Capítulo 14

852 156 53
                                    

Iban cuesta arriba en una calle totalmente deshabitada. Con suerte podían oír alguna pelea de gatos en los techos de las casas a los costados de la calle, pero personas como tal además de ellos, nada. Todo vacío y una iluminación que no ayudaba.

— ¿No te da miedo ir por aquí? — Preguntó Soobin para romper con el silencio.

Compartía bolsillo con su novio. Sonreía al recordar lo tonto que había sido para pedírselo, pero había funcionado. Lo último que había imaginado era terminar emparejándose con la presa de su mejor amigo, y por ende, traicionarlo.

— Uhm.. Nop. Mi mamá es dueña de una panadería a unas calles de aquí, todos me conocen. — Explicó restregándose en su hombro, robándole otra sonrisa. Tenía frío. — Siempre que hay visitas en casa son de señoras que viven esta zona, ya sabes, las que te ven y dicen "¡Oh, qué grande estás!" y "Yo te tuve en brazos cuando no sabías hablar" — Imitó con una voz graciosa y nasal.

Lo hizo reír y se sonrojó por eso. Subió la mirada y se concentró en la tierna mirada de su chico al sonreír, su nariz pequeña rojiza por el frío, sus ojitos apenas abiertos y sus tiernos hoyuelos. ¿Cómo no se había fijado en él antes? Era mucho más lindo que cualquier otro del salón, era el más lindo de todos.

— Eso hacen los amigos de mi papá. — Comentó después de la risa, que le dio dolor de estómago. — Pero.. Nombran anécdotas algo más peligrosas, como "Yo los ayudé a tu padre y a ti cuando estaban a punto de ser devorados por un tigre" — Hizo una voz masculina y forzada, haciendo rebotar el efecto anterior en él. — Una vez, vino uno de estos tipos a casa y contó algo parecido frente a mamá. Ella se quedó como "¿Qué?" y pidió explicaciones. Fue muy gracioso, de verdad.

— Lo imagino, lo imagino.. — Respondió el otro, aferrándose nuevamente al brazo contrario y bostezando. — Tengo tanto sueño~

Por muy raro que sonara, Beomgyu se sentía cansado. Era una sensación extraña que solía sentir solo por las mañanas, los días de escuela.

— Espero que puedas dormir bien hoy, Beom. — Dijo Soobin con una sonrisa de labios.

Beomgyu le había comentado sobre su insomnio en algún momento de sus citas que no recordaba, y tenía la mala (o buena) suerte de que su novio fuera detallista en extremo. Miró extrañado al más alto, que estaba atento a sus alrededores. Faltaban dos aceras para llegar a casa.

— ¿Cómo..? — Preguntó con el ceño fruncido. — Uh.. Gracias Soobinie. Espero que puedas descansar tu también.

____________________

Después de pasar por una despedida prácticamente interminable, se despidieron con un abrazo. Pero haberse despedido no les duró mucho, a pesar de que fueran casi las tres de la madrugada.
Soobin volvía a casa con su celular en mano, texteando anímicamente con su pareja. Querían verse al día siguiente, pero supuestamente iba a llover, así que no sabían qué hacer. Solo querían verse antes de que vuelvan las clases.

— Soobin. — Lo llamaron. — ¿Pu-puedes hablar?

Había una casa repleta de luces de colores, con un amplio jardín delantero y varios jóvenes en este. La música lo aturdía a pesar de estar a varios metros, veía por las ventanas a decenas de muchachos de su edad bailando o besándose. Guardó el móvil en su bolsillo y quedó sorprendido de ver una cara conocida.

— Vamos, Soobinie, siéntate conmigo~ — Canturreó su mejor amigo, con una botella de licor en una de sus manos, moviéndola de lado a lado. — ¡Ya me enteré de tu pequeño secretito!

El peliazul desteñido abrió los ojos en grande al notar lo que estaba bebiendo. No le prestó atención a sus palabras ya que, estaba ebrio. Yeonjun no era Yeonjun si no terminaba vomitando después de tomar sin parar. No sabía controlarse.

— Yeonjun, apenas son las tres de la madrugada, ¿Y ya estás en ese estado? — Lo regañó sentándose en el cordón de la acera, junto a él. — Apestas.

— ¿Por qué n-no me lo dijiste? — Preguntó riendo y babeando a rienda suelta. — ¡Mi mejor amigo está con el chico que me gusta! — Gritó a los cuatro vientos. Soobin llevó su mano derecha en sus labios, y este los lamió entre risas.

— ¿Qué estupidez estás diciendo? — Preguntó con enojo. — Dijiste que solo querías a Beomgyu para hacerle una broma ¿cómo te enteraste? y, ¿qué me estás reclamando?

El pelirosa no podía mantenerle la mirada. Sus ojos estaban rotos y las lágrimas que guardaba no iban a esperar mucho tiempo más para hacerse notar.

— No me grites.. — Suplicó mirando el asfalto, llevando sus manos a los bolsillos y moviendo una pierna con frenesí por lo ansioso que se encontraba.

— Además, estás drogado. No puedes ni cerrar la boca, tus pupilas están dilatadas y no puedes quedarte quieto. — Dijo con seriedad, forzándose a sí mismo a mantener su postura. — ¿Por qué haces esto? debes saber que estoy con Beomgyu por tu culpa, por querer que no lo dañes. Somos amigos, Jun, pero él es alguien frágil, por favor no vuelvas a acercártele.

Yeonjun comenzó a temblar. Era seguro que iba a derrumbarse en cualquier momento.

— ¿Y tú? — Preguntó haciendo un puchero involuntario. — ¿Me odias? ¿me odias por querer divertirme con alguien más? ¿vas a cambiarme por él? ¡Soobin, date cuenta! ¡Él es el maldito problema entre nosotros! — Gritoneó como un niño caprichoso, tomándolo de los brazos y samarreándolo. — ¡Por favor, por favor Soobin!  ¡Solo quería divertirme!

El otro mordió sus labios con desagrado.

— Basta, estás haciéndome pasar vergüenza. — Soobin puso sus manos sobre los brazos contrarios y, con algo de fuerza, los quitó de sí. — De verdad que no te entiendo.

El peliazul desteñido se levantó de aquel cordón y lo miró temblar desde la altura. No sabía bien qué decir, estaba dolido.

— Deja de hacer cosas malas, cuídate mucho. — Se despidió el menor, comenzando su ruta de vuelta a casa. El otro no quiso quedarse esperando por él.

Se abalanzó sobre su espalda y lo abrazó tan, pero tan fuerte, que no pudo seguir caminando. Yeonjun lloraba, con sus ojos enrojecidos y saliva fuera de su boca.

— No dejes de ser mi amigo. Por favor, Soobinie, siempre hemos sido solo nosotros dos.. ¡No lo volveré a hacer! ¡lo juro por.. por mi padre! no, ¡Por mi mad-! — Rogó nuevamente anclando sus pies al pavimento. El otro, amablemente y procurando no lastimarlo, se detuvo y lo alejó de él.

— Ya basta, mañana vas a arrepentirte de esto. — Dijo por última vez antes de irse. — El error fue tuyo por querer jugar con alguien tan lindo como él.

Lo dejó con las palabras en la boca y siguió caminando después de darle una mirada fatídica. Nunca pensó que terminar su amistad más duradera iba a dolerle tanto. Y más le dolía saber que, sobrio, Yeonjun jamás iba a ser capaz de pedir disculpas. Era muy complicado, eran dos personas que amaba.. Pero que entre ellas no pasaba lo mismo. No podía dejarse llevar por esas chiquilinadas de "O estás de su lado o el mío" No, no era así.
¿Por qué no solo pudo haber conocido a Beomgyu en otro contexto? Los tres serían amigos y todo fluiría bien.

Llenó sus pulmones de aire y lo fue expulsando lentamente por la boca, dejando un humo blanquecino frente a él que no tardó ni dos segundos en aparecer. En lo único que quería pensar era en su noviazgo, en cómo iba a ser todo a partir de ahora.. estando solo.

MY OWN KOOK! ✧ SOOGYU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora