⚜Humo y sombra (1/3)⚜

939 72 17
                                    

Ursa y su familia van a visitar la ciudad capital de la nación del fuego por primera vez desde su exilio y Zuko ha querido estar con ellos, como mano derecha que soy estoy en la obligación de acompañarlos a pesar de que mis amigos y mi esposo están en Yu Dao celebrando los resultados de las elecciones de gobierno por la nueva coalición.

Ojalá pudiera estar allí, hace mucho que no veo a Toph y echo de menos a todos, pero el deber me llama.

Las cosas han cambiado y Kiyi, mi sobrina, tiene miedo de Ursa, ya que no reconoce su verdadero rostro y se apega más a su padre.

También buscamos a Azula por semanas, pero no logramos encontrarla.

Es de noche cuando me encuentro en el extremo opuesto del barco, no quiero ver a Ursa, quien se pasa la mayoría del tiempo pegada a Zuko, preocupada por su hija o intentando ser amable conmigo.

La cabeza comienza a darme vueltas y el balanceo del barco no me ayuda, creo que esto de viajar por mar empieza a afectarme.

Al final termino vomitando por la borda.

- ¿Estas bien? – me pregunta una voz familiar a mis espaldas –

Al girarme veo la cara de Ursa, lo que provoca que mi expresión se vuelva seria.

- Estupendamente. – le respondo limpiándome con el dorso de mi camisa –

Su rostro se entristece y por un momento me siento culpable, supongo que no le estoy dando mucho margen para rectificar sus errores conmigo.

Carraspeo y me apoyo en la barandilla del barco.

- ¿Cómo esta mi sobrina? – le pregunto –

Ursa me mira un tanto sorprendida antes colocarse a mi lado con un poco de inquietud.

- Adaptándose, necesita tiempo.

- Es normal, ha habido muchos cambios. Todo esto es...difícil para todos.

- No lo parece para Zuko. – comenta –

- Eso es porque él te ha buscado toda la vida de alguna manera, nunca dejó de quererte, no como Azula.

- ¿Crees que estará bien?

La miro unos segundos antes de desviar la mirada.

- Ni lo sé ni me importa.

- ¿Cómo puedes decir eso? Se que ha cometido errores, pero ella también es tu sobrina, tu familia.

Aprieto los puños y golpeo con ira la barandilla de madera antes de girarme hacia ella echa una furia.

- Tú no sabes de lo que hablas, ¿Qué importa si es mi sobrina? No la reconozco como tal, mi familia es Zuko, mi familia son mis amigos, Sokka, no ella.

- N-no se porque tanto rencor, pero debes perdonar, al igual que yo intento que me perdones, ella puede cambiar. – intenta tocarme el hombro, pero la aparto –

- ¡No me importa si cambia, muere o se pudre en cualquier parte del planeta!

- ¡________! – su voz de reproche me hace estallar –

- ¡Cállate! ¡no puedes venir aquí y pretender ser una familia feliz! ¡no cuando no sabes nada de lo que pasó! ¡de lo que todo lo que tuvimos que pasar! ¡de lo que hice, de lo que me hicieron! ¡no eres la única que ha sufrido!

- ¿¡Como pretendes que lo sepa si me apartas de ti?!

Nos quedamos en silencio unos segundos que parecen eternos y llenan el ambiente de incomodidad.

- _________... quiero hacer las cosas bien, y entiendo que todavía no puedas perdonarme, pero necesito que lo intentes, quiero tener una buena relación contigo.

- Azula me provocó un aborto. – confieso sin más –

- ¿Qué?

- Estábamos en guerra, el día del sol negro pretendíamos derrocar al señor del fuego, pero no pudimos, fue más listo que nosotros y por supuesto Azula estaba allí, nos pillo por sorpresa con sus guerreros maestros de la tierra y recibí un mal golpe en el vientre – aprieto los puños – no sabia que estaba embarazada hasta que Azula se percató de que sangraba ¿y sabes que hizo tu querida hija? – la miro a los ojos – Se echó a reír.

Sus ojos se abren como platos y no soporta más sostener mi mirada.

- Lo siento mucho _______, yo...

- No digas nada, ya han pasado dos años de eso.

- ¿Quién era el padre? – se atreve a preguntar –

- Sokka.

- ¿El chico gracioso con el bumerang?

- Sí, supongo que no sabes que es mi esposo. – le muestro el collar oculto bajo mi camisa –

- Oh, no sabia que te habías casado, eres muy joven.

- Bueno, estábamos en tiempos de guerra y no sabíamos si sobreviviríamos al mañana, por lo que cuando todo terminó seguíamos igual de enamorados que la primera vez y tras cumplir la mayoría de edad nos casamos. – sonrío de forma inconsciente –

- Parece que ese chico te hace feliz. – me sonríe –

- Sí, le quiero mucho. – confieso –

Tras esa pequeña charla me siento un poco más unida a ella, es cierto que aun discutimos, pero supongo que solo me hace falta tiempo y dejarle que avance un poco.

Esa mismo noche Zuko me reclamó para idear un plan para llegar sanos y salvos a la capital.

A la mañana siguiente las guerreras Kyoshi llegaron junto a Iroh en el submarino que creó Sokka, es todo un genio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente las guerreras Kyoshi llegaron junto a Iroh en el submarino que creó Sokka, es todo un genio.

Iroh se ofreció para hacer de señuelo en la llegada en barco a la capital para la gente que intenta hacer daño a Zuko, mientras que el resto de nosotros viajamos por rutas secundarias en una carroza custodiada por Suki y sus guerras.

El viaje transcurrió con normalidad hasta que fuimos atacados por un grupo de personas que llamaban impostor a Zuko, pero gracias a las guerreras Kyoshi, Mai, Iroh y un chico llamado Kei Lo logramos neutralizarlos.

Admito que Zuko dio un gran espectáculo de poder, ese dramatismo se lo enseñé yo, algo de lo que me siento orgullosa, debería enseñarle a Kiyi también.

Por desgracia es el padre de Mai quien esta al mando de todo y ha organizado ese asalto por lo visto.

Pero lo importante es que al final llegamos sanos y salvos al palacio, ya ha pasado un mes desde que volvimos y las cosas han estado tranquilas, si no contamos que me pongo enferma muy a menudo.

Pero obviamente los problemas nos persiguen y Zuko descubre que unos espíritus se han llevado al hermano de Mai, por lo que he mandado a Zira en busca de Aang, necesitamos al avatar.

Embers (Sokka x tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora