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Y jugamos a ser humanos, en esta habitación gris...

1 de septiembre, 1996

La prisa por llegar a la Torre de Astronomía era urgente.

Hermione, con el corazón latiéndole fuertemente debido a la velocidad a la que marchaba por los pasillos, podía sentir que algo no marchaba bien. Lo supo desde que Harry les contó a ella y a sus amigos el motivo por el que se había retrasado en la cena, perdiéndose así la Ceremonia de Selección del nuevo año escolar.

Hace dos horas...

Cuando Hermione vio como su amigo llegaba al Gran Comedor con la nariz ensangrentada, se activaron todos sus sentidos de alarma:

— ¡Harry!, ¿Qué...?

— Luego -dijo mientras se sentaba en el banco- ahora hay mucha gente mirando.

La mayoría de los alumnos habían visto a Harry entrar y, mientras que muchos apartaron su vista de él para ver como finalizaba la ceremonia, otros mantenían la vista fija en él e incluso cuchicheaban con otros compañeros.

Pero una vez el profesor Dumbledore finalizó el discurso de cada año y se sirvieron los manjares, Harry, Ron y Hermione se apartaron un poco de sus compañeros y el moreno comenzó a explicar:

—  Veréis, no os dije nada porque sabría que diríais que sería una mala idea, pero durante el trayecto a Hogwarts le hice una pequeña visita a Malfoy.

— ¿Qué? -exclamó Hermione, pero luego bajó la voz- Harry, ¿Cuántas veces tengo que decirte es imposible que Malfoy sea un...ya sabes?

— Unas cuantas veces -contestó Ron con gesto aburrido- ¿por qué le defiendes tanto?

La castaña se puso nerviosa ante aquella acusación.

—  Yo no le defiendo -soltó Hermione mientras notaba el corazón latiéndole con violencia- solo digo que es muy poco probable que sea uno de ellos, os di mis argumentos y sabéis que tengo razón.

—  Lo sabemos, Hermione, pero aun así es normal pensar que pueda serlo. Su padre lo es, su tía lo es, y seguro que su madre también -contraatacó de nuevo el pelirrojo- y Malfoy no es que sea un defensor de los muggles precisamente. Además, recuerda lo que vimos en el Callejón Diagon.

El recuerdo de Draco y su madre escabullándose por el oscuro callejón Knockturn apareció claramente en su mente. Como también cuando les vieron entrar en Borgin & Burkes y cómo cubrieron las ventanas para que nadie pudiera ver cualquier suceso que ocurriese allí dentro. A Hermione le dio muy mala espina, pero se negaba a llegar a la única conclusión clara.

—  Es igual -dijo Hermione, sabiendo que no quería discutir- ¿Que ha pasado? -le preguntó a Harry.

—  Por fin me dejáis hablar -se impacientó Harry-  en fin, resulta que Malfoy me vio y tuvimos una especie de pelea.

Hermione le fulminó con la mirada.

—  Tranquila Herms, no fue para tanto. Apenas le toqué, como podréis ver él sí, parece ser que le  molestó bastante que hubiese estado espiándole -explicó Harry señalándose la nariz- pero lo interesante de la historia es que Parkinson estaba también, y cuando el tren paró, cogió a Malfoy del brazo izquierdo para irse y el hurón le gritó diciéndole que no lo volviera a hacer. Como si le hubiera dolido.

Ambos amigos se sumieron en el silencio. Ron, asimilando que sus sospechas se habían hecho realidad, y Hermione, con un sentimiento de preocupación aflorándole en el pecho.

Con Las Ganas - DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora