Capítulo 31: A solo un paso (2)

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El Han'yō no demostró mucho más, la ventisca que se formaba en su interior intento detener esa impulsividad, entonces su rostro se torno feroz. Y solo por ese gesto Muzan Kibutsuji se regocijo.

Porque ahora conocía su debilidad.

"¿Responderás o te quedarás ahí en silencio fingiendo ser un árbol?" El Han'yō sabe que no debería importarle mientras esté fuera del bosque, sabe que debería ignorar sus acciones porque su actuar se extendía hasta aquella línea que se marcaba sobre la tierra.

No debía ni siquiera brindarle su presencia a un acontecimiento externo. Pero, no podía fingir indiferencia.

"¿Qué es lo que tiene que decir?" pregunta, no hay formalidad, no hay un ápice de tranquilidad. Es una voz profunda y oscura que declara sin sutilezas su desprecio.

"¡Ja, ja, ja! Así que era verdad. Realmente dejaste tu única obligación para estar con esta cosa" ríe a carcajadas, mirando con ojos desdeñosos a la Luna Superior Tres, que es sujetado por el cabello por el 'demonio' de seis ojos "Sé que eres un oponente bendecido por Dioses, una criatura con poderes absurdos. Sin embargo, Han'yō, parece ser que a pesar de todo, no puedes abandonar este estúpido bosque" la lengua de oscura jovialidad no lo molesta.

Sin embargo, los ojos del Han'yō se oscurecen por completo cuando el filo de la katana se retira ferozmente, cortando la carne, permitiendo a la sangre salpicar y ensuciar su alrededor. Un trabajo sucio hecho solamente para exhibir como una provocación y advertencia.

"¿Qué es lo que quiere?" Muzan se ríe de él, no parece mejor que un animal, al cual nunca admitiria temer. Porque en ese momento, en ese lugar, él tenía el absoluto control de esa bestia.

"El lirio de araña azul" recita, no hay cambios en el rostro del Han'yō y ni siquiera un músculo se ha movido, Muzan entrecierra los ojos, gozando de su efímero poder "De lo contrario, morirá"

El Han'yō mira al demonio que sostiene a Akaza y después se dirige hacia Muzan Kibutsuji, esa mirada petrificante y degolladora logra electrificar la espina dorsal del 'demonio', sus instintos se retuercen y a pesar de ese asqueroso llamado de huida, devuelve la mirada petulante.

"Puedo activar la maldición que hay en su cuerpo, yo lo cree y si así lo quiero él se destruirá" advierte cuando el Han'yō da un paso hacia adelante, empuñando su arma de forma amenazadora "¡¿Entiendes tu posición?! ¡Será mejor que tires esa espada fuera de ese maldito bosque y traigas lo que te digo!" escupe, harto de la tensión que provoca el silencio del Han'yō, alerta de cualquier movimiento.

"¿Qué me asegura que no lo matarás de todas formas?" inquiere susurrante, su cabello y haori se remueven junto a la brisa fría.

"¿Para qué lo haría?" vacila, alzando su mentón con gracia.

"Te daré lo que pides solo si lo dejas en estás tierras" habla pero la risa escandalosa lo hace saber la respuesta.

"¿Crees que estás en posición para pedir algo, Hanyou?" verbaliza con repudio, chasqueando los dedos y es en ese instante cuando la luna superior número uno decapita a Akaza "No morirá, aún" el Han'yō tira su espada como si no significará nada, observa con alivio escondido como el cuello de Akaza comienza a regenerarse.

Sus labios se separan y el tinnitus retumba en sus oídos.

Su silueta roja se desvanece por unos pocos segundos y cuando vuelve al escenario, muestra entre sus manos una flor deshidratada. Los ojos de Muzan brillante al ver aquel brote, se acerca al borde del bosque, procurando no poner ni un ápice de su presencia dentro del lugar.

El Han'yō también se acerca al perímetro de la tierra sagrada, corta la yema de su dedo y la sangre se filtra entre su carne, se desliza tortuoso sobre el aire hasta caer en el centro del lirio; que absorbe el líquido.

La flor se balancea viva y hermosa, tantos años ha buscado esa maldita especie que verlo frente a él se vuelve casi un sueño para el inicio de su reinado, es preciosa, es única. La pieza restante, esa que le dará la victoria, que lo volverá aquel ser perfecto que siempre debió ser.

La flor está cerca de ser tomada por sus garras cuando... "Pudrete" es solo un suspiro y esa bella flor pierde su esplendor, los pétalos caen comprimidas en un oscuro marrón y su tallo se desvanece.

Oculto | Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora