Capitulo 23

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–Entonces ¿Qué tenían pensado con los semidioses? –preguntó Jazmín, cuando estuvieron de vuelta en la sala del barco.

–No pensamos en ponerlos a pelear contra Vacío, pero tal vez podrían ocuparse de los monstruos –le contestó Annabeth.

–Así nosotros nos concentramos únicamente en Vació –continuó Percy.

–Podría funcionar –coincidió Jazmín, tras pensarlo un momento –. La última vez los monstruos nos separaron y Vacío nos venció

–Además no me parece tan difícil –dijo Erick –. Creo que podrían con eso.

–Pero si confiamos en ellos y nos enfocamos por completo en Vacío puede que uno de los monstruos llegue con nosotros y nos tome desprevenidos –replicó Maddi.

–Es un riesgo, pero es el único plan que tenemos –le dijo Annabeth.

–Así que nos piden que confiemos en que los semidioses podrán defendernos –dijo Daniel, enfadado.

–Vamos, Daniel –le dijo David –. El chico no tiene la culpa de ser hijo de Zeus, esta tan condenado como nosotros.

–No es lo mismo –se quejó suave su hermano.

–Sabes a lo que me refiero.

Soltó una ligera risa.

–Claro que se a lo que te refieres –le dijo molesto, lo que confundió a su hermano –. Te escuche hablando con Annabeth –aclaró y solo le costó un momento a David entenderlo.

–Se suponía... se suponía que estabas dormido –justifico él.

–Pues no lo estaba, me desperté justo para escuchar la última parte –lo volteo a ver a los ojos, muy molesto –. La parte de la historia que siempre supe que faltaba, porque, siendo honestos ¿Cuánta probabilidad había de que un agente que ve a través de la Niebla nos encontrará como si nada y supiera que éramos algo más?

«Intente convencerme de que eran las moiras fastidiando, pero sabía que había algo más, una pieza que no había visto... ¡Y claro que lo que faltaba era Zeus! ¡Claro que él lo orquesto todo! ¡Quien más podría?

Suspiró y bajo la vista, soltando una nueva risita.

–Ni siquiera me sorprendió, en realidad. Es Zeus, hermano ¡Él nunca se preocupó por nosotros! ¡Nunca le importamos!

Tomó una pausa.

–¡Pero tú! –alzo la vista con la rabia recuperada y lo señaló acusatoriamente –¡Eres mi hermano, David! ¡Hemos estado décadas juntos! ¡Nos hemos apoyado y ayudado por siglos! ¡Tuviste miles de oportunidades para contármelo, pero decidiste no hacerlo! ¡Decidiste mentirme por siglos! ¡Decidiste contárselo a Annabeth antes que a mí!

–Daniel, por favor. Lo lamento –intentó defenderse David –. Yo solo... solo quería protegerte. Creía que dejarlo atrás era lo mejor.

–Que lo lamentes no es suficiente –le dijo decepcionado –. Yo merecía saberlo. Merecía la verdad. No tenías derecho a esconderme algo tan importante –. Caminó hacia la puerta –. Tomen el plan que quieran, me lo explican luego. Voy a estar en los bosques –. Volteo a ver a su hermano –. No me busquen.

Y salió de la habitación, dejando un silencio incómodo.

–Creo... creo está bien usar a los semidioses contra los monstruos –dijo de pronto David, rompiendo el silencio y volviendo al tema anterior a la escena con Daniel.

–Claro... podemos votar –cuestionó Jazmín, incomoda aun con la escena.

–Son obvios los votos –dijo Maddi –. David, Erick, Percy, Annabeth y tú están de acuerdo, aunque Chris no lo estuviera, son mayoría.

¿Qué haría sin ti? (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora