Múnich, 1940 / Berlín 1941
Una increíble oleada de calor recorrió mi cuerpo. Estaba agitado y el corazón me latía acelerado. El sudor empapaba mi espalda y corrientes de electricidad me provocaban espasmos de cuando en cuando.
Nunca, ni en mis más ocultas fantasías, llegué a pensar en ella de una manera similar. Para mí, Wendy era tan pura que no encajaba en este mundo oscuro de lujuria y sensualidad mezcladas. Observé con atención su rostro, aquel del que tanto tiempo estuve enamorado, sus labios carnosos en forma de corazón se abrían y cerraban para tomar pequeñas bocanadas de oxígeno incitándome a pegar los míos con los de ella para degustarlos como un dulce manjar que llevaba años sin probar.
Aunque trataba por todos los medios de que mis movimientos fuesen sutiles y suaves, a estas alturas me resultaba casi imposible no dejarme llevar. Wendy también comenzó a moverse de manera frenética y mientras la veía cerrar los ojos y morderse los labios con desesperación supe que, sin importar cuantas mujeres existieran en el mundo, ella era la única a la que amaría con esa intensidad.
El culmen de aquel exquisito acto llegó no mucho después. Al ver que su espalda se arqueaba por acto reflejo y que emitía un gruñido de placer, mi excitación no pudo ser mayor, mi cuerpo se tensó y mis manos se empuñaron en la sábana dando paso para que mi imborrable huella, producto de esta erótica acción, terminara dentro de ella como prueba de mi más grande amor.
Estaba cansado y me tiré a un lado aspirando el aire con increíble dificultad, mas no deseaba descuidar a mi amada, quise asegurarme de que ella se encontrara con bien. Al pasar mis ojos hacia Wendy, la vi sonreír mientras se acurrucaba en mi pecho, buscando protección en mis brazos.
Era la primera vez que nosotros teníamos esta clase de encuentros, a decir verdad, ella aún era virgen antes de este día, pero me dijo que sería una especie de regalo por regresar con tantas victorias, algo que no era del todo verdad pues en mi historial solamente podía jactarme de dos y, distinto a lo que se podría pensar, no era que me agradara mencionar ninguna de ellas. Besó mis labios con infantil inocencia y sentí cómo recostó su cabeza sobre mi pecho desnudo.
—Stan —me llamó y su voz sonó como el canto de una sirena, dulce y seductora a la vez. Yo me limité a girar mi atención hacia su persona y sonreí— ¿te gustó? —mi respuesta se limitó a unir de nuevo mis labios con los de ella como hacía tanto tiempo lo había deseado y me correspondió coqueta— ¿te puedo hacer una pregunta?
Y aquello me recordó a las antiguas respuestas que Wendy me daba cuando yo, inseguro, cometía esa clase de errores— ya la hiciste —sonreí divertido y ella me golpeó en el hombro.
—Esto es serio, Stan —me dijo y reí de su enfado tratando de controlar la agitación de mi cuerpo— solo quería saber si tú... —de pronto su voz bajó algunos decibeles, hasta parecía culpable de algo que yo desconocía— ¿si tú me odias o estás molesto conmigo?
Por supuesto que me sorprendió aquel cuestionamiento y levanté una ceja confundido. A decir verdad, esa pregunta estaba bastante fuera de contexto después de lo que acabábamos de hacer y mucho más tomando en cuenta que nuestros cuerpos todavía se encontraban en medio de aquel nudo de piernas y sábanas— ¿por qué lo creerías?
—Sabes que te amo, ¿verdad? —me cuestionó con algo de temor y yo asentí extrañado con la cabeza— también sabes que ninguna de mis acciones son para lastimarte o perjudicarte...
Levanté el torso para observarla mejor, realmente me estaba preocupando— ¿qué sucede, Wendy? —evadió mi mirada inquisitiva y jugó culpable con el dobladillo de la frazada que cubría nuestros cuerpos desnudos.
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Siempre a tu lado... 💖Style💖
Fanfiction"Porque sin importar las adversidades, sé que siempre estarás para mí..." Au Style inspirado en la segunda guerra mundial. Advertencias: * Respetaré los nombres de los personajes por mucho que estos no sean alemanes. * El vocabulario vulgar que util...