epílogo.

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Después de pensarlo mucho, os traigo el epílogo de la historia, por si queréis saber como sigue la historia tras la muerte de Draco. Si no quedasteis satisfechxs con el final, well, aquí traigo una última oportunidad para convenceros. Si os gustó el final y no queréis saber nada más...that's okay! Eres de libre elección si leerlo o no, enjoy 🤍


El trayecto de vuelta del funeral fue silencioso. Hermione lo prefería así. No encontraba las ganas de decir nada, ni tenía fuerzas para siquiera decir algo. Los días tras la Batalla de Hogwarts se habían vuelto tristes y vacíos, y a pesar de que Harry y Ron estaban siempre a su lado tratando de animarla, no conseguían que de su rostro saliera una triste sonrisa. Lo entendían, eran días difíciles para ella, para todos ellos.

La guerra había tenido un impacto en ella peor de lo que se había imaginado, los días pasaban y los funerales se hacían interminables. No encontraba el día en que se durmiese sin que las lágrimas emergieran de su rostro, recordando a los que se habían ido. Porque a pesar de ganar la guerra, ella sentía que había perdido.

Hermione se sorprendió al encontrar a casi todo Hogwarts en aquel lugar. Por supuesto, toda la Orden del Fénix se encontraba allí. Y sus amigos de Hogwarts también acudieron sin dudarlo. No solo Harry y Ron, sino también el resto del Ejército de Dumbledore hizo acto de presencia. Incluso Blaise, Theo y Pansy. Se acercaron a Hermione en cuanto llegaron y los dos primeros se fundieron en un abrazo con la Gryffindor en cuanto la vieron. Pansy no fue tan expresiva, pero sonrió débilmente a Hermione en cuanto ambas estrecharon la mano. La Slytherin se disculpó con el pequeño grupo y, sorprendentemente, se dirigió hacia donde estaba Harry, que esperaba a que comenzara el funeral junto a Ron y Ginny.

Increíblemente, sonrió tímidamente cuando la joven Slytherin le saludó, dejándole claro a Ron y Ginny que querían hablar a solas. Un pensamiento no tan extraño apareció en la mente de la castaña en cuanto los vio hablando, y el comentario de Theo le confirmó que no era la única que lo había imaginado:

— Eso sí que no me lo esperaba, aunque a decir verdad tampoco me extraña.

Hermione sonrió débilmente.

También observó a profesores de Hogwarts, además de muchos alumnos de todas las casas de la escuela y por supuesto, alguna que otra gente que desconocía. La Gryffindor admiró la valentía de Lucius y Narcisa por aparecer en un lugar en el que todos desearían lanzarles una maldición. Pero en cuanto los vio aparecer, nadie dijo nada. Ni una sola palabra o insulto, pues ellos también eran dos seres humanos que habían perdido a alguien en sus vidas.

Y a pesar de todo, había sido un funeral precioso.

Incluso Hermione se armó de fuerzas para dirigirse al altar y decir algunas palabras. En más de una ocasión, tuvo que parar unos segundos porque las ganas de llorar irrumpían en su garganta y no quería que su voz temblara. Tenía que ser fuerte. Y lo hizo, tenía que hacerlo. Por él.

Las palabras de Hermione salieron directamente del corazón. Recalcó especialmente el impacto que había tenido en su vida, y en lo mucho en lo que, en cierto modo desde la perspectiva de la guerra, la había hecho a cambiar a mejor. Le hizo mejor persona, algo en lo que Harry también se recalcó.

Aquel día se celebró el funeral de Severus Snape, uno más de la larga lista de fallecidos de aquel fatídico día. Se le hizo especialmente doloroso. No fue su profesor predilecto, y sus métodos de educación no eran especialmente los mejores, pero conocer la historia real, la verdadera, cambió la forma en la que veía a aquel hombre. Una de las personas más valientes que había conocido. Y le estaría eternamente agradecida por su sacrificio, todos ellos lo estarían.

Con Las Ganas - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora