Capítulo 18 (1/2)

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Después de enfrentar aquel momento tan incómodo, ambos se despidieron en la entrada del hogar del menor. Soobin llegó a su casa sano y salvo, lo que sí, muerto de vergüenza.

Pero bueno, había pasado tiempo de ese incidente. Ahora se encontraban en fisicoquímica. Una materia que todos los del salón odiaban, salvo, por supuesto, el estudiante prodigio, Choi Soobin.
Taehyun y Beomgyu, por primera vez en mucho tiempo, prestaban atención a una clase. Tomaban apuntes y escribían cosas importantes en sus cuadernos ya que comenzaba la época de exámenes

— Pss, pss. — Susurró alguien a sus espaldas. Era una compañera suya, muy bonita y arreglada, con cabello anaranjado. — Hey, Beomgyu, psss~

El mayor se estiró hacia atrás y le respondió con discreción. Su concentración en la clase pasó a un segundo plano.

— ¿Qué sucede, Hayoung?

La muchacha, con lentitud, tomó su mano y la soltó después de dejar un pequeño pequeño papel de taco amarillo hecho un bollo.

— Es de Soobin. — Susurró soltando una risita cómplice.

Choi dirigió su mirada a su novio, quien le sonreía algo atontado. Hayoung los observaba muy contenta, sentada junto a su mejor amiga llamada Saerom.
No sabía nada, pero al ver un pequeño corazón dibujado en la parte de atrás del papelito, entendió todo.

Beomgyu se sonrojó en el momento que lo notó. Por debajo del banco desenvolvió el papel y comenzó a leer. Taehyun no iba a perderse de nada, así que leyó mentalmente junto a él.

"Para Beomie:
Usted está cordialmente invitado al encuentro que tendré en el segundo receso, en el aula de experimentos que hay en el tercer piso. Espero que venga, ya que sino no sería un encuentro, puesto que solo seremos nosotros dos" Soobinie.

Taehyun golpeó su antebrazo con cautela haciéndolo soltar una risita tímida. Devolvió sus ojos a su novio y mantuvieron miradas. Pero no fueron los únicos, Yeonjun, sentado al lado de Soobin como si nada hubiera pasado, lo notó. Se acomodó de tal forma en que ninguno de los dos tortolitos pudieran verse.

La profesora, después de hablar y hablar, volteó para anotar algo en el pizarrón.
Beomgyu aprovechó la distracción y estiró su brazo hacia arriba con su mano indicando aprobación. Muchos no entendían, Yeonjun lo miraba con seriedad y Soobin reía. Taehyun observaba al peliazul con una ceja enarcada y Huening Kai los miraba a los tres con los ojos entrecerrados.

Esos cuarenta minutos restantes fueron los más largos de su vida. Ni siquiera se esforzaba por tomar nota de las explicaciones a las fórmulas que la profesora dictaba. Se la pasó dándose miraditas con su novio.
Por suerte no fue el único en hacerlo, ya que su mejor amigo tampoco tenía intención de prestar atención. Y como era costumbre, su mente vagaba y vagaba a kilómetros de distancia de la tierra, imaginando y creando escenarios mágicos. Sentía una sensación extraña cada vez que se ponía de perfil y aseguraba tener mirada clavada en él. Una mirada que venía desde atrás, que lograba ponerlo nervioso.

Beomgyu subía las escaleras algo encorvado y con una botella de agua en la mano. Estaba terminantemente prohibido ir hacia los pisos superiores sin autorización, ya que ahí trabajaba la bibliotecaria y era muy exigente con el silencio. Además, en el salón a donde se dirigía, se encontraban cientos de piezas de cristal, sustancias y muestras peligrosas que podían poner a cualquiera en riesgo.

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