Capítulo 6: Nudo envuelto sobre su muñeca (5)

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El han'yō detuvo su breve recorrido por el bosque, a pesar de no hace mucho haber deambulando entre las tierras que protegía, aún podía seguir sorprendiéndose de las nuevas flores que nacían, de los nuevos frutos que crecían, de las hojas que soplaban a su alrededor. Ni siquiera el tiempo podía arrebatar la ilusión de admirar aquello conocido como si se tratara de algo nunca antes visto.

Elevó su mano sobre el aire y la pequeña mariposa plateada que aleteaba a su alrededor descendió hacia la punta de su dedo, descansando sobre él, el Han'yō sonrió suavemente, pero sus ojos se cerraron con un entrecejo fruncido. El pequeño insecto voló lejos cuando el crujir de las hierbas fue demasiado claro para seguir soslayando su existencia.

"¿Por qué está aquí, hombre cazador?" no podía creer que hayan vuelto al bosque después de lo sucedido, el Tanuki habría enloquecido si estuviera a su lado.

"¡Buenos días, señor!" ¿Estaba mal sentirse viejo por ser aludido de esa forma? "¡Soy Kyojuro Rengoku, el pilar de las llamas! Vengo a mostrar mi gratitud por la ayuda que nos brindó la noche anterior"

El han'yō recordó la situación y suspiró al notar que no había dicho lo más importante de su discurso: "...y pido yo, no vuelva a pisar la tierra de Kami-sama"

"Lo entiendo, pero como aquel día dije: Mi deber es preservar las tierras de Kami-sama, cuidar del enfermo o mendigo que agonice en su lar y procurar el bienestar. No fue nada realmente personal" aclaraba con calma, bajando su mano vacía y dirigiendo la mirada hacia el humano "Si eso es todo, por favor, retirese"

"¡Pido disculpas, pero no puedo hacerlo, señor!" exclama, el Han'yō profundiza su expresión "No me malentienda, tengo órdenes de escoltarlo a la sede principal de los cazadores de demonios, nuestro patrón desea conocerlo"

Toca con la punta de sus dedos su frente, sus hebras se mecían ante el viento que comenzaba a elevar las hojas de los árboles.

"Hombre cazador, Kyojuro Rengoku, trasmita mis palabras a su señor: yo, el protector de las tierras del Kumio, no me involucraré con asuntos externos a una contienda que nada tiene que ver con mi labor, solo existo para proteger las tierras de mi amo, y respecto a los acontecimientos sucedidos con ambas criaturas; aquello no ha sido más que demostraciones de mi trabajo. No seré una amenaza, tampoco un aliado, ni siquiera un espectador. Así que, ruego desista de toda clase de acercamientos y olvide mi presencia" el rostro animado del cazador nunca flagelo, esas comisuras alzadas seguían en su posición.

"¡De acuerdo, pero lamento no poder cumplir con su pedido! Nosotros, los cazadores de demonios, necesitamos a alguien tan fuerte como usted, de esa forma no habrá más muertos" el 'Protector' bajó la mirada y cerró los ojos, esto era una de las cosas con las cuales es mucho más difícil lidiar, incluso que persuadir a un demonio.

"Hombre cazador, la insistencia puede considerarse una virtud; no obstante, aquella que demuestra se convertirá en una inversión inútil. Lo diré claramente: usted no entenderá a lo que estoy atado, va mucho más allá de su comprensión y no deseo ayudar a ninguna causa ajena a la única labor por la cual he nacido. Así que, ruego que se retire, de lo contrario, el bosque mismo lo repelera" giró sobre su eje y dió media vuelta para comenzar con su ida a casa "Me despido, Kyojuro Rengoku, tenga usted una tarde de gracia" sin esperar respuesta, su paso solemne nunca se detuvo, ni siquiera cuando el cazador trató de alcanzarlo, pero las lianas y hojas lo envolvieron, enviándolo a las afueras del bosque.

Caminaba por el engawa* con un rostro oscilando entre la inexpresión y desolación, no era habitual, pero los hechos ocurridos tampoco lo eran.

Hasta esos últimos días había sido afortunado de vivir pacíficamente, enseñando sus tradiciones, cumpliendo su labor sin falla y rezando los días predilectos en el templo. Sin embargo, dos personajes están removiendo su cotidianidad y eso no es algo que pueda permitir.

Contiene un suspiro y riega las flores del jardín, su cabellera cae por sus hombros y espalda, se pregunta dónde yacera aquella cinta de seda que dejó ir.

"Hanyou-san"

"¿Sucede algo, Tanuki?"

"Ahogara a la flor si no se detiene"

Sus manos balancean el objeto para detener la caída de las gotas, niega con la cabeza y el Tanuki lo mira de forma inquisitiva.

"No es nada importante" asegura "¿Cómo están los discípulos? Observé que llevabas unas cartas"

"Sí, estaban preguntando por la salud de Hanyou-san, todos se encuentran bien, incluso Raijuu-kun* se está comportando" una sonrisa suavizó el pálido rostro.

"Me alegra que sus días sean bendecidos por la fortuna y dicha"

[1]

Engawa: Se refiere a una pasarela de madera que se conecta con las ventanas y puertas corredizas en los cuartos de las casas tradicionales japonesas.

[2]

Raijuu-kun: En realidad hago referencia al Raijū (este no es nombre del discípulo, sin embargo, Han'yō suele referirse a todas las criaturas principalmente por su raza).

El raijū (雷獣,"animal trueno" o "bestia trueno") es un animal de la mitología japonesa al que se le acusa por el daño que producen los rayos cuando golpean la tierra. Puede representarse como un gato, una comadreja, un tejón, un lobo o un zorro. También es común la forma de un lobo blanco o azul, o incluso un lobo envuelto por rayos.

Oculto | Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora