Capítulo 24

619 95 6
                                    

Una uva curiosa caminaba silbando antiguas canciones de jazz bajo el sol, hacía tanto frío que iba por la calle soleada para no congelarse. Miraba con alegría todo a su alrededor, tal como un niño pequeño. Era un día algo nublado, con nubes en forma de corderito y un tímido sol que salía y se escondía cuando quería, pero que dentro de todo evitaba que se convierta en un cubo de hielo morado.
La realidad es que soobin estaba emocionado porque hoy era el gran día. Después de una semana esquivándose en la escuela, ignorando chismes y rumores poco contundentes, iban a hacerlo oficial. Recogería a Beomgyu y juntos brillarían yendo por los pasillos del instituto.

Vestía con el uniforme correspondiente, obviamente añadiendo diversos accesorios como pequeños pendientes, pulseras de hilo y su collar favorito. Había aprendido a ser más detallista estando de novio.
Beomgyu lo esperaba ansioso en la entrada de su casa, caminando sin parar dando pequeñas vueltas en círculos. No había podido dormir bien en toda la noche, había estado dando vueltas y vueltas en su cama sin poder pegar ojo. De todas formas, su novio había pasado por algo similar, y los dos cargaban con unas notorias ojeras moradas.

— Qué lindo te ves~ — Susurró en su oreja. — ¿Nervioso? — Agregó, sobresaltándolo notoriamente. — Estoy igual.

También era la primera vez que Beomgyu iba a la escuela sin gafas. Hacía meses que estaba esperando unos lentes de contacto, y al fin se los habían dado.

— Ay, Soo~. — Protestó en voz baja. — ¿No notas estas bolsitas bajo mis ojos? No dormí absolutamente nada. — Contó acompañado de un vago bostezo.

El peli-violeta soltó una carcajada, poniendo sus ojos en blanco al ver a su novio observándolo con minuciosidad.

— Espera un momento.. — Anunció con emoción, notando la nueva tintura de su amado. — ¿¡Cuándo sucedió!? ¿!Y por qué no me enteré!? ¡te queda muy bien!

Soobin subió sus hombros y acompañó el movimiento con un elevamiento de brazos, haciéndose el tonto. Le respondió algo así como "no creo que nadie lo note.. son tus ojeras las que destacan hoy" y se llevó un buen puñetazo en el hombro por parte del receptor de aquella inocente bromita. Comenzaron a caminar a la par sin darse cuenta, como hacían siempre.

— Púdrete. — Escupió el pelinegro intentando disimular que era una broma. Automáticamente unos fuertes brazos se pasaron por sus hombros y lo atrajeron hacia el propietario de los mismos.

— ¿Y la ley de atracción..? — Se defendió el mayor, haciendo referencia a su primera conversación, soltando una última risa.

Beomgyu se acercó más a él de tal forma en la que su espalda golpeaba con el pecho contrario. Quiso continuar con aquel lindo momento, en el cual soobin lo mantenía cerca suyo en un abrazo algo extraño pero amoroso. El peli-violeta estiró la mano del brazo ocupado y acarició su cabello. Con su mano en el lugar, pudo notar una leve tensión en el cuerpo contrario. Repentinamente frenaron, quedando varados en el medio de una acera cualquiera.

Beomgyu tensó su mandíbula, sien y prácticamente el resto de su cuerpo al verlo. Aunque fuera a una calle de distancia, era un infierno cada vez que de casualidad (o no) se encontraban.. se miraban, y conectaban miradas. Por más poco tiempo que fuera.

— ¿Estás bien? — Preguntó su novio, dirigiendo sus ojos hacia donde creía que estaba mirando su pareja.

No había nada.. apenas un callejón vacío porque él ya se había ido. Por la mente contraria pasaban recuerdos suyos, de sus besos en esa misma callejuela y de todos los errores que había tenido por ese astuto y coqueto pelirosa.

Ese maldito tuvo el tiempo necesario para dedicarle una mirada retadora; clásica y engreída sonrisa confiada, ojos semiabiertos que derrochaban seguridad y sus típicas cejas desiguales por diversos cortes que se había hecho a propósito.

MY OWN KOOK! ✧ SOOGYU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora