Se encontraba en un gran bosque, habían arboles gigantes y era muy sencillo movilizarse con el equipo de maniobras en ese lugar. Se movía rápidamente entre las ramas de los árboles, parecía estar buscando algo desesperadamente. En eso, vio a un enorme titán de apariencia femenina que abría su gigantesca boca contra algo. Dirigió su mirada hacia un cuerpo que sobresalía de otro titán, era Eren. ¡Ese titán estaba por comerse a Eren! Se apresuró a llegar al lugar; sin embargo, muy poco podría hacer, se encontraba aún muy lejos. Vio como Eren era comido de un solo mordisco de aquella gigante, para luego solo marcharse corriendo. Eren se iba... de nuevo era alejada de él...
Despertó. Había tenido un sueño corto pero aterrador. Se preguntaba seriamente el porqué volvía a tener ese tipo de sueños. Una vez más, debía sentir esa sensación de pérdida, ver a Eren ser tragado por un titán extraño no era algo que le gustaba, mucho peor desde que una de esas pesadillas que tuvo realmente sucedió. Si bien Eren estaba vivo, la idea de que lo tuviesen quien sabe dónde no la tranquilizaba.
Se levantó de aquella cama improvisada. Habían pasado dos días desde que Eren logró sellar la puerta de Trost con aquella roca. Los soldados aún tenían la obligación de recoger los cadáveres de sus compañeros antes de que surgiera alguna epidemia. No era un trabajo lindo de realizar; el día anterior que empezaron, fue muy lamentable.
Aun llevaba su uniforme, había dormido con él puesto. Le hubiese encantado tomar un baño en ese preciso momento, pero no se iba a poder. Solo fue a recoger agua para siquiera lavarse la cara. Mientras enjuagaba su rostro, pudo notar con su tacto, la herida que tenía en su mejilla, esa que Eren mismo había provocado. Ya no le dolía, pero parecía ser profunda y probablemente, quedase una cicatriz, nada agradable para una chica pero le importaba muy poco, no es como que fuese la única cicatriz que tenía o iba a tener.
Fue a recibir su ración de comida, encontrándose con Armin. Un simple trozo de pan fue lo que recibieron, la escasez de alimentos sí que era serio y con el desorden por el ataque de los titanes, no había nada organizado.
Luego de ello, prosiguieron con su trabajo, ir por los muertos y apilarlos en zonas para su próxima recogida y cremación. Las náuseas se hacían notar en muchos de sus compañeros, Mikasa no era la excepción, no era agradable de ver, pero estaba más preocupada por Eren pues no sabía dónde lo tenían.
— Lo siento... —escuchó decir cerca, la voz se le hacía familiar— Lo siento...
Se giró a observar de quién se trataba, era Annie. La rubia se encontraba frente a un grupo de cadáveres y se le hacía tan raro la forma en cómo se disculpaba. Se acercó un poco enfocando su vista al suelo y pudo divisar el cuerpo de Ruth frente a la rubia. Se lamentó por dentro, Ruth era una buena chica, fue realmente triste que terminará de aquella manera.
Por su parte, Annie se encontraba mal, se sentía muy culpable. Ella era parte de todo aquello, ella ocasionó esa masacre. Lo hizo sin importarle nada ni nadie, pero ahora que veía a alguien con quien había convivido durante tres años, muerta a causa suya, la hacía sentirse miserable. Aun así, no había vuelta atrás, ella decidió seguir adelante y eso haría. Sobre todo ahora que sabían que Eren era un titán cambiante, debían llevarlo con ellos a Marley.
***
Se dirigían hacia la base principal de la Legión de Reconocimiento. Apenas la noche anterior se habían unido a aquella Unidad y empezaban a instalarse. Por lo que se dictó en el juicio a Eren, él debería ser ya un miembro de la Legión, pero quien sabe dónde estaría; tal vez lo tenían en algún lugar donde no suponga ningún peligro como todos los veían.
— ¡Oigan! —escuchó desde atrás, se estremeció al escuchar esa voz, la conocía muy bien.
— ¡Eren! —exclamó Armin al girarse y ver a su amigo, Mikasa se giró a verlo también.
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De nuevo [Eremika]
FanfictionMikasa despierta luego de haber tenido un sueño muy largo. Un sueño que le provocó escalofríos y mucho dolor. Al cabo de unos minutos ya no podría recordar nada de lo que vio, pero una frase se quedaría grabada en su mente. Para su tortura, aquel...