Un gran barco iba de camino a Paradis, desde los tratados de paz firmados hace un par de años, el comercio y viajes de visita eran comunes entre todas las naciones. El agua cristalina era lo único que se podía ver aun y una mujer de cabello castaño no podía contar las horas para llegar a aquella isla y poder ver a quienes extrañaba tanto, aunque no quisiera admitirlo abiertamente.
Hange se asomaba por la barandilla del borde y tenía su vista muy expectante hacia el oeste. El viaje la estaba aburriendo y lo único que la mantenía cuerda era saber que muy pronto estaría en donde había nacido y crecido.
Su semblante era muy distinto al que recordaban todos, o bueno, diferente para quienes solo la conocieron como la 14° Comandante de la Legión de Reconocimiento. Reconocía que parte de su personalidad se había perdido cuando asumió un puesto tan importante, pero ahora que era libre de aquello, denotaba el mismo brillo de antes.
Se tomó un respiro y se giró para apoyarse en la barandilla, sentía la brisa golpearle la cara y lo disfrutó cerrando los ojos. Al cabo de unos segundos, los abrió y la vista frente a ella era de las más lindas que podían haber.
Levi estaba apoyado al lado contrario, sostenía en sus brazos a una niña, de no más de un año que dormía profundamente. Una pequeña de cabello castaño igual a su madre, mantenía una respiración lenta y apacible aferrándose al cuerpo de su padre mientras dormitaba tranquilamente.
— Sí que es muy tranquila —comentó Hange acercándose y tocando los mofletes regordetes de su hija.
— Me sorprende siendo tú una loca —respondió Levi—. Y ya deja de molestarla, la vas a despertar —regañó ya que la chica seguía tocando a la niña.
— ¡Oh, vamos! Se está perdiendo del viaje, eso no es divertido —se preocupó—. Ya durmió mucho, debería despertar.
— No —Levi decidió alejarse o aquella mujer seguiría molestando a la pequeña niña.
— Eres débil con los niños, Levi —se burló Hange—, creo que siempre lo has sido.
— Cállate.
— No me sorprende —se reía—, eras así con Carla también... o bueno, a tu manera —le recordó—. Carlaaa —llamó con un tono nostálgico— ¿cómo estará? Debe estar muy grande ya —realmente quería verla.
Levi escuchó ese último comentario y se preguntaba lo mismo. La última vez que la vio era una pequeña de dos años, habían pasado casi cinco años desde entonces.
— Hey, Levi —lo llamó la castaña mayor—, ¿recuerdas esa vez que te dejé a cargo de Carla? —reía.
***
Seis años atrás...
— Tómala —dijo Hange extendiendo a una pequeña niña que sostenía con sus manos.
— ¿Por qué me la quieres dar? —preguntó el pelinegro sin moverse y con un gesto desinteresado.
— Tengo trabajo que hacer, esta vez hay muchos documentos por revisar y no podré estar al pendiente de ella —respondió seriamente con Carla aun en sus manos extendida en el aire.
— Dáselo a sus padres.
— Los mandaste a trabajar al puerto —le recordó—. No tienes nada que hacer ahora, cuídala.
El chico aún se mostraba reacio a ello, no se movía y solo pensaba que era una molestia tener que hacerse cargo de una niña que nada tenía que ver con él. Pero no lo confundan, no es que no le importase, quería a esa niña, a su manera, pero eso no significaba tener que tener un contacto mayor con esa criatura.
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De nuevo [Eremika]
FanfictionMikasa despierta luego de haber tenido un sueño muy largo. Un sueño que le provocó escalofríos y mucho dolor. Al cabo de unos minutos ya no podría recordar nada de lo que vio, pero una frase se quedaría grabada en su mente. Para su tortura, aquel...