CELEBRACION.

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Park Jimin caminaba nervioso por la alfombra blanca, apretaba con fuerza el brazo de su padre y trataba de sonreír.

Se había mentalizado las últimas semanas para ese evento, no estaba molesto por ser todo tan repentino pues siempre había sido obediente a sus padres, mucho más a su madre, quién había estado encantada con la idea de verlo casado.

Además, conocía a Min Yoongi, era el soltero más codiciado de entre los más famosos jóvenes millonarios, sabía que era una persona algo reservada y de carácter fuerte. Sin embargo, se rumoreaba que era un hombre caballeroso y responsable. Jimin confiaba en qué su padre jamás lo habría entregado a alguien malo.

Cuando llegó hasta el peli negro, éste le extendió una mano con el rostro neutro, Jimin la tomó y subió los poco escaloncitos.

Durante el monólogo del juez, Jimin moría por mirar a su compañero a quien solo había visto en páginas de internet y de lejos en algunos eventos, pero el ser alguien nervioso e introvertido, no ayudaba mucho a lograr su cometido.

Si el joven Park hubiese volteado, habría notado el hambre del cazador a su lado, quien no dejaba de imaginar mil escenarios en los que los labios del rubio se llevaban todo el protagonismo. Yoongi sabía que sus fantasías estaban muy fuera de lugar, pero no podía evitarlo, no con esa hermosa apariencia y ese aroma suave pero atractivo.

-Por el poder que la ley me confiere, yo declaro este matrimonio unido. Pueden sellar este momento con un beso.

Despertó de su transe cuando escuchó las palabras finales del juez, conteniéndose de sonreír con diversión, pues había llegado la mejor parte del evento.

El corazón del rubio se aceleró y sintió casi vomitarlo cuando una mano extraña se coló en su cintura y lo volteó. Yoongi sonrió de medio lado y le guiñó un ojo antes de acercarse y juntar sus labios con los de él.

El rubio se sorprendió cuando Yoongi comenzó a mover sus labios sobre los de él. Pensaba que sólo sería un piquito y siendo sinceros, carecía de la experiencia necesaria para seguirle el paso al mayor quien parecía que quería comerse su boca.

Un carraspeo se escuchó y ambos se separaron, Jimin casi grita de vergüenza al percatarse de manera fugaz que un hilito de saliva se rompía al alejarse de su ahora esposo.

-Ese entusiasmo lo podemos dejar para después, señor Min -dijo el juez con una sonrisa divertida- felicidades por su matrimonio, con permiso.

Jimin miró sus pies cuando bajaron del pequeño escenario, Yoongi había sostenido su mano y se encontraban rodeados de personas que los felicitaban.

-Se lo tenían muy bien escondido -se quejó con diversión una mujer socia de las empresas de los Min- jamás imagine que Yoongi estuviera saliendo con el pequeño Park.

-Bueno, nos gusta ser discretos -contestó el peli negro con simpleza. Sorprendiendo a Jimin con la fluidez para parecer natural.

La cena se había llevado de manera tranquila, una carpa había sido colocada cubriendo todas las mesas y sillas debajo, un precioso candelabro adornaba la pista de baile que brillaba con luces blancas.

Los novios se encontraban comiendo en la mesa principal que era solo para ellos dos, algo que mantenía ansioso al pequeño novio, pues temía parecer torpe para su ahora esposo.

-Puede que sea difícil para ti, Joven Jimin, pero si queremos que todo el mundo crea nuestra "historia de amor" será mejor que dejes de mover ese pie y luzcas como si fuera el día más feliz de tu vida -le recomendó el mayor antes de meter un bocado de carne a su boca.

El doncel apretó la boca sintiéndose regañado.

-Lo siento mucho, señor Min -susurró el rubio avergonzado y quedándose quieto. Picoteaba su comida un poco, pues realmente los nervios no daban paso al apetito.

-Bebe un poco de champaña, te relajará.

Jimin aceptó con obediencia y tomó la copa que se encontraba llena desde que se la sirvieron. Yoongi observó cómo los labios del menor se posaban sobre el vidrio y se relamió los suyos propios hasta que no pudo evitar soltar una risa por los gestos del otro.

-¿No te gusta la champaña?

-Es la primera vez que la bebo -murmuró con el rostro encendido.

-No tienes por qué apenarte, precioso -Jimin lo miró sorprendido ante el apodo- además, siempre hay una primera vez para todo -concluyó con voz sugerente y continuó comiendo.

Trató de tapar su sonrojo bebiendo más de su copa.

-¿Le parece un baile, joven Jimin? -preguntó, poniéndose de pie, atrayendo inmediatamente las miradas de los invitados.

Jimin le miró aun más avergonzado, sin embargo, tomó su mano y en compañía de los aplausos se dirigieron a la pista de baile.

Las luces bajaron de intensidad y una más los enfocó a ellos mientras bailaban al son de un suave vals, y solo ahí, Jimin perdió un poco de sus nervios. El baile era, sin lugar a duda, su zona de confort.

Continuaron bailando, un silencio incomodo entre ellos, pero al mismo tiempo tranquilizador, no sabían explicarlo, pero Yoongi sentía que el lugar correcto de su mano era en la pequeña cintura ajena, mientras que Jimin juraría que nunca había sentido la electricidad que vibraba de entre sus manos unidas.












My Boy [🔞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora