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—¿No supiste la noticia?

—No... ¿Qué pasó, padre?

—La batalla en el golfo de Filipinas está a punto de acabar, o es que si no ya lo hizo, porque aún no hay noticias de los aliados... aunque ya sabemos quién va a ganar, claro está.

—Ay padre, en lugar de pensar en quién va a ganar deberías darte cuenta de cuánta gente está muriendo. Seguramente dejaron a niños de familias completamente solos.

—Hijo, sabes que lo importante es que tú estés bien, no te preocupes por lo que hagan otras personas, solamente piensa que si ganan los japoneses, todo terminará aún peor de lo que ya está el mundo. La economía está en juego.

—Cierto... el dinero es lo más importante... — bufó Jungkook intentando ignorar a su padre.

Ya está aburrido de que siempre hable de lo mismo, así que mejor le dará la razón, como muchas otras veces.

—Mira, antes de que comiences con tus berrinches, mejor ve y ábrele la puerta a Taehyung. Está parado en la entrada hace ya bastante rato sin querer golpear.

— ¿Y por qué no lo hizo?¿estará loco?— preguntó mientras miraba por la ventana.

—Yo que voy a saber... ya has lo que te digo y no molestes— dijo su padre mirando un periódico que tenía en la mesita de al lado del sillón.

Jungkook sin esperar más se levantó a toda prisa para ir a abrirle a su amor de toda la vida. Obviamente teniendo que ocultar su emoción, como todas las veces, para que su padre no sospechara nada.

—Hola...— habló en voz baja Taehyung una vez que vio a Jungkook.

El menor claramente comenzó a preocuparse por el tono usado por el castaño, pero por el momento no quiso preguntarle la razón de su decaimiento y simplemente se inclinó hacia adelante en una reverencia para saludarlo. El mayor repitió la acción mientras llevaba uno de sus brazos hacia su espalda y la otra la flexionada cerca de su estómago.

Aquel saludo lo habían llevado haciendo desde que tenían memoria, ya que así lo habían decidido para evitar tener mucho contacto físico a la hora de verse. Y bueno... igual les gustaba jugar de forma que solo ellos se entendían. Así que prácticamente nadie preguntaba por lo que hacían, porque casi no les entendían.

—¿Quieres hablar?— preguntó el menor apuntando hacia arriba haciendo referencia con subir a la segunda planta de la casa.

ITO (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora