Dos Copas, Dos Chicos

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Desde el incidente durante el entrenamiento, Kazemaru se dedicó a entrenar su cerebro para el fútbol, desvelándose mirando videos de partidos profesionales, buscando en internet estrategias y formaciones que tendría que aprender.

Para él, esto era cosa seria, si bien no podía entrenar con los demás, escuchaba atentamente cada una de las estrategias que planteaba el genio del equipo, Kidou.
Analizaba cada jugada que realizaban todos los integrantes de Raimon, la forma en que pateaba el balón Someoka, la capacidad de salto de Goenji, las fintas de Midorikawa, la tendencia de pases de Hiroto, los cambios en pleno partido que tenía la defensa.
Tenía que aprenderlo todo si quería ayudarlos a ganar y no ser una carga, solo contaría con 5 entrenamientos físicos antes del partido de la primera fase del torneo.

Endou le había dicho que se calme, que lo haría bien, afirmando que no era necesario que se desvelara tanto para entender las formaciones y jugadas de pizarrón que planteaba Kidou.
Pero la tenacidad de Kazemaru era algo contra lo que el castaño no podía ir, porque cuando el peliazul se proponía ser el mejor en algo, lo lograba.
No se medía ni escatimaba esfuerzos para cumplir sus objetivos, aunque en muchas ocasiones, esto lo llevase a un desequilibrio entre lo sano y lo peligroso.

Ahí estaba, eran las 3 de la mañana y seguía mirando videos grabados del entrenamiento del día, con su cuaderno de apuntes, tomaba nota de cada cosa que veía, cosas como "Si el juego se abre por la banda derecha, tengo que esperar en la defensa, Fubuki será quien suba".

Al día siguiente, por fin retornaría a los entrenamientos, estaba aburrido de solamente sentarse a mirar, así que apenas sonó la campana que señalaba el final de las clases, se alistó y fue rápidamente al salón del club junto a Mamoru, que estaba feliz de verlo tan comprometido.

Durante el entrenamiento puso en práctica todo lo que había repasado durante la semana anterior, impresionando a Kidou.

- Parece que ya tengo a alguien capaz de seguirme en las jugadas sin necesidad de decírselo - Dijo con satisfacción el estratega del equipo.

- Es bastante bueno para leer jugadas, debe haber estudiado mucho tu estilo de juego - El mediocampista pelirrojo también estaba impresionado por como el juego fluía con el reingreso del lateral al campo.

- Creo que el cerebro de la defensa ha llegado - Fubuki se acercaba al escuchar los comentarios - Me siento más tranquilo, soy un jugador más técnico que táctico - bromeaba - Que Kazemaru-kun se encargue de eso me da más confianza para defender.

Los tres estaban satisfechos con el rendimiento del peliazul, supieron por la calidad de su juego que no había estado flojeando durante sus días de descanso médico.
Era motivador tener a personas tan comprometidas junto a ellos.
Se separaron, rompiendo su conversación para poder seguir con el entrenamiento, ahora tenían la libertad de crear formaciones más rebuscadas, no se iban a limitar a un plan común que cualquier equipo podía usar.

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La semana pasó tan rápido como llegó, todos estaban con sus chandales deportivos, haciendo su última reunión táctica antes de dirigirse al estadio local para jugar el primer encuentro.

Endou como de costumbre, motivaba al equipo, mientras Ichinose y Kidou explicaban en la pizarra los posibles casos que se darían durante el encuentro.
Todo transcurría con normalidad, hasta que al momento de irse a la caravana exclusiva del club de fútbol, cierto peliazul fue abordado por alguien inesperado.

- Tamikazu... - Dijo al ver al capitán del equipo de atletismo, la verdad no estaba todavía todo arreglado entre ellos.

- Kazemaru, venimos a desearte suerte - le sonrió amablemente - Sé que la última vez que hablamos, todo terminó mal... - La vergüenza en sus palabras se notaba a leguas - Estaba molesto, pero ya entendí que los amigos se apoyan en todo.

Idiota (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora