Endou, huye, rápido.

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El final del segundo año de secundaria se acercaba a la par de la final del campeonato de fútbol, por lo que era común ver a todos con proyectos y tareas de último momento para conseguir puntos extras y aprobar los cursos más complicados.

En el curso de arte y cultura, el castaño había sido muy descuidado con las tareas, para ser exactos, no había entregado ni una sola.
La maestra le dijo que si quería aprobar su curso, tendría que organizar una obra escolar con todo incluido, personajes, escenografía, elección de lo que sería representado y por supuesto, la puesta en escena.

Era el precio a pagar por evadir sus responsabilidades durante tanto tiempo.
Así que no tuvo mejor idea que involucrar a todo el club de soccer en la tarea, afirmando que si reprobaba, su madre no lo dejaría asistir a la final del campeonato.
¿Jugar sin arquero? ¿Sin el capitán? Era impensable, por lo que a duras penas acabaron por aceptar ayudar al castaño.

La idea era simple, algo cómico, todos tendrían un personaje y él sería el narrador de la historia, ya hasta había idealizado los vestuarios.

- Se llamará "Un balón feliz" - dijo sonriente, mientras a todo el equipo le caía una gotita  de anime por la cabeza - Ya tengo los papeles de cada uno - mientras sacaba de su mochila un papel donde estaban sus ideas innovadoras anotadas - Son 10 personajes - hizo una pausa para dar suspenso - Los roles serán los siguientes. - anunció.

Kazemaru Ichirouta, como el balón.
Goenji Shuuya, como el botín de fútbol.
Fubuki Shirou, como el parche de cuero.
Kidou Yuuto, como el silbato del árbitro.
Hiroto Kiyama, como las canilleras.
Midorikawa Ryuuji, como el pasto.
Kabeyama Heigoro, como el muro.
Ichinose Kazuya, como la camiseta.
Domon Asuka, como los guantes.
Someoka Ryugo, como el captus.

- ¿Y bien? - preguntó ilusionado el castaño - ¿Les gusta...?

- Es... Innovador... - Dijo Ichinose, tratando de suavizar el ambiente, sabía que más de uno querría matar al capitán.

- Yo estoy conforme - dijo radiante Midorikawa - ser el pasto debe ser fácil, además combina con mi cabello y como dicen "a mal tiempo buena cara" - causando risas en todo el grupo, la tensión se disolvió con lo dicho por el centrocampista.

Todos se pusieron manos a la obra para tratar de aprender los libretos que Endou había escrito, eran ligeramente ilegibles, pero se entendía la idea, además cambiarle algunas palabras no afectaría la obra en general.

Durante las tardes entrenaban y se quedaban una o dos horas más para pintar y hacer la escenografía necesaria, además de practicar en grupo las escenas.
Todo parecía ir bien, los menos animado habían acabo por aceptar sus papeles y resignarse a que no tenían otra forma de ayudar al capitán con sus calificaciones.

La obra sería presentada una semana antes de la final, lo que daría tiempo suficiente para tener unos entrenamientos intensivos y prepararse para jugar el título por el campeonato.

El tan esperado y temido día llegó, nadie había visto sus disfraces todavía, pero la verdad algunos morían de miedo , sobre todo por los personajes que tenían.

- ¡Chicos! - gritaba Endou desde afuera - Cierren los ojos, ¡ya traje los atuendos y quiero que sean sorpresa! - la ilusión era desbordante, por lo que nadie se atrevió a romperla y le hicieron caso al pedido. - ¡Listo! - gritaba emocionado, con grandes bolsas tras de él.

Todos se acercaron a recibir sus respectivos atuendos para luego probárselos, no hace falta decir la vergüenza que pasarían al caminar vestidos así para dirigirse al auditorio a presentar la susodicha obra.

Kazemaru era un balón gigante, no podía moverse bien debido a lo redondo que era el traje.
Goenji era literalmente un zapato caminante.
Kidou estaba en una especie de esfera plateada con forma de silbato.
Fubuki parecía una mancha blanca, como si fuera una hoja de papel pero deforme.
Hiroto era cuadrado y amarillo, no había más que decir.
Midorikawa estaba totalmente cubierto de un traje verde bastante esponjoso.
Kabeyama había sido metido en una caja con agujeros para respirar, ni más ni menos.
Ichinose agarraba con los soportes de su disfraz la tela en forma de camiseta, era realmente incómodo.
Domon era una mano gigante de color azul.
Someoka era el más normal entre todos, un captus.

Idiota (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora