Especia caidos por la guerra

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Hoy es un día de luto, años atrás se llevó a cabo la más sangrienta guerra jamás ocurrida, ¿el que la orquestó? Uchiha Madara, ¿pero cómo es posible si estaba muerto?, esa pregunta tiene nombre propio: Uchiha Obito y Yakushi Kabuto. Ambos hombres lo hacían por interés propio, pero el sufrimiento era algo que los dos disfrutaban de la misma manera. 

Eso ocasionó que las cinco grandes aldeas se unieran en una alianza por el bien común, el orgulloso Raikage y el testarudo Tsuchikage tuvieron que ceder ante una pelea pero al fin pudieron unirse. 

La alianza más grande de toda la historia, Kumo, Iwa, Kiri, Konoha y Suna. Todos unidos para salvar a su seres querido y como no, intereses propios. 

La guerra se llevó a cabo, muchos ninjas perdieron la vida, otros quedaron con traumas por las sangrientas escenas del campo y otros optaron por suicidarse, no podían vivir con el recuerdo de sus camaradas caídos. 

Por entregar sus vidas para salvarnos, por su gran valor y por los que están, en nombre de Sunagakure y su gente, les damos las gracias. 

El silencio fue roto por los aplausos de la gente, el discurso de su kage los hizo estremecer hasta los huesos, muchos lloraban la pérdida de su hijos, hijas, madres, padres, familias enteras. Pero gracias a su sacrificio ahora están viviendo en paz. 

—Papá, ¿dónde está el tío Neji?—. Preguntó la pequeña Hima de diez años. 

—Él está en Konoha—. 

—¿Podemos ir?—. 

—No lo sé, tengo que hablar con Gaara y…— Naruto vio los ojos tristes de su pequeña flor, le dolía verla triste —Está bien, pero hagamos cuando sea de noche— era más seguro que ir a plena luz del día. 

La pequeña asintió, presentó sus respetos y ambos salieron del cementerio. 

Konoha. 

Era de noche, un flash amarillo apareció en el cementerio de la hoja, la pequeña Hima dejó un ramo de girasoles, según su Tía Hanabi, eran las flores que más le gustaban. 

La pequeña le contó en resumidas cuentas su vida en la academia y como era su vida. Padre e hija presentaron sus respetos y salieron del lugar. 

—Pasaremos por un lugar antes de irnos— aviso el rubio. 

Llegaron a una pequeña tumba, donde tres kunai formaban un arco. De un rollo de almacenamiento Naruto sacó sake y dos vasos, sirvió los dos y tomó uno. 

—Ero-sennin— dijo para soltar unas lágrimas traicioneras que llevaba aguantando todo el día. 

—¿Él era tu sensei?— preguntó la pequeña. 

—Más que eso, lo vi como el padre que nunca conocí— dijo limpiándose las lágrimas. 

La pequeña se acercó a la tumba rezo como lo hizo anteriormente. —Jiraiya-san yo cuidaré a papá, puede descansar en paz— dijo con inocencia la menor. 

Naruto sintió una brisa cálida chocar contra su cara y sonrió. 

—El te escucho Hima, dijo que está de acuerdo— le respondió. 

La menor sonrió y ambos se fueron en un flash amarillo. 


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Hago este pequeño recuerdo ya que en mi país, hoy 2/04/22 se cumplen 40 años de la guerra por Malvinas, un conflicto que se cobró la vida de muchos hombres y chicos. Muchos lo llaman héroes pero también son víctimas del gobierno de mierda que hubo en ese tiempo.

Fuera de la historia de mi país, fue cortito porque no quería alargarlo de más y poner cosas innecesarias, aunque la escena con Jiraiya era inevitable.

Ah, me olvidaba, la historia sigue, solo que ahora no puedo ya que comence la Uni hace poco menos de un mes y ya tengo que estudiar para un parcial, tengo escrito la mitad del cap, solo tenganme paciencia.

Los quiero <3

Himawari Uzumaki-NamikazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora