Capítulo 30

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¿Qué había hecho? Se preguntaba a sí mismo mientras se tomaba la cabeza con las manos. Eren estaba en una habitación, a la espera de Zeke, a quien Floch y otros habían ido en busca teniendo a Hange como guía. Se apoyaba contra el ventanal de aquel lugar y pensaba en lo sucedido hace un par de horas.

¿Cómo había podido lastimar a Mikasa? Le dijo palabras crueles, la trató mal, pero debía hacerlo, era la única manera de que lo dejara de lado y actuara como debía, para poder finalizar todo lo que iba a ocurrir. Incluso tuvo que inventar lo de sus dolores de cabeza, fue un dato que conocía muy bien y lo usó a su favor.

Lo que más le dolió hacer, fue haberla golpeado. Fue sin querer, no pensó que se atravesaría tan de repente. Casi no pudo controlar su impresión y estuvo muy cerca de pedir disculpas de rodillas, pero eso hubiera echado a perder todo su plan. Armin se iba a recuperar rápidamente de las heridas pero ella no. Se sentía una completa mierda.

¿Ella se lo perdonaría algún día? Tal vez si, tal vez no, no lo sabía. Él confiaba en que todo iría de acuerdo a lo que ya había visto. Todo se había desarrollado tal y como ya conocía, pero Mikasa solía salir con cosas que no esperaba, y lo entendió hace unos meses cuando ella le confesó que había soñado mucha de las cosas que ya habían sucedido, y otras que iban a suceder. Todo aquello no estaba en sus planes.

Para empezar, las cosas se direccionaban hacia el mismo final que ya estaba previsto, él realizaría aquel genocidio contra el mundo, en fin de acabar con las fuerzas militares de las demás naciones y otorgarles tiempo a la isla, calculaba que al menos un centenar de años serían lo que los habitantes de Paradis vivirían libres de ataques. Sin embargo, ahora dudaba de que así se diera.

¿Mikasa podría cambiar las cosas? Su parte racional decía que no pero muy dentro de él quería creer que si podía ser. Seguiría con su plan ya que era la mejor alternativa hablando lógicamente, pero realmente rogaba porque la chica pudiese hacer algo para cambiarlo, aunque ahora parecía ser ya demasiado tarde... Quizás debió tomarla de la mano aquel día en Marley, ir por Carla y huir los tres juntos, solo a esperar su muerte que sería en cuatro años, pero al menos los habría disfrutado. No... eso habría sido muy egoísta de su parte.

Suspiró, debía continuar con el retumbar. Sabía que sus amigos irían a detenerlo y entre ellos Mikasa sería quien acabara con su vida, lo vio muchas veces en sus recuerdos pero aun cuando no quería creer que sería de esa manera, terminó por enterarse que ella también lo había visto. ¿Significaba eso que no había forma de evitarlo? Bueno, no se quejaba, al menos moriría a manos de quien más amaba.

Porque si, la amaba, más que a nada. Había sido ella quien lo había acompañado desde siempre, en los buenos y malos momentos. Incluso le había dado una linda hija con la que había podido olvidarse de su cruel destino. Ellas habían sido una luz en toda esa oscuridad que se encontraba viviendo.

Uno de sus seguidores entró a avisarle que habían enemigos infiltrados. Se levantó y decidió salir hacia la celda en donde tenían a Gabi. Iba a usar a la niña para atraer la atención de los invasores. Justo en aquel momento, ingresó Pieck, asesinando al guardia junto a Eren.

***

Todo temblaba, signo de la gran batalla que estaba desatándose fuera. Marley había iniciado su ataque a Paradis. Onyankopon se apresuraba en abrir la celda de Armin y los demás para que saliesen a apoyar a Eren. Connie se lanzó contra él agresivamente, estaba enojado, no estaba de acuerdo con el supuesto plan de la eutanasia de Eren como para pelear por él. Al final se decidieron por apoyar a los hermanos Jaeger, pese a que estaban en contra de sus planes ya que eso era mejor que dejar que Marley robara al fundador.

De nuevo [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora