ITO (Taekook)

13

—A ver Jungkook, explícame de otra manera porque no te estoy entendiendo absolutamente nada.

—Te estoy diciendo que hace más de una semana Taehyung no sale de la habitación. Ni siquiera quiere comer y cuando me acerco se encierra otra vez.

—Mm... eso suena mal—comentó Jimin frunciendo el ceño y Jungkook asintió dejando caer su cabeza en la mesa— ¿Pero no te haz puesto a pensar la razón por la cual lo hace?

—No... la verdad es que a penas estoy en la casa últimamente por venir a trabajar.

—Te creo. Pero hace lo de otras personas, métete en su habitación y te encierras con él hasta que te diga que es lo que pasa.

—¿Lees muchas novelas?— Jimin asintió riendo— Se nota.

—Perdón, pero mi cerebro no es muy sano que digamos. Te iba a decir más cosas pero que eso mejor se quede en mi cerebro.

—Ya no hables más.

—Ok.

—Oye, pero tú eres su amigo ¿No te ha dicho nada?— el pelirrojo negó mirando hacia otro lado—¿Jimin...?

—Te juro que no sé nada— respondió con la voz algo tiritona—. Yo también estoy preocupado de lo que le esté pasando.

—¿Y si estás preocupado por qué no vas a mi casa a verlo?

—... estoy ocupado con Mandarina.

—No me mientas— pidió el mayor colocando sus dedos en forma de pistola para apuntar a su amigo.

—No te estoy mintiendo, y no me apuntes así que no me gusta.

—Dime, solo así te dejaré en paz.

—No ¿Y además por qué quieres saber?¿Estás preocupado?

—¿No es obvio? Está viviendo conmigo y el que ni siquiera me salude ya no es normal— dijo bufando por lo tonto que se había escuchado Jimin—. Además, a penas le pasé la habitación dejo de hablarme como si fuera el culpable de todas sus desgracias.

—Eso si es verdad... pero mejor déjalo tranquilo, ya se le pasará.

—¿Sabes que tiene cierto?

—... sí

—¿Y por qué no me lo quieres decir?

—Si dejaras de apuntarme te lo diría.

—Te conozco. Será mejor que me lo digas ahora si no quieres que te golpee.

—Bueno, bueno... ¿Has oído hablar del Omegaverse?

—Jimin...

—¡Está bien, te lo diré!

—¡Pero rápido que mi paciencia se acaba!

—Ya, ya... solo está enfermo. Es todo— dijo levantándose de la silla—. No te quería decir porque seguramente vas a tratar de darle algún medicamento siendo que solo es una gripe. Y además si te enfermas sabes que no serás capas de levantarte por varios días.