Derecho

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Era domingo por la mañana, habían pasado un total de 23 meses desde la visita del padre de Kazemaru, por lo que suponía que la madre de él estaba en la fase final de su vida, con pocas esperanzas de sobrevivir.

Lo que le dijo Kidou tomaba sentido, faltando tan poco tiempo, era de esperarse que su suegro tomara la decisión que tanto trató de aplazar.
Se vistió y se dirigió al lugar donde podía visitar a Kazemaru.

En la entrada del hospital, le temblaron las piernas, hacía un mes no volvía, pero no tenía tiempo para excusas, ingresando y buscando la habitación donde su peliazul estaba en coma hace 20 meses.

"Lo siento, no pudimos hacer nada para evitar el estado de coma, perdió demasiada sangre y tuvo muchos daños"

Era lo que el doctor le dijo aquella fatídica noche, pero Endou se mantuvo positivo algunos meses más, yendo todos los días a visitar a Kazemaru, rogando que este despertara, hablándole pero sin respuesta.
Con el tiempo, la espera y la soledad fueron demasiado para él, volviéndolo una persona completamente diferente a lo que algún día fue.

Ahí estaba, su suegro de cabellos dorados, afuera de la habitación de Ichirouta, él casi nunca venía, en realidad, solo vino algunas veces, todas por la misma razón.

Usar el corazón del peliazul para salvar la vida de su esposa.

Endou se negó en todas las ocasiones, alegando que era él quien pagaba mes tras mes el hospital, además no podía decidir sobre la vida de él mientras siguiera con vida, cosa que al castaño le costó, porque en más de una ocasión intentó pagarle a los médicos para que cedieran, pero hace algunos meses había encontrado un recurso legal para quitarle el corazón a Kazemaru, apelaría a la vida de una persona que todavía estaba plena y con mejores expectativas de vida.

El castaño investigó y lamentablemente era cierto, mientras Kazemaru no tenga 18, no podía evitar que su padre hiciera eso, para lo que faltaba solamente un mes, que era el tiempo exacto que tenía la madre de este.

- Buenos días señor Kazemaru - dijo con seriedad Endou - Creo que ya hemos discutido por eso muchas veces, pero no puede venir y decidir sobre que hacer con él.

- Claro que puedo, mis abogados ya están trabajando para tener el permiso de la gerencia del hospital pronto - le mostró los documentos - Apenas tengamos luz verde, nos lo llevaremos a Canadá para realizar el trasplante, la vida de mi esposa está en riesgo con cada día que nos retrasamos.

- ¿Y su esposa sabe que pretenderle quitarle la vida a su hijo? - Miró la reacción del señor, que se puso nervioso - Eso pensé... - Eligió bien sus próximas palabras, había discutido con su suegro tantas veces por lo mismo - ¿En serio cree que su esposa estaría feliz luego de saber que Ichirouta dio su vida?

- No lo tiene que saber - Dijo firmemente - Si te atreves a decirle algo, yo mismo me encargaré de borrarte del mapa muchacho, ahora lárgate de aquí.

- No me iré, él es mi novio - Dijo tajantemente, Endou ya no era un niño de 15 años, él también estaba por cumplir la mayoría de edad - Usted no tiene derecho a decidir que hacer con el cuerpo de Ichirouta, además Haruki está de mi lado.

- ¿Qué? - Se sorprendió - ¿Cómo lo contactaste?

- Eso es asunto mío - le dedicó una fría mirada - Está viniendo a Japón ahora mismo, nosotros también apelaremos legalmente para que no le ponga ni un solo dedo encima a Ichirouta.

- Ese ingrato... - Renegaba muy frustrado - Le di la herencia familiar y me hace esto... Como se atreve esa basura a traicionar de esa manera a su madre.

- Haruki no es ninguna basura, él junto a mí es quien más ha sufrido por lo que le sucedió a Ichirouta - declaró con furia - Usted nunca le permitió venir a verlo, ni un solo día, pero él nunca dejó de preguntar por su hermano menor, demostró que lo ama, él sabe que su madre nunca permitiría que uno de sus hijos de la vida por ella. - Se acercó para mostrar lo decidido que estaba en evitar que operaran a Kazemaru - ¿Acaso me equivoco?

Idiota (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora