Capítulo 11: Lazo de plata (5)

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"¡TONTO SACO DE MÚSCULOS!"

"¡Inosuke, detente!" el niño de cabello burdeo es abrazado por el niño rubio que lloriquea y esto impide que pueda actuar rápido cuando su compañero intenta atacar al hermoso hombre que se encontraba dispuesto a ingresar al templo.

Las flores de pétalos blancos son alzados por el aire.

Ambas katanas son detenidas por las manos de la criatura, sus delgados dedos índice y medio apretaron las cuchillas, Inosuke está suspendido en el aire y cae cuando no puede mover el arma. El Han'yō se mueve rápido e impecable, lanzando las katanas lejos de su vista.

El cazador de máscara iba a gritar, pero las blasfemias no abandonan sus labios, un frío eléctrico recorre su espina dorsal y no sabe qué significa. Alza su mirada y todos en el lugar sienten el peligro.

Esferas de cristal congelado, tan distorsionados y lóbregos que carecen de alma, la muñeca viviente de piel hecha en porcelana muestra una mirada aterradora y penetrante, todo el lugar parece detenerse, las flores no caen y su corazón a dejado de palpitar.

El Han'yō agudiza su expresión pero nunca separa sus labios de tonos rosados, las rosas blancas caen en sus manos y retorna su camino en un silencio sepulcral.

El Tanuki no pierde el tiempo y se adentra a su lado, escondido por la frondosa capa de textileria fina.

Las puertas se abren y cierran. Los tres niños pueden finalmente respirar, pero no saben que decir. Inosuke busca desesperadamente sus armas, no puede hablar, ni siquiera quejarse, solo quiere golpear algo; sin embargo, sus primitivos instintos trataban de detenerlo. Tanjiro y Zenitsu aún se encuentran conmocionados.

El Han'yō camina tranquilamente entre el gran templo de paredes inmaculadas, la mesa de tributos con telares celestes se encuentra bien constituida, posee una gran variedad de bandejas plateadas, los frutos relucen su mejor aspecto y los bollos humean calientes. 'El Elegido por la Deidad' se acerca, el monumento que talla a su mentor brilla entre las luces filtradas por el exterior, las cinco rosas se colocan en un florero de cristal fino, las aguas cristalinas crean un débil arcoiris cuando la luz lo atraviesa.

"Maestro" susurra, las iris vueltas en color lo contemplan con adoración, es dulce y solo intenta apaciguar su corazón para los acontecimientos que están por suceder.

Las puertas crujen ruidosamente, son abiertas sin cuidado y carecen de respeto, un grito ronco hace eco en la zona sagrada. Otras voces lo siguen, reclamando y reprendiendo.

El Han'yō puede ignorarlos, fingir que no existen y terminar con sus oraciones, pero no puede hacerlo porque aquello es un insulto a su Señor. La insolencia y el descaro de los tres humanos es algo que no tolera; sin embargo, no actúa por su mentor.

La paciencia se aleja, el forcejeo que se ejerce entre los tres cazadores resuena atronador. Apreta los dientes y cuando está por girar su rostro, se detiene.

Sus iris se contraen y su corazón palpita ferozmente en su pecho, la flor que nace en la pequeña tierra bajo la estatua de su deidad; retuerce y disipa su enojo.

La flor de ciruelo se mece en el aire que proviene de las afueras.

El Han'yō observa las flores blancas y cierra los ojos con una expresión complicada y dolorosa, ha sucumbido nuevamente a un sentimiento que debía ser erradicado.

"Jóvenes cazadores de demonios" la voz es fría como una ventisca, agradable pero severa, su tono es adecuado y nunca escandaloso, clara como un manantial "Las tierras en las que se encuentran pertenece a la deidad del Kumio, el suelo que pisan y el lugar en el que demostraron impertinencia agasaja al Gran Maestro, descendiente del espíritu fundador, un templo sagrado" Tanjiro y Zenitsu toman la cabeza de Inosuke, ejerciendo toda su fuerza para hacerlo arrodillar junto a ellos "Puedo comprender su ignorancia inicial, por lo que sus actos han sido perdonados. Sin embargo, jóvenes cazadores, debo advertirles que no habrá tolerancia con las demostraciones de hostilidad y el daño a la flora, fauna o estructuras pertenecientes a estas tierras"

"Lamentamos lo sucedido con nuestro compañero, no era nuestra intención ofenderlo" dice el niño de piel bronceada.

"Reiterando mis palabras, sus actos han sido perdonados. Pueden levantarse" el Han'yō observa a los tres niños, caminando hacia ellos con un noble paso que mantiene expectante a los cazadores de demonios "Sus semejantes han merodeado intensivamente las tierras del Kumio, mis palabras parecen haber sido ignoradas por sus superiores, si la intensión que albergan sus corazones poseen la misma finalidad, debo deciros que no llegarán a ninguna parte" inspecciona a los niños frente a él, que parecen cohibidos y tensos.

"Hanyou-san" murmuró el Tanuki.

"Lo sé" responde débilmente "Jóvenes cazadores, ustedes, quienes han de conocer bien el estado de sus cuerpos, pido me sigan para brindarles las atenciones requeridas para aliviar aquellas fracturas y heridas. Si han sido informados de mi labor, pueden estar seguros que no hay engaño tras mis palabras"

Tanjiro sonrió debilmente, las suposiciones hechas por la cazadora del broche de mariposa eran correctas, la noble criatura que yace en el bosque solamente mostrará su presencia cuando un herido o convaleciente entre a su lar, porque aquellos aprendices sanos enviados volvieron sin problemas, pero sin éxito también y, según las palabras de Kyojuro Rengoku, su discurso enfatiza su labor como protector.

Podían confiar en él.

Lo siguieron en silencio y hubo sorpresa cuando la profundidad de unos robustos árboles fueron atravesados por la criatura que los guiaba, aquello era una ilusión y suspiraron sorprendidos cuando lo atravesaron. Tanjiro recordó a cierto demonio de cabellera verde.

Los tres observaron la finca rodeada de flores, una belleza fantasiosa yacia entre los minuciosos decorados y era innegable la verdad de sentirse en un cuento de hadas. Cuando el Han'yō se adelantó solo podía verse como una pieza más que encajaba a la perfección con tal imagen: una pintura y su musa.

[1]

Flor de ciruelo: mantén tu promesa.

Oculto | Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora