"Querido Diario" |Jos Canela|

Capítulo 45 "José"

Leves golpecitos en la sien de mi frente me quieren obligar a despertar. Hago todo lo posible por bloquearlas de una sola vez. Incesante del dolor, me enredo entre las sábanas de la cama buscando calma y poder conciliar al menos unos minutos más de sueño. Pero todo me es inútil. Ahora es el increíble bochorno el que me invade en una ola de calor que me impide dormir. Exhausta y con una increíble resaca, abro los ojos, apenas si puedo reaccionar antes de entrar en pánico. Mi escenario no es el de todas las mañanas; estoy en una habitación diferente a la mía.

Con leves flashbacks, logro ponerme un poco en contexto, levanto un poco la mirada, pero es cuestión de segundos para sentir mi cuerpo adormecido, en especial mis piernas, que parece han tenido el mayor ejercicio de su vida. Golpeada física y mentalmente, me hundo en las sábanas, cubriéndome de pena mientras apenas dimensiono lo ocurrido el día de ayer.

Descubro mi rostro, me percato que Jos, no está en la cama, suspiro con ansias de verlo, pero prefiero que se quede donde esté, para evitar hablar de lo ocurrido. Toco mi cuerpo, me percato de que mi vestimenta del día de ayer no es la misma a la que porto. ¿Qué más pasó ayer?

Me culpo miles de ocasiones, buscando una respuesta a mi pregunta. Solo uso mi licra que cubría la parte inferior de mi cuerpo a incidentes con mi vestido, y una playera holgada, que parece ser de la propiedad de Jos. ¿A qué hora me retire el vestido?

Escucho el sonido del baño, que me obliga a esconderme bajo la sabana. Leves pasos indican que Jos se acerca a la habitación, puedo sentir como vuelve a la cama y deja caer su brazo sobre mi abdomen.

-Sé que estás despierta.- Me susurra, al oído. Su ronca voz, me hace dar un leve salto involuntario, y su mano jugando en mi abdomen me hace sentir un  escalofrío. Rápidamente me volteo y me escondo en su pecho. No estoy siendo capaz para que me vea.

-¿Como es que terminé con tu ropa?- Le pregunto un poco exaltada al sentir sus manos jugar con mi cabello una y otra vez. La mínima idea de pensar que pasó algo más y yo no lo recuerde, me pone paranoica, con pena y angustiada.

-¿No lo recuerdas? Minutos pasados que te dormiste, me pediste ropa, ya que estabas muy incomoda. Te cambiaste sola en el baño. No tienes porque preocuparte, no pasó más.- Me dice, le sonrío apenada, no dudo de su palabra. Aunque la vergüenza me esté consumiendo al nisiquiera recordar un poco de ese momento.

-Me apena mucho no recordar nada.- Le digo, mientras cubro con la sabana mi rostro. Él se apura a descubrirme.

-Hey, no tienes porque sentir pena, fue algo maravilloso lo del día de ayer. Ame verte así, tan coqueta conmigo, resplandeciente, hermosa, seductora, siendo tu quien diera la iniciativa...- Sus últimas palabras hacen que de nuevo, tome la sabana con fuerza para cubrir mi rostro.

-Talvez quería llegar a algo más, pero no sé qué pasó.- Puedo recordar como Jos repetía aquella excusa de "No haremos algo donde tu estés borracha" pero también lo recuerdo queriendo arrancarme el vestido, sin embargo;  al final yo se lo negué.

-Me pone feliz que no ocurriera.- Me dice después de darme unos cuantos besos. Lo observo sonreír, incrédula a lo que acaba de decir.

-¿Qué?- Le pregunto confundida. No es la respuesta que esperaba en su mayoría, tal vez que la que ninguna chica espera de parte de su novio.

-No espero que tu primera vez conmigo sea así de simple.- Me dice, le sonrío apenada. No es un tema que platiquemos mucho o sea algo que estoy esperando.

-¿Simple? ¿De verdad? Creo que lo único importante debería ser estar contigo.- Le digo. Analizo mi comentario, parece que acepto que quiero estar con él, de la manera menos discreta posible.