Capítulo 26

571 95 49
                                    

"¡Oh dios mío!" "¿¡qué te pasó!?" "¿¡estás bien!?"
Toda la mañana escuchando las mismas frases por parte de su novio, quien había hecho de enfermero escapando de la escuela para ir a visitarlo.
Su madre le había permitido no asistir ya que, según él, estaba muy adolorido. Había mentido diciendo que le intentaron robar volviendo a casa para no revelar la pelea que había tenido con su mejor amigo.
En realidad, apenas le molestaba su labio, se había partido una parte cerca de la comisura derecha. Pero en épocas de exámenes, cualquier excusa justificada para faltar era válida.
Por suerte no la estaba pasando para nada mal. Beomgyu se había colado en su hogar para mimarlo, es decir, estar sobre él toda la tarde viendo películas y besándolo.

Soobin estaba acostado, tranquilo. El otro lo consentía con dulces, caricias, risas y anécdotas, algunas repetidas pero que seguían dando la misma gracia. Al menos para su novio, que observaba encandilado cada movimiento.

— ¿No recuerdas su rostro? ¿nada? — Preguntó beomgyu, por décimo quinta vez en lo que iba de la mañana.

— Ya dije que no~. — Canturreó algo cansado. Repentinamente tocó su herida y frunció el ceño, algo adolorido. — me duele.. un poco.

Beomgyu se acercó a él a la velocidad de la luz. Hizo una mueca preocupada sin saber qué otro analgésico darle. Soobin aprovechó la pequeña mentirita para volver a capturarlo entre sus brazos y recostarlo sobre él.

— O-oye, oye, oye. — Expresó su pareja, entrando en un divertido nerviosismo. — Suéltame, ¡te estás haciendo daño!

Soobin le dedicó su mejor sonrisa victoriosa cuando, haciendo fuerza, logró invertir las posiciones y quedó con Beomgyu bajo suyo.

— Cuánta inocencia. — Se burló, oyendo a las respiraciones contrarias más que agitadas. — Acuéstate conmigo, Beomie.

El mencionado abrió los ojos como platos, entrando en un inmenso pánico que no hizo más que tentar de la risa a su pareja.

— Hey, hey, ¡ya nos habíamos acostado! — exclamó en voz alta con intención de molestarlo, en medio de un ataque de risa.

— ¡¡Basta!! — Devolvió el otro tapando sus oídos con vergüenza.

Su novio estiró su cuello para besar sus mejillas algo regordetas, teñidas de un rojo carmesí que cada vez tomaba más consistencia.

— Vamos, Beomie, me duele el labio. — Lo convenció, abrió el espacio libre en su cama y lo dejó acomodarse en el lugar. Segundos después volvió a poner las sábanas sobre el lugar ahora ocupado.
Soobin bostezó en su lugar, se estiró como pudo y lo miró sin demostrar expresión alguna.

— Estoy cansado. — Contó sin despegar sus ojos de los contrarios.

— Duerme, entonces. — Respondió su novio, bostezando apenas terminar. — Yo te cuido, no hay ningún otro ladrón cerca para golpearte.

Soobin le sonrió enamorado. Todavía era temprano, es decir, las dos de la tarde, seguían escuchándose diversos cantos provenientes de pájaros que tanteaban por los cables de luz.

— ¿Te molesta si te abrazo?

Beomgyu lo miró con terror, haciéndolo ladear la cabeza como si fuera un cachorrito.

— Claro— Respondió el pelinegro con su típica voz apacible. — O sea, no, no me molesta. — Corrigió apurado con una sonrisa.

Se sentó en el lugar, poniendo su almohada en vertical y apoyándola en la cabecera de madera que contenía la cama. Usó aquello de respaldo, poniéndose en una posición incómoda para él, pero muy agradable para su pareja. Tanto que, Soobin lo abrazó por la cintura aún acostado y recostó su cabeza entre sus piernas y abdomen. tal como habían hecho cuando tuvieron el picnic, pero al revés. El pelinegro suspiraba con tranquilidad, realizando su nueva actividad favorita en la tierra. Observar a su pareja.

MY OWN KOOK! ✧ SOOGYU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora