Temporada I. Capítulo XX.

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Habían pasado dos semanas y Himawari había despertado, se preguntó qué había pasado que estaba en el hospital, Naruto le contó todo, omitiendo lo que pasó en el bosque. Tsunade entró a la habitación, y la vio despierta.

-Que bueno que estás despierta, tengo unas cosas para decirte, la primera es que has sido dada de baja del servicio militar por problemas médicos durante un año. La segunda, es que tienes terminantemente prohibido el entrenamiento de cualquier tipo, tu corazón está sanando así que cualquier entrenamiento está fuera de discusión, puedes hacer actividades relajantes, te recomiendo cuidar de una planta. Tenes que tomar una pastilla que ayuda a que el ritmo cardíaco no se descontrole y cada mes tienes que hacerte chequeos. Lo demás ya lo hablé con tu padre, él se encargará-.

Hima quedó en shock, todo eso por el chakra del kyuubi, si ya lo odiaba ahora era peor.

Ella se acostó y tapó hasta la cabeza, no quería hablar con nadie, se sentía una inútil y no sabia por que.

Naruto y Tsunde salieron de la habitación, necesitaba espacio y tiempo para pensar que haría de ahora en adelante.

Sus compañeros de equipo fueron notificados unas horas después de que la operación había sido realizada, durante las dos semanas que estuvo dormida ellos vinieron a verla estaban muy preocupados.

Y este día no sería la excepción, vieron a Naruto y le preguntaron si había despertado, él le dijo que sí pero que no quería ver a nadie, tenía que pensar que hacer de ahora en adelante.

Los chicos entendieron y se fueron; Obviamente ellos no dejaron de lado sus obligaciones, si bien hacían misiones también sacaban tiempo para verla aunque ella estuviera dormida.

Boruto tuvo que volver a Konoha al día siguiente de la operación pero Naruto le informaría sobre la salud de su hermana en cuanto despertara. Kawaki sintió que podía respirar de nuevo, casi llora pero logró contener sus lágrimas y sonrió.

Tsunade revisó la salud de Hima y dijo que unos días sería dada de alta y le advirtió que se cuidara, y si hacía todo bien este problema desaparecería y nunca más tendría que ser ingresada. Eso le dio un poco de esperanza.

La senju se tenía que ir, ya había resuelto el problema, konoha también la necesitaba.

-Baa-chan ¿sabes algo de sakura-chan?-.

-Lo último que supe fue que estaba en el país de la nieve formando nuevos médicos, aunque eso fue hace un año-. Naruto agradeció y la dejó ir, tendría que pensar que haría de ahora en adelante.

Se habían ido a la casa para darse una ducha y comer algo.

Hima se había destapado la cabeza y miraba la aburrida habitación blanca, se quedó mirando un punto fijo sin pensar nada.

Tres días después.

Al llegar a la casa hima se había encerrado en su habitación, Naruto quiso hablar con ella pero no consiguió nada, solo ser ignorado.

Por un lado entendía que se sintiera así y por el otro le dolía que lo ignorara, eso le hacía recordar a su niñez, pero dejaba de lado ese pensamiento, tenía otro hijo el cual también necesitaba su atención.

Habían pasado dos meses desde la operación y hima no estaba bien, estaba muy decaída y perdida en sus pensamientos, hablaba con su padre y hermano pero no como antes.

Una vez quiso entrenar a escondidas y al hacer un abdominal le empezó a doler su pecho de tal forma que sintió que le iba a explotar, así que se tuvo que sentar en su cama a pensar bien lo que haría durante su año inutil.

Himawari Uzumaki-NamikazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora