Capítulo 26

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La próxima semana, para sorpresa de todos, no hubo ningún ataque, así que La Secta uso ese pequeño periodo de paz lo mejor que pudo. 

Para los semidioses ere un total misterio lo que hacían, pues casi no los vieron. Habían cancelado los entrenamientos y se habían encerrados todos en el barco, saliendo solo en contadas ocasiones, para recolectar cosas de sus cabañas o del bosque.

Los semidioses estaban convencidos de que ya tenían un plan, pero tras lo ocurrido con Maddi decidieron que era mejor tomar distancia y esperar que Percy y Annabeth abogaran por ellos.

Lo más extraño fue que un día cuando despertaron el barco había zarpado de la playa. Más tarde, después de la sorpresa inicial, encontraron una nota dejada por Percy avisando que regresarían, cosa que sucedió casi dos días después.

Para los semidioses no fue difícil adivinar que La Secta planeaba que el próximo ataque fuera el ultimo, así que, mientras parecían haberse olvidado por completo de ellos, se prepararon por sí solos, ideando planes de batalla, entrenando y haciendo varias actividades para mantener a los semidioses ocupados y evitar que perdieran la moral.

Fue una semana agotadora para todos, pero para cuando el ataque de Vacío fue notado por los semidioses que hacían guardia y las alarmas sonaron, todos estaban ya preparados para lo que viniera.

Pasase lo que pasase, esa era la batalla final.

-.-.-.-.-.-

En el barco, cuando La Secta escuchó la alarma a lo lejos ya tenían listos todos los preparativos para terminar por fin con la guerra, así que todos salieron a la batalla algo tranquilos, sabiendo exactamente lo que tenían que hacer.

Aunque Percy se quedo más tiempo de los demás, viendo preocupado a Annabeth, quien se encontraba acostada en la cama, sin fuerzas siquiera para incorporarse.

–Oye –llamó la atención del chico, tomando su rostro entre sus manos y sonriéndole–. Todo va a estar bien.

–No puedes estar segura.

–Claro que lo estoy. Tenemos un plan, un muy buen plan

–Es solo que parece demasiado bueno como para que sea posible.

–Nos lo merecemos.

–Solo espero que cuando esto acabe podamos estar juntos.

–Es una cita, no te atrevas a llegar tarde –intento bromear la chica.

Percy le dio un beso de despedida a la chica y se le quedo viendo fijamente unos segundos antes de irse, intentando memorizar sus facciones.

–Te amo, listilla –le dijo al irse.

–Y yo a ti, sesos de alga.

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Cuando Percy llego a la batalla noto que era el ejercito más grande que Vacío había llevado, lo que lo inquieto un poco, esperaba que los semidioses no tuvieran demasiados problemas con eso.

Antes de alcanzar a los demás guerreros de Caos, corrió a los semidioses inmortales.

–Oigan, chicos –los llamó, terminando con algunos monstruos a su alrededor para ganarse algo de tiempo para hablar tranquilamente –. Solo quería despedirme, ya saben, cuando esto acabe tendré que volver con Caos, no sé si los pueda volver a ver.

Sus palabras lograron que los semidioses se tomaran un momento para escuchar atentos.

–Sé que muchas cosas no salieron bien en este tiempo y que las cosas estuvieron tensas al principio y puede que varias hayan sido un tanto raras, pero aun así no tienen ni idea de lo importante que fue poder volver a verlos.

¿Qué haría sin ti? (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora