El comienzo

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Agosto 31, 1939

"...No estoy seguro de cuándo fue el primer día que me encerré en mi habitación, de cualquier forma, no creo que sea relevante ese detalle para darme cuenta que vivir en soledad me ha enseñado algunas cosas que antes no sabía. En general, puedo decir que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. La primera es más fácil de sobrellevar, la ausencia de la gente es, para muchos filósofos, la apertura hacia nuevos conocimientos. Sócrates, Rousseau o el mismo Nietzsche creían en el aislamiento voluntario como vía para el autodescubrimiento. En cambio, sentirse solo puede ser devastador porque, aunque inconsciente, la soledad se posesiona de la moral. Al cuestionarse el hombre por su realidad, este comienza a sentirse el centro de universo, luego exagera los hechos y las situaciones, toma decisiones egoístas y termina persiguiendo ideas apócrifas sin pensar en los demás.

Al final, puede que la soledad sea como el hambre, ambos son sentimientos internos que se sacian a través de factores externos y es en este punto en que nos damos cuenta de que, sin importar lo mucho que tengamos, al final no somos nada si estamos solos..."

Berlín

El despertador sonó a las cinco y media de la mañana como todos los días. El sol todavía no se asomaba por completo y siempre le costaba trabajo abrir los ojos, por eso solía dejar el aparato retirado de su cama, era la única manera de levantarse antes de volver caer rendido en el sueño. Se levantó cansado de la incómoda cama, aunque no podía quejarse, ese colchón viejo al que se le brotaban los resortes era mucho mejor que el que había tenido en su infancia. Tomó el aparato con ambas manos para apagarlo y se frotó los ojos al tiempo que bostezaba con pereza. Le atraía demasiado la idea de volver a acostarse en su lecho para dormir algunas horas más, desgraciadamente, no podía darse el lujo de llevar aquel deseo a cabo.

Se levantó de la cama y caminó hacia el espacio en su alcoba destinado para el aseo de su persona. Retiró el pantalón de su pijama y su boxer, desde que llegó a Berlín notó la drástica diferencia de temperatura entre la ciudad y las montañas donde creció, ahí el frío era mucho más soportable, por lo que en las noches prefería dormir sin camisa. Se metió a la ducha y dejó que todas sus preocupaciones se las llevara el agua fría.

Después de aquel baño relajante, se vistió con su usual uniforme gris para luego dirigirse a la cocina en donde las silenciosas mujeres polacas preparaban el desayuno para el señor y la señora de la casa. En la mesa, había un plato con frühstück dispuesto únicamente para él debido a que ese día desayunaría sin la presencia de su usual compañero de guardia.

No tardó mucho en terminar sus alimentos, conocía muy bien a su oficial superior como para saber que a él no le agradaba la impuntualidad por lo que, una vez que terminó el desayuno, salió directamente hacia el comedor principal para asegurarse de que el obersturmfuhrer también estuviese listo para la reunión de aquel día. Al pasar junto a la puerta se encontró con un par de ojos verdes que le sonrieron en cuanto lo vieron. A pesar de que llevaba más tiempo bajo el mando del teniente, este se negaba a ascenderlo, quizá porque no le agradará, era la única razón que se le ocurría.

—¡Oh, McCormick! —lo llamó el joven rubio en la entrada de la cocina mientras veía que las mujeres se apresuraban a llevar el desayuno al comedor principal— qué bueno que te veo, Herr Obersturmfuhrer está preguntando por ti, quiere saber si ya estás listo para salir.

—Justamente voy a verlo —le respondió tranquilo, entre ellos se había formado una amistad muy cercana desde la llegada de Kenny a esa casa, por lo que las formalidades no eran necesarias— muchas gracias, Stotch.

Dicho esto, Kenny se alejó de aquella puerta de madera y comenzó a caminar directo al comedor, tal vez haber caído en esa casa fue lo mejor que le pudo suceder tomando en cuenta que era hijo de un polaco y que sería enviado a la batalla en la primera oportunidad, probablemente debía agradecer todo el papeleo que hizo el obersturmfuhrer por hacerlo parte de su selecto escuadrón de guardia, sin embargo, había una razón muy grande por la que no se atrevía a hacerlo.

Siempre a tu lado... 💖Style💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora