Oculto | Kimetsu no Yaiba

Capítulo 27: Háblame con sinceridad (1)

Hace dos días no había ninguna presencia externa, por lo que, como siempre, el Han'yō se encontraba en el bosque.

"Hanyou-san" el pequeño animalito balancea sus patitas en el aire, observando con sus pequeños ojitos a la criatura de haori carmín.

"¿Qué sucede, Tanuki?" inquiere.

"¿Qué es lo que ansia su corazón?" el Han'yō alza lentamente sus párpados, aclarando su visión en el firmamento nocturno.

"No entiendo a qué se refiere, Tanuki" comenta, recostando su mejilla sobre una de sus manos.

"Hanyou-san, soy lo suficientemente viejo para saber que está esperando... algo" replica en suspiro, señalando con su pequeña garrita la vista que brindaba el árbol.

"¿Es así?" suelta, ajeno a sus propias actitudes.

"¿A qué se debe este cambio, Hanyou-san?" insiste, bajando su pata y mirando intensamente el rostro estoico.

"Sé claro, Tanuki"

"Todas las noches esperando aquí" el Han'yō aparta su mano y repara su mirar en el Tanuki, no hay expresión ni una respuesta; por lo que, el Tanuki sigue hablando "¿Es porque aquella criatura no ha vuelto?"

"No" responde casi demasiado rápido, su tono es tranquilo, pero la forma instantánea, casi mecánica, que tiene para contestar no pasa desapercibido por su compañero.

"Hanyou-san"

"Tanuki, no digas cosas imprudentes" recita con voz fría, con la finalidad de eludir un tema que se vuelve un tabú incluso en su mente.

"Entonces no se vuelva un mentiroso" tararea el Tanuki, el Han'yō frunce ligeramente su ceño y su mirada abandonan los ojos del Tanuki.

"No, realmente no es por ello" repite, colocando la yema de sus dedos sobre su sien.

"¿Entonces?" indaga con ímpetu, buscando algo más en los oscuros ojos que miran ensimismado los rieles del tren "Hanyou-san, he escuchado sus últimas oraciones" añade cuando percibe que 'El Elegido por la Deidad' lo ignoraría por el resto de la noche.

"Iré a ver a los niños" se levanta de la gruesa rama del árbol, sus getas hacen un ligero chasquido ante el choque de los dientes contra la madera, el 'Protector' gira su rostro estoico y baja del árbol con un suave salto.

"¡Hanyou-san!" vociferó cuando la criatura se encuentra demasiado lejos para ser alcanzada "¡No huya de ésto!" exclama, pero aquello no detiene al Han'yō que sigue su camino sin titubeos.

El Tanuki suspira con pesadez, todos en ese lugar actúan como niños, por supuesto.

Un búho vuela cerca de él, el Tanuki entrecierra los ojos con saña "¡Culpo a ese viejo por educarlo así!" chista enojado, con una vena sobresaliendo en su rostro, bajando por el tronco del árbol para volver a la finca.

La luna se oculta cuando sale el sol. Las cinco de la mañana y los estudiantes se encontraban en su día libre de responsabilidades, realizando cualquier actividad recreativa mientras su maestro se encargaba de regar las plantas.

Mientras que, al otro lado del bosque, una cabellera de fuego se encontraba hecha girones, cada hebra era un desastre y su rostro demostraba que seguiría persistiendo, las lianas gruesas y hojas lo seguían expulsando del bosque, no quería usar su espada para cortarlas así que intentó por unos minutos más.

"Hermano" dijo con preocupación el niño, que veía la lucha encarnizada de su hermano mayor, que nuevamente fue arrojado fuera del bosque "Debería entrar, si me hago una herida... se-seguramente Hanyou-san aparecerá" razona con lágrimas en sus ojos, mientras Kyojuro niega con la cabeza.