Batalla de Hogwarts,
2 de mayo 1998
05:22 am.La batalla irrumpía entre las paredes de Hogwarts. Los hechizos volaban por los aires, las maldiciones impactaban en magos y brujas, los guerreros defendían su hogar y los enemigos trataban de aniquilarlos sin piedad.
Todo era confusión, un caos destructor del que piensas que nunca vas a salir, luchando por sobrevivir hasta el último aliento, por salvar tu vida y la de tus seres queridos. Tuvieron lugar golpes y magulladuras, combatientes varita en mano y valientes cayendo como uno más.
Solo valía una cosa, luchar por lo que creías.
¿Qué era en lo que creía Draco Malfoy?
Nunca en la vida, nadie se dignó a preguntarle, ¿Qué era lo que quería exactamente él?
Al igual que todos aquellos seres que luchaban a su lado, quería que por fin el mundo mágico tuviera la libertad total de vivir una vida plena, sin leyes ni obligaciones para esconderse de los sangre sucia, sin ataduras. Que su gran líder y amo, el señor Oscuro, gobernara no solo su país, sino el universo entero. Ansiaba la ambición, dominación, poder y orgullo que representaba ser un mago de sangre pura. Esas eran también las cualidades que describían a un Malfoy.
Seguramente una respuesta como aquella era la suficiente como para ganarse el respeto del amo oscuro, de sentir el orgullo en el rostro de su padre y de escuchar aquella risa chillona y desquiciada de la loca de su tía.
Pero Draco no quería eso.
Había pasado mucho tiempo, habían pasado demasiadas cosas como para que aquella idea pudiera siquiera resultarle atractiva.
Más en concreto, una cosa. Y una persona.
Alguien a quien buscaba fervientemente entre los escombros en los que Hogwarts se estaba convirtiendo.
En medio de una guerra, ya no importaba que no defendiera a mortífagos, o que no lanzara alguna maldición, solo le importaba una cosa. Y era encontrarla.
Con vida.
Recorriendo los pasillos, esquivando derrumbamientos y con el corazón latiéndole fuertemente en el pecho, la incertidumbre pasaba a la desesperación.
¿Dónde estaría?
Llegaron a un pasillo que se dividía en dos.
- Ve tú por la izquierda -le dijo a Blaise Zabini, una de las cuatro únicas personas por las cuales merecía luchar en esta guerra- si la encuentras, que no se separe de ti y...
- Draco, tranquilo -le cortó su amigo- la protegeré, pero tú hazlo contigo también, ¿vale? Y te digo lo mismo con...ella, protégela, por favor.
Draco asintió.
Se acercó a él y le abrazó rápidamente.
- Suerte -le susurró Blaise.
- Nos vemos -dijo Draco con una mueca que era un burdo intento de sonrisa- cuando todo vuelva a la normalidad.
Se separaron, se miraron una última vez y cada uno marchó por un pasillo.
Cuando el Slytherin atravesó el largo pasillo y giró en una esquina, la sorpresa sumada al nerviosismo casi le provocaron que se cayera hacia atrás.
No se esperaba encontrarse a cierta persona en el pasillo, solo, y alejado de toda la pelea. Precisamente podía esperar a cualquiera excepto a él. Llevaba consigo una especie de diadema, aunque tenía la parte del centro partida, casi dividiéndola en dos. Tenía posiblemente la misma expresión en el rostro que él al verle.
- La última vez que la vi, era en el séptimo piso -dijo Potter con voz seria.
¿Que diablos? ¿Acaso él...?
- Lo sé, Malfoy -dijo mirándole con determinación- lo sé todo.
Draco no supo que decir o hacer. Los nervios casi no le hacían pensar, y el hecho de que Harry Potter supiera su más preciado secreto le desconcertaba de sobremanera.
- Cuídala, por favor.
Dicho esto, marchó con decisión a las escaleras.
Sin pensarlo ni un segundo más, se acercó a las escaleras y llegó al séptimo piso.
Debía encontrarla, y rápido.
Justo cuando salió al pasillo, notó el corazón saltarse un latido, al verla. Ahí estaba.
Frente a ella, un mortífago le apuntaba amenazadoramente con la varita, acercándose a ella y arrinconándola. Y ella, que estaba en el suelo, no hacía más que arrastrarse hacia atrás tratando inútilmente de escapar.
La furia y el nerviosismo de Draco explotó en aquel momento. Sin siquiera pensar en las consecuencias ni tener un atisbo de precaución, salió de su escondite y casi rugiendo apuntó al mortífago gritando:
- ¡Desmaius!
El mortífago casi no tuvo tiempo de reaccionar, en el mismo momento en que se dio cuenta que Draco Malfoy, uno de ellos le apuntaba con la varita, el hechizo le dio de lleno y cayó inconsciente unos metros más allá, golpeándose contra la pared de piedra del castillo.
Hermione giró su rostro con una expresión de esperanza, de felicidad, oír su voz por primera vez en meses era posiblemente el sonido más bonito que había escuchado en toda su vida.
Sin embargo, pronto aquel atisbo de alegría fue reemplazado por el miedo, el miedo puro.
- ¡Draco!
Un dolor perforó la espalda del Slytherin, haciéndole caer hacia delante. Sus oídos comenzaron a zumbar y notó como cada vez se encontraba más y más cansado. Oyó disparos embotados, como si ocurrieran en otra dimensión.
Sintió alguien posarse a su lado y colocarle con delicadeza las manos en sus mejillas. Todo estaba frío hasta notar la calidez que desprendían.
Esa calidez. Abrió un pocos los ojos.
- Her...mione -logró decir.
- Draco -era Hermione, le colocó con cuidado su cabeza en el regazo de ella- no hagas esfuerzo por favor, voy a curarte esto.
Hermione había observado horrorizada como las puntas de los dedos de Draco se habían ennegrecido.
Oía, cada vez más en la lejanía, su dulce voz recitar toda serie de hechizos curativos.
- Hermione -repitió.
Oyó un sollozo contenido y notó una humedad en su frente. Fueron lágrimas.
- Por favor, Draco aguanta. Pronto se me ocurrirá algo.
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Hermione, su rostro impreso de miedo y sus ojos húmedos no hacían pensar con claridad a Draco. Miles de recuerdos aparecieron de pronto por su mente.
Antes de que siquiera pudiera abrir la boca, las fuerzas de Draco cesaron y se sumió en un sueño profundo.
¿Acaso este era el fin?
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Con Las Ganas - Dramione
Fanfiction"Eres la razón por la que lucharé por sobrevivir, pero también eres la razón por la que sobrevivo a pesar de ser incapaz de luchar" ¿Parejas canon? ¿Que es eso? Inspirada en la canción Con Las Ganas de Zahara. Enjoy 🖤