⚜La busqueda (2/3)⚜

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A la mañana siguiente Zuko me pidió que habláramos a solas, por lo que nos alejamos del resto y nos sentamos en un acantilado, allí me mostró una carta que escribió su madre para su antiguo amor, en ella confesaba que Zuko no era hijo del señor del fuego, sino suyo.

- No puedo creerlo. – suelto tras leer la carta –

- No soy su hijo. ¡esto le da sentido a gran parte de mi vida! ¡es por eso que Ozai fue capaz de desterrarme sin pensarlo dos veces!

- Si no eras hijo suyo, ¿Por qué no se deshizo de ti directamente?

- ¡Estuvo a punto! La noche antes de que mi madre se fuera, mi abuelo le ordenó quitarme la vida como castigo por pedir el derecho al trono de Iroh, Ozai ni siquiera se opuso, iba a hacerlo.

- Pero no lo hizo... ¿Por qué? Si ya iba a sacrificarte creyendo que eras su hijo, ¿Por qué no después de saber la verdad?

- Mi madre debió detenerlo de alguna manera...

- ¿Y crees que es cierto? No lo sé, estamos confiando en una carta de hace años, no sabemos toda la historia. No debe de ser verdad, por el bien de nuestra nación.

- ¿Por qué? Todas las noches he tenido esta extraña sensación de... esperanza. – sonríe mirando la carta –

Me quedo en silencio mirando su rostro unos segundos en los que todo parece cobrar sentido en mi cabeza, porque si él no es hijo de Ozai no le corresponde el derecho al trono, y si el resto del mundo se enterara su reinado acabaría, pero Zuko sonríe y habla de esperanza.

- No quieres ser el señor del fuego... - le digo –

Zuko gira su rostro hacia mi y frunce el ceño al mismo tiempo que curva sus labios hacia abajo en un puchero, tiene la mirada confusa, como si acabara de revelar un secreto suyo que él desconocía.

Siento como se me contrae el corazón con decepción, llevo años a su lado, luchando juntos contra el mundo, contra cada adversidad, contra cada pesadilla y ahora ese fuego que lo impulsaba cuando su reinado comenzó parece haberse apagado y ahora solo pudiese ver el humo, las cenizas de lo que fue.

Ni siquiera es capaz de hablar, no dice nada, se queda mirándome como si supiera que me ha decepcionado y no sabe como disculparse.

- ¡Ahí estas! – grita Azula –

Aparece de entre los arboles echa una furia con fuego en sus manos.

- ¡Ella te dijo que robaras la carta de mi bota! ¿¡verdad?! – nos lanza llamaradas de fuego – ¡Dámela! ¡no la dejare ganar!

- ¿¡Donde están Katara, Sokka y Aang?! ¿¡que les hiciste?! – le grito –

- ¡Ella no se saldrá con la suya! – repite –

- ¡Ve con ellos, ______! ¡yo puedo encargarme de Azula! – me grita Zuko –

Corro hacia donde estaba nuestro campamento para ver que ha sido de ellos, pero cuando llego descubro que no es nada grave, Azula ha incendiado algunos arboles y ellos intentan apagar el fuego, suspiro aliviada y decido volver junto a Zuko por si necesita ayuda.

Descubro que la sostiene de la camiseta al borde del acantilado echa una furia y desquiciada, estoy a punto de intervenir cuando Azula habla:

- Espera, tuviste la carta toda la noche, ¿Por qué no la quemaste cuando tuviste oportunidad? Dime querido hermano, ¿Por qué?

Me quedo petrificada, oculta entre los arboles esperando la respuesta de Zuko, quien no responde y decide empujarla contra la tierra, salvándola de una caída fatal.

Embers (Sokka x tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora