(ESPECIAL) ♡ Capítulo 23

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Amaneció soleado, pero era miércoles. Beomgyu tenía la gran suerte de que su familia confiara lo suficiente en él como para no ir a despertarlo a las siete de la mañana todos los días para ir a la escuela.
El problema partía en que eran las once de la mañana, y el intrépido pelinegro dormía a rienda suelta abrazado al pecho de su novio, que lo imitaba, pero era más gracioso ya que su boca estaba un tanto abierta.

El menor se estiró en su lugar pasando sus brazos por los huecos que el mayor dejaba. No era fácil que duerman dos personas en una cama de plaza y media, ambos iban a despertarse adoloridos.

Soobin continuaba con sus ronquidos casi imperceptibles para cuando su novio despertó. Beomgyu bostezó intentando recordar su propio nombre, haciendo memoria para saber qué día era, incluso quién era él. Cuando la información llegó, se despabiló al saber que era un día de semana y eran casi las doce del mediodía.
La sorpresa se le fue muy rápidamente, ya que también se le vino a la cabeza todo lo que había pasado la noche anterior. Sus dientes se presionaron por inercia en su labio inferior, con la única diferencia de que no llegó a morderse. Solo los apoyó, y segundos después sonrió como un tonto enamorado, olvidándose completamente de Yeonjun y todo lo que había pasado antes de acostarse abrazado a su pareja.

Comenzando con aquel maravilloso y tierno beso, Soobin lo abrazó por la cintura y lo apretujó hasta asfixiarlo, como al parecer, amaba hacer. Beomgyu tenía una reserva de dulces, chocolates y gomitas escondidas entre las secciones de su ropero, para comer mientras leía o veía una serie. Creo que sería tonto especificar que se terminaron todas las golosinas en menos de media hora.

Luego fueron a dormir. Estaban cansados, con frío y preocupados por la jornada académica del día siguiente (que por obvias razones, terminaron pasándose por donde se les cantó). Beomgyu le prestó un pantalón a su novio, que le quedaba de una forma muy graciosa.. ya que era sueltísimo para él, pero ajustado para soobin. Rieron largo rato por la forma en que se le veía.. hasta que finalmente se acostaron y decidieron irse a dormir. Aunque estuvieron más de cuarenta minutos para hacerlo. Ya sea por los nervios o por las caricias y besos que se dieron, terminaron tardaron bastante.

El dueño de la habitación se sentó al pie de la cama tocando el cuello de su camiseta blanca, sintiendo las tan famosas maripositas. Estuvo en su propia burbuja recordando y recordando cada momento junto a su novio, hasta que unas manos intrusas se posicionaron en su cintura y luego el mentón de soobin se apoyó en su hombro.
Su novio relamía sus labios una y otra vez, parecía que estaban pegados con mantequilla de maní. Estaba abrazándolo con los ojos cerrados, quedándose dormido otra vez pero sobre él.

— Buenos días. — Lo saludó Beomgyu, apoyando sus manos sobre las contrarias, con una sonrisa enorme entre sus facciones. — Me despertaron tus ronquidos. — Mintió, sintiendo unos pequeños y húmedos besos en su espalda y hombro.

— Eso es mentira, yo no ronco. — Se defendió con su voz más grave. — ¿Qué hora es? — Preguntó en un intento por arreglar su cabello, peinando el mismo con sus manos.

— Las doce del mediodía. — Respondió su novio, calmo y pacífico.

El contrario abrió sus ojos como platos. Pensaba que era mucho más temprano, olvidó que estaban pasando por el fin del otoño y que iban a la escuela mientras seguía siendo de noche. Largó un suspiro rendido, observando por la ventana.

— Entonces aprovechemos el día. — Propuso repentinamente, deshaciendo su tierno abrazo y mirándolo a los ojos, con una sonrisa. — Aunque dudo que la profesora de artes nos tome el examen sin justificación.

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