, quien tiene una leve sonrisa al escucharme hablar.