Capítulo 15

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— Pff, estaba claro que yo era mejor, mis compañeros arruinaron el partido. — Alardeó Taehyun, acercando el micrófono a su boca. — Pero pasado pisado.

Eran las ocho y cuarenta de la mañana. Resulta que, Taehyun había retado al otro jugador a un 1 versus 1, el cual empataron ya que al rival se le cayó la conexión. La cosa es, que se hicieron amigos y jugaron toda la noche, ellos dos contra un sinfín de jugadores buenos y malos. Lucharon contra el mal manejo del juego, teniendo que cerrarlo y abrirlo constantemente para lograr entrar en una partida decente.

Oye, ¿y si me pasas tu número? digo, para invitarte a jugar cada que quiera. — Propuso su amigo virtual, a lo que Kang accedió y dictó su número celular. — Mierda, mi madre dijo que duerma antes de las dos, ¡Son las nueve menos veinte! adiós. — Se despidió brevemente Huening Kai, el nombre detrás de ese jugador vicio en el rocket league.

— Claro, ¡no hay problema! adiós. — devolvió el saludo contento de haber hecho una amistad nueva. Era genial jugar con gente buena de vez en cuando.

Le dio flojera lavarse sus dientes, además una intensa luz se colaba por su ventana. Apagó la consola y abrazó la almohada, quedando planchado a los pocos minutos.

En el medio de una partida, su mejor amigo le envió un mensaje de varios renglones. Ya saben, su amigo era alguien expresivo y sensible. En él, narraba toda su cita con Soobin, ahora su novio. También le contó que estaba chateando alegremente con él y repentinamente el mayor se desconectó y dejó de dar señales de vida. Por suerte, cuarenta minutos después se comunicó de nuevo, diciendo que se había quedado sin internet. Taehyun jamás respondió, lo que Beomgyu pensó que era normal al ver la hora.

Soobin cayó dormido alrededor de las seis de la mañana. Se la pasó hablando con su novio el resto de la noche, e incluso se durmieron en llamada.
Hoy iban a salir otra vez, pero con otro título.

Eran las dos de la tarde. El peliazul despertó antes que Beomgyu, colgó la llamada con una sonrisa y los ojos entreabiertos. Con solo unos bóxers blancos como outfit, se dirigió a la cocina y bebió un poco de leche de almendra directamente del envase. Luego vio unas galletas arriba de un estante y comenzó a comer, y sin darse cuenta, se terminó el paquete.

Beomgyu le envió un mensaje, pero no le respondió hasta después de bañarse. Tan solo con una toalla celeste envolviendo su cintura, fue a su habitación revolviendo su cabello en un intento de secarlo. Tomó su celular y se tomó una foto haciendo poses extrañas, se las envió a su novio y este comenzó a hiperventilar.

Después de almorzar y tener una pequeña charla con su madre, el peliazul partió con su bicicleta, yendo a velocidad moderada y sin salirse de la ciclovía.

Se encontraron a las cuatro de la tarde en el parque. Al mismo que habían huido cuando escaparon de los guardias. Los nervios de la primera cita una vez después de ser novios estaban presentes en ambos. Con un estilo particular, Soobin llevaba un suéter con cierre negro, unos pantalones sueltos color negro y zapatillas bicolor. Beomgyu era fanático de la ropa oversized, por lo que todos sus conjuntos llevaban una prenda así.

— Hola~ — Lo saludó Soobin bajándose de su vehículo. Ahora tenía que llevar la bicicleta con sus manos.

— ¡Hey! — Devolvió Beomgyu con alegría, sonriéndole para intentar parecer tranquilo cuando su corazón estaba por salírsele del cuerpo.

El más alto se acercó y dejó un corto beso en su mejilla, tomando discretamente su cintura para acercarlo a él. Bien, si hubiera un poco de silencio, probablemente Soobin podría escuchar con claridad sus latidos.

— ¿Cómo estás? — Preguntó soobin, remándola. — Yo feliz, aunque.. — No podía contarle nada de lo que había pasado mientras estaba volviendo a casa la noche anterior. — Sí, feliz.

— Eeeeh.. — Titubeó el menor. — Estoy.. Feliz de verte. — Le sonrió tímido, alejándose del cuerpo ajeno. El peliazul desteñido dejó su vehículo apoyado en una pared grafiteada de concreto.

Soobin fue rápido y entrelazó sus manos en un abrir y cerrar de ojos. El otro se sobresaltó y lo observó emocionado. Tomó confianza y se acercó a él otra vez.

— ¿Cómo vas a llevar tu bici si me tienes a mí de la mano? — Preguntó el menor, notando la idiotez de su pareja. Soobin puso sus ojos en blanco, haciéndolo reír.

— Porque.. Quería preguntarte si sabes andar en bici.— Había hecho de las suyas como hacía siempre, volteó el tema. En los labios del pelinegro se dibujó una pequeña "o" dando a entender que no, no sabía. — Entonces, hoy vas a aprender.

El mayor se dirigió a su vehículo. A sus espaldas escuchó diversas negaciones, súplicas, pero estaba dispuesto a terminar el día con él conduciendo su bici. Soobin no necesitaba utilizar casco, tampoco rodilleras ni otras protecciones, pero siempre las llevaba en su canasta por si ocurrían.. Imprevistos.

— ¡No quiero pasar vergüenza justo hoy! — Exclamó el pelinegro con un puchero.

— No me voy a reír.. ¡Lo prometo! — Dijo su novio, con una mano en el corazón, de forma muy épica. Tomó la bicicleta y comenzaron a caminar uno al lado del otro.

— ¿Es taan necesario hacer esto? — Preguntó el menor, haciendo un puchero. — No creo que vaya a morir por no saber andar en bici.

Soobin hizo oídos sordos ante sus quejidos. La mayoría de las veces había que rogarle a las personas para que aprendieran junto a él, incluido Yeonjun.

— ¿Te pongo nervioso o cómo es esto? Es solo pedalear haciendo equilibrio. — Explicó brevemente dirigiendo a su pareja hacia algún lugar de pocas personas. — No seas exagerado, Beomie. Es mucho más fácil de lo que parece.

Beomgyu buscó algunas cosas en su celular y lo llevó directamente a los ojos de Soobin, bloqueándole el paso. Con un suspiro cansado, achinó los mismos para poder ver mejor.

— Beomgyu, no seas ridículo, estas personas tuvieron que ser muy estúpidas como para morir andando en bici. — Se burló, riéndose de su rostro asustado.— Vamos, parece haber poca gente por aquí.

— Lo dices como si no me conocieras. — Replicó girando los ojos, robándole otra risa.

Dejaron de caminar cuando llegaron a un pequeño parque, parecido al del punto de encuentro, pero con menos personas. Soobin dejó su bicicleta estacionada contra las rejas de aquel lugar, Beomgyu se estiró e hizo sonar cada parte de su cuerpo, "preparándose" según él.

— Todos están mirando. — Susurró Beomgyu con timidez, pero la realidad era que una ancianita solitaria pasaba por ahí con las bolsas de hacer mandados.

Soobin rió al notar sus tiernas expresiones nerviosas. En un pequeño descuido, empujó a su novio contra las rejas, junto a su bicicleta.

— Que miren, entonces. — Se burló con una sonrisa amenazante en su rostro, luego se acercó rápida y peligrosamente.

Ancló sus manos a la cintura del más bajo y juntó sus labios en un arrogante y húmedo beso. El otro, con sus ojos todavía abiertos y enternecidos, dejó de lado la opinión de los demás y aferró sus manos detrás del cuello de su novio. Cerró sus ojos y se dedicó únicamente a seguir el ritmo que el más alto proponía.

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