Capítulo 3

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Beomgyu tenía un de sus charlas diarias en la oscuridad, consigo mismo, cuestionándose la vida.

— ¿Debería comenzar con un libro nuevo? — Se preguntó. — Apuesto a que voy a relacionar todo con mi Kook. Mejor no. — Se respondió. — ¿Debería decirle a mamá que tengo insomnio? — volvió a preguntarse. — Exactamente.

— ¡Cierra la boca, beomgyu! ¡son las dos de la madrugada! — Protestó uno de sus hermanos mayores, desde otra habitación.

¿Realmente era tan ruidoso? pensó. Hacía mucho tiempo había dejado de tocar la guitarra y solo cantaba a todo pulmón mientras se duchaba. Agh, su familia iba a volverlo loco, eran todos unos exagerados. Lo único que faltaba era que también dejara de hablar por ellos, que ni siquiera iba a poder, porque la mayoría de veces era algo inconsciente y cuando se daba cuenta moría de la vergüenza.
Bueno, era un poco extraño que estuviera hablando con el techo a esas horas de la noche, pero bueno, según él, tenía razón.

Acabó en una cafetería. Había ido allí unas pocas veces y siempre estaba vacía, era amplia y estaba abierta las veinticuatro horas del día. Tenía amplios ventanales que daban a un jardín y otros que daban a la calle. Por alguna razón todo se sentía muy nostálgico, las paredes blancas al igual que el piso le daban un toque.. extraño. No había ni una mancha.

— Hola Beomgyu, ¿dormiste bien? — Le preguntó una voz algo nasal, detrás suya. Él volteó para verificar quién era.

¿¡Choi Yeonjun!? ¿¡Era eso real!?
No tuvo tiempo de responder.

— Hola Beomgyu, ¿dormiste bien?

¿Qué hacía Jeon Jungkook junto a ellos? es decir, la personificación del personaje del libro que había leído con anterioridad. Porque no existía.. ¿O sí?

— ¿No estabas muerto? — Pudo preguntar.

— Hola Beomgyu, ¿dormiste bien? — Preguntó esta vez una mujer.

Comenzó a sospechar cuando la mismísima Park Jihyo apareció frente a él con la mitad del cuerpo convertido en un caballo, sabiendo su nombre y preocupada por si había dormido bien.

— Hola Beomgyu, ¿dormiste bien? — Le preguntó esta vez soobin, bajando de unas escaleras que aparecieron de la nada, y con un ramo de rosas en sus manos. Beomgyu lo miró con odio, hasta que cayó en cuenta de que nada de lo que veía era real.

Efectivamente, Beomgyu despertó repentinamente, algo sudado. Desesperado, miró a su alrededor buscando algún indicio de que Jihyo hubiera estado en su habitación. Se agachó y buscó debajo de su cama, pero solo encontró pelusas, envoltorios de dulces antiguos y..

— ¡Oh, pensaba que había perdido ese perfume! — Exclamó emocionado, retirando el objeto de debajo de su cama y echando algo de perfume en sus muñecas. — Exquisito... ¿A qué olerá Jungkook?

Definitivamente, tenía que limpiar su cuarto más seguido y dejar de caer enamorado por personajes literarios.

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Era otro día en aquellas apestosas cuatro paredes. Yeonjun y Soobin sentados en la fila del medio, hablando con todo el mundo y siendo el centro de atención. Beomgyu, estaba junto a su mejor amigo delante de todo, en la fila más alejada a la puerta. esperaban el comienzo de la clase, ya que su profesor estaba atrasado. Beomgyu tenía la cabeza en las nubes. Era la primera vez que se encontraba ocupado repasando cada uno de sus compañeros de clase, claro, los que sabía que existían. Taehyun, su mejor amigo, lo era desde jardín de infantes. Era muy carismático y por sobre todo buena persona, que a pesar de todo estaba en las buenas y en las malas. Una persona muy alegre y extrovertida, que escucha todo tipo de géneros musicales y es apasionado por cantar, cosa que hace con excelencia. Por otro lado, literalmente, en el fondo de la primera fila, estaba Jayoon, la única chica del salón que permanecía en su memoria. Las pocas veces que pudo hablar con ella fueron conversaciones cortas, de tres o cuatro oraciones. Ella era muy servicial, definitivamente sería la encargada de estudios del año. Suele teñir su cabello con mechones de colores, un día rojo, otro verde, otro morado..

— El profesor tomó licencia de último momento. — Anunció el preceptor, llevando una silla hacia el escritorio donde solía sentarse el docente. — Tienen hora libre, pero como hagan alguna tontería..

— ¡Sí! — exclamó su compañero a un tono que solo él y su mejor amigo podían oír. — No tenía ganas de ver su rostro malhumorado hoy.

— ¡Yeonjun, Yeonjun! — escucharon ambos jóvenes, detrás de ellos. No pudieron evitar voltearse y mirar qué estaba pasando.

Una muchacha de cabello lacio y negro agachó la cabeza y mostró una carta en sus manos, en dirección al pelirosa. Yeonjun la observó en silencio, junto a todos sus amigos.

— Por favor no me rechaces, hace mucho que siento todas estas cosas.. Cosas que no puedo decir personalmente, pero que postré en esta carta..

— No estoy interesado, por favor, no lo vuelvas a intentar. — La rechazó, siendo algo crudo.

Habían ciertos rumores de que Yeonjun, al rechazar a sus enamoradas, lo hacía de forma brusca y arisca, creyéndose el rey del universo. Pero, no había sido así siempre, sino que él cambió cuando una muchacha se obsesionó con él y comenzó a acosarlo después de que la rechazara de una manera.. esperanzadora. Era insoportable. Decenas de mensajes y regalos en la puerta de su hogar, cada mañana.
La chica había sido muy valiente al declarársele frente a todos. Pero la imaginación de Beomgyu no pudo resistirse.

¿Y si la rechazó por mí? ¿y si en el fondo yo también le gusto? preguntas que le carcomían la cabeza. Intentaba calmarse golpeando rítmicamente la mesa de madera delante suyo, pero sus ojos no podían controlarse y se desviaban hacia el pelirosa una y otra vez.

— Creí que lo habías superado, Beom. Se te está cayendo la baba. — Comentó su compañero. — ¿Por qué no vas con alguien más alcanzable? Huening Kai te está mirando desde hace rato.

— ¿Huening qué? — Preguntó Bromgyu, dirigiendo su mirada hacia los bancos traseros, donde estaba mirando su amigo, pero de la forma menos discreta posible.

— Idiota. — susurró Taehyun, cubriendo sus ojos con decepción.

El observado se asombró debido a las mirada incesantes de aquellos dos. Rápidamente se hizo el tonto, tomando un libro que estaba sobre su escritorio, haciendo de cuenta que estaba muy concentrado en su lectura. Que lástima que, Beomgyu y Taehyun, habían alcanzado a verlo a la perfección.

— ¿Él? — Preguntó Beomgyu. — Pero.. ¿y Yeonjun? — Lo volvió a nombrar, a lo que taehyun, suspiró con cansancio.

— Quiere que lo dejes tranquilo. — Respondió mientras palmeaba su espalda. — ¿Vas a dejar pasar esta gran oportunidad por alguien que no sabe ni que existes? — Le preguntó Kang, haciéndolo dudar. — Vamos, beom, tienes que dejar de pensar solo en Yeonjun.

Beomgyu se dejó caer en el respaldo de su asiento, acompañando el movimiento de un suspiro.
Quizás tenía razón, no valía la pena perder el tiempo enamorado de alguien que no sabía de su existencia.

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