Extra #12

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Al fin, un día libre después de mucho tiempo, un día en el cual podrían realizar sus propias actividades, un día en el que no tenían por qué pensar en nada ni nadie relacionado a la milicia. Por fin, un día para poder ir a casa quizás... ¡Pero no! La decimocuarta Comandante de la Legión de Reconocimiento, Hange Zoe, tenía otros planes para ellos, para la tropa de cadetes número 104 en particular...

— Yo quería ir a esa nueva tienda de aperitivos que abrió la semana pasada —comentó Sasha en el comedor, sentándose con su desayuno pero con un aire depresivo.

— Yo quería dormir hasta el mediodía siquiera —se quejó Connie de haber tenido que despertar a la hora de siempre, se sentó al lado de su amiga con el mismo aire de depresión.

— Mi madre vendrá a matarme como no vaya a visitarla pronto... —comentó Jean sentándose al frente a los otros dos.

Los tres suspiraron con gran pesadez, ¿cómo es que era su día libre pero ya tenían una actividad programada?

— No quiero ir... —se quejaron con agotamiento, y recién empezaba el día.

— Tómenlo con calma —sugirió Armin, sentándose al lado de Jean, llegando en compañía de Eren y Mikasa—. La Comandante dijo que era un tema de vital importancia y que deberíamos asistir.

— Siéntate a mi lado, Mikasa —dijo la castaña con emoción y una sonrisa. No cabía duda de que, desde que la azabache dio a conocer su gestación, hace un mes, era bastante consentida por su amiga y compañera de habitación.

— Mikasa —llamó Connie—, tú que pasas más tiempo con la Comandante ayudándola, ¿sabes de qué se trata exactamente esa reunión que tenemos?

— No sé nada que ustedes no sepan —respondió ella, cogiendo un pan y llevándoselo a la boca.

— Quizás sea sobre la formación para una expedición, o sobre los prisioneros de guerra que capturamos —comentó Eren.

— Entonces, nadie sabe nada... —se dijo Sasha con desilusión.

— En fin, terminemos pronto para poder ir al salón que nos citaron —recomendó Jean.

Los soldados presentes estuvieron de acuerdo y se apresuraron a comer. Aunque Eren y Armin se quedaron a esperar a Mikasa quien tenía una ración de más de comida. En esos días, las náuseas habían desaparecido y empezaba a comer más que antes. Sospechaban que como siguiese así, sería capaz, incluso, de quitarle la comida a Sasha...

***

— Tema uno, listo —contaba Hange tras su escritorio, en una pila de documentos—; tema dos, listo —sonrió ante lo que dijo—; tema tres, listo —junto los tres documentos en sus manos y se levantó de su silla—, ¡maquetas! —se asustó.

— Listas —respondió Levi, quien estaba en aquella oficina, esperando a que la castaña se dignara a notar su presencia.

— ¡Estás aquí! —sonrió ampliamente al ver al Ackerman señalando las maquetas que tenía preparadas.

— Te ves feliz... —comentó con su rostro inexpresivo de siempre.

— Lo estoy —afirmó—. Después de mucho tiempo, podré hacer algo que no sea estar rodeada de estos papeles a la espera de que los lea.

— ¿Realmente les vas a hablar de ese tema a esos mocosos? —cuestionó.

— Es un tema de vital importancia —ella cambió su expresión a una seria—. Después de todo, ya hay antecedentes aquí de las consecuencias de no saber nada, así que es casi una obligación el conocimiento. Y es responsabilidad de nosotros, como veteranos, darles a conocer todo lo que sepamos.

De nuevo [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora