Embers (Sokka x tú)

⚜Humo y sombra (2/3)⚜

Despierto en mi habitación del palacio de la nación del fuego mareada, la habitación esta casi a oscuras y siento la garganta seca.

Aun un poco adormilada veo como la puerta de mi habitación se entreabre y deja ver a una pequeña cabecita morena.

- Kiyi... ¿Qué haces aquí? – le pregunto incorporándome –

Mi sobrina se acerca corriendo hacia mi y se sube de un salto a la cama.

- Has estado mucho tiempo dormida, ¿estas enferma? – coge mi mano –

Tiene una mano pequeña y cálida, en comparación con la mía que se ve enorme.

- Eso quiero averiguar, ¿Por qué no llamas al doctor pequeña?

Asiente con una sonrisa y sale corriendo en su busca, mientras yo me recuesto agotada, últimamente siento como me pesa todo el cuerpo y me cuesta más hacer las cosas.

Ojalá Sokka estuviese aquí; y también me pregunto si Aang habrá recibido mi mensaje.

Minutos después Kiyi vuelve junto al medico y con Zira sentada en su cabeza; se acerca a mi riendo.

- Tía _______ ¡mira! – señala a Zira – ¡le caigo bien! – se sienta a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja –

Tras nuestro viaje en barco a la nación del fuego se ha apegado mucho a Zuko y a mí, incluso ahora me llama tía, que en realidad lo soy, pero me suena raro y bonito al mismo tiempo.

- Claro que le caes bien, eres una monada. – le respondo acariciando su mejilla con cariño –

Ella ríe y se queda a mi lado todo el tiempo que el medico me examina. Preocupada por lo que pueda decirme frunzo el ceño preocupada, algo que mi sobrina nota y coge mi mano al mismo tiempo que Zira se coloca pegada a mi muslo.

El doctor se incorpora y me sonríe.

- Enhorabuena, esta usted embaraza. – me dice –

Kiyi estalla en sonrisas y acerca su oreja a mi vientre con los ojos brillante.

- ¡Un bebe! ¡vas a tener un bonito bebe! – grita acariciándome la barriga –

- ¿D-de cuanto estoy? – pregunto sin todavía creérmelo –

El cabrón de mi esposo si que es certero, lo intentamos una vez y PUM me deja embarazada, aun que eso es lo que queríamos... suena muy irreal.

- Todavía no es seguro, pero si puedo decir que llevas un mes de embarazo y que no debe hacer mucho esfuerzo físico, creo recordar que me dijo que tuvo complicaciones en su primer embarazado, debe ser más cuidadosa ahora, su salud no es la mejor en estos momentos.

- Pero soy la mano derecha del señor del fuego y comandante de los ejércitos, no puedo simplemente dejar mi deber a un lado.

- No le estoy pidiendo que deje de hacer su trabajo, pero si que descanse más, no será seguro ni para el bebe ni para usted que luche en estas condiciones, debe abstenerse de peleas y situaciones de estrés.

- No sé si eso será posible.

- Debe hacerlo. – posa su mano en mi hombro – por el bien de su bebe.

Suspiro frustrada y respiro hondo.

- Lo comprendo, por favor no diga nada de mi estado a nadie, quiero ser yo quien lo anuncie a mis seres queridos.

- Por supuesto, ahora me retiro comandante ______, cualquier cosa que necesite hágame llamar.

- Lo hare.